Necrológicas

Por donde pecas pagas

Por Diego Benavente Viernes 19 de Enero del 2024

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Cuando el Frente Amplio estuvo en la oposición fue terriblemente crítico, ácido y duro con el gobierno de Piñera, y no suscribía el criticar o apuntar a la violencia como una herramienta no democrática, más bien la justificaban. Pues a corto andar y además estableciendo un record en materia de acceder al poder, en tan corto tiempo, después de haber debutado en las lides estudiantiles, le correspondió gobernar y sin duda la ha tenido difícil. Donde ha tenido que sobrellevar un accionar dificultoso y aprender a gobernar y, aunque le ha costado y le cuesta, controlando la violencia, estableciendo límites a la migración y haciendo tripas corazón de lo que antes predicaba y que hoy en día le toca resolver a cargo del país. El aprendizaje ha sido duro, antes en la oposición, cuando la crítica dura y abundante les resultaba fácil, se
desenvolvían como Pedro por su casa y ahora a cargo de La Moneda, están más que complicados y derechamente enredados, otra cosa es con guitarra y han debido tragarse cuanto sapo ha salido al baile.

No hay duda que esta experimentación gubernamental de una novel generación política a cargo del gobierno, no le ha salido gratis al país, más bien le ha salido caro. Porque esta generación de izquierda y sus correspondientes apoderados invitados a apadrinarlos, está aprendiendo a cachuchazos lo que corresponde hacer por el bien de un país, sin considerar que antes eran contrarios a muchas de estas formas “conservadoras” de gobernar. Aunque no se está avanzando como se quisiera, la institucionalidad se ha impuesto y gracias al modo piloto automático que se ha generado independientemente de la actitud de las autoridades de turno, le ha permitido sobrellevar estas crisis tan profundas que hemos tenido los últimos cuatro años. Pese a la falta de voluntad y pericia política de los últimos gobiernos y en especial de esta nueva generación a cargo, el país cuerdo y serio a través de los plebiscitos, de las elecciones y por ende a través de sus instituciones, ha impuesto finalmente la cordura y mantenido al país en marcha. Si bien no es el ritmo que todos quisieran y, que permita un desarrollo económico progresivo, ha mantenido un rumbo que le ha permitido al país asegurar en parte lo que ha avanzado, para así estar preparados para el momento cuando se vuelva a crecer económicamente.

Tal como lo reafirmara el filósofo español Daniel Innerarity en un Twitter, “Los dos rechazos (en los plebiscitos de 2022 y 2023) fueron un buen ejemplo de sabiduría de la multitud”. Como bien lo expresa el refrán, más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Las ínfulas y los aires refundacionales con que llegaron al poder haciendo ostentación de la importancia de lo colectivo versus el individualismo neoliberal de los 30 años, se desvaneció del lenguaje porque dejó de ser verosímil, como lo anota en un medio electrónico Cristián Valdivieso en una de sus columnas. Al parecer “nunca les interesó más que como arma lingüística para golpear a la generación anterior. Gobernando, al Frente Amplio lo colectivo dejó de rendirle ante la evidencia de tempranos hechos donde prevaleció la fuerza del yo por sobre el equipo”. Cuando el discurso no cuadra con la realidad, ésta se encarga de refregártelo en cada recodo del camino y como reza el refrán, por donde pecas pagas.

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