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Desafío “Salvemos a los huevos” puso a prueba el ingenio y creatividad de estudiantes de ingeniería

Viernes 8 de Diciembre del 2023

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Entre cinco, seis o siete metros podían decidir los estudiantes de lanzar su diseño con un huevo en su interior y comprobar la eficacia de su construcción para evitar que se rompiera y desparramara la clara y yema por el piso del patio de ingeniería. Se trata de una iniciativa que ya lleva tres años realizándose y es un cierre del primer año de ingeniería civil y de construcción.

“El desafío consiste en que los estudiantes tienen que diseñar un artefacto utilizando las técnicas de la papiroflexia, sin pegamentos ni adhesivos, sólo el doblado del papel. En el artefacto que construyen incorporan en el interior un huevo crudo de gallina y es lanzado desde la altura dependiendo de la nota que quieran lograr”, explicó Claudia Ojeda, arquitecto y académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Magallanes.

De esta forma fueron muchos los diseños, alimentados tanto por la creatividad como por el ingenio de los estudiantes. Muchos de ellos intentos fallidos, como también muchos otros lograron con éxito el lanzamiento desde los 7 metros e incluso se aventuraron a buscar mayores alturas para comprobar que su diseño estaba bien pensado.

Los estudiantes Juan Aros y Cristofer Cárdenas inspiraron su diseño en un globo aerostático, incluyendo una especie de cabina para almacenar su huevo y un paracaídas. “Mi compañero tenía una idea de un paracaídas y por ahí fuimos uniendo ideas, ya que yo pensaba en una cajita de pascua. El canasto está hecho como las cosas de mimbre, trenzando las partes. Y el paracaídas amortiguó bastante la caída”, explicaron entre ambos los estudiantes de ingeniería plan común, aunque ambos avizoran su futuro en la especialidad de mecánica. “Queremos tirarlo desde el cuarto piso ahora, para que planee bien”.

Martín Melipillán de la carrera de ingeniería en construcción y su equipo llegaron a un diseño similar e igualmente exitoso. Melipillán comenta que su diseño fue “pensando en reducir la velocidad de impacto y amortiguando. Empezamos a maquinearnos ahí y llegamos a que podíamos ocupar las dos. Entonces ideamos un paracaídas y una caja que pudiera amortiguar”.

Por último, la académica Ojeda explicó que “la papiroflexia se abre como una nueva ventana de desarrollo en las ingenierías, ya sea para el transporte de grandes superficies a través del despliegue como lo está usando la Nasa o agencias espaciales, en el cual podemos plegar en muy poco espacio y después expandir. Y también se está utilizando en nanotecnología, en instrumentos con piezas pequeñitas que tienen que modificar su desempeño. Es un campo emergente dentro de las ingenierías”.

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