Sondeo Juventudes Cuidadoras: 1 de cada 4 jóvenes cuida de manera no remunerada

Uno de cada 4 jóvenes realiza labores de cuidados directos sin remuneración. De ellos, un 64% son mujeres y un 36% son hombres. El 80% de las y los entrevistados/as cuidan a personas menores de 14 años, un 12% a personas mayores de 75 años y un 6,5%, a personas con discapacidad física. 

Estos son parte de los resultados del Sondeo Juventudes Cuidadoras, que fue presentado en la región por Ignacio Becker Bozo, jefe del departamento de Planificación y estudios de Injuv Chile.

“Estamos impulsando una agenda asociada a visibilizar el rol de las juventudes con respecto a los cuidados, porque es un lineamiento gubernamental, pero, particularmente, porque el Ministerio de Desarrollo Social y Familia es la entidad encargada de gestionar y sentar las bases del Sistema Nacional de Cuidado, que busca dar soporte de manera intersectorial, con diversas actorías y con una perspectiva de ciclo de vida, a las labores de cuidado que son básicamente el sostén de la vida”, explicó.

El jefe del departamento de Planificación y estudios comentó que solicitaron vía oficio al Registro Social de Hogares el registro de cuidados y, del total de personas, solo el 4% son jóvenes entre 18 y 29 años. “Entonces, ahí nace la pregunta: ¿Son efectivamente pocos los jóvenes que realizan trabajos de cuidado o están subregistrados en este sistema? La respuesta es básicamente esta segunda, o sea, los datos dan cuenta que uno de cada cuatro jóvenes realiza labores de cuidado”, dijo. 

Es un fenómeno también muy feminizado, 2 de cada 3 personas que cuidan son mujeres jóvenes, se da mayormente en sectores medios o nivel socioeconómico bajo.

“De hecho, es una labor tan invisibilizada que los propios cuidadores no se identifican como cuidadores… Las trayectorias de la persona que cuida si es hombre y mujer son muy distintas porque las mujeres toman decisiones con respecto al cuidar, decisiones entre comillas, como salirse del mercado de trabajo, solicitar menos horas de empleo, lo que redunda en menores salarios, menor capacidad de autonomía, mientras que los varones pueden no tomar ninguna medida. ¿Qué significa eso? Que su vida básicamente puede seguir constante con caminos más o menos ascendentes”.

Además, se ha buscado hacer un estudio con una perspectiva más cualitativa en las entrevistas. Entonces, en los grupos de discusión es el espacio en que los jóvenes se dan cuenta de cuáles son las labores que realizan, el rol y la responsabilidad que sienten con las personas cuidadas. Allí, recién empiezan a darse cuenta que son cuidadores y, efectivamente, ahí dicen: “Necesito apoyo”.

“Toda persona requiere cuidados para vivir en sus primeros momentos y, después también en su vida, va a requerir cuidado al final de sus vidas, por tanto, es un problema social que requiere una solución social. No puede estar remitido sobre el hogar porque eso genera desigualdad, brecha, trayectorias sociales de mujeres que dependen de sus parejas o de sus familias para subsistir, porque no pueden tener otro empleo. Entonces, es clave el rol del Estado, el rol de las comunidades para proveer servicios, para dar cuenta también que es un problema que no solo de ellos y ellas, que hay más personas que están en la misma situación”, dijo.

Con este resultado, buscan aproximarse a la expectativa, con los relatos de las juventudes que efectivamente realizan estas labores y tienes personas a cargo de manera no remunerada. “Lo estamos realizando en este momento con una consultora que se llama Focus desde diciembre y hasta la próxima semana termina el trabajo de campo, con entrevistas, 64 entrevistas a nivel regional y, además, con grupos de discusión en 7 regiones del país: Tarapacá, Atacama, Valparaíso, Metropolitana, Maule, Araucanía y Magallanes, por temas administrativos, de apoyo regional, por temas sociodemográficos, cantidad de población joven que cuida y el caso de Magallanes, por todo lo que se está gestando con esta la red Cuidar”, dijo.