El relato de una mujer trans en situación de calle y su lucha contra la violencia de género y la discriminación

Viven con el miedo de saber que están más expuesta a abuso sexual, violencia física y problemas de salud. Esta es la realidad de 19 mujeres que por distintos motivos viven en situación de calle, una realidad que golpea con fuerza y es que esta es una de las caras que más duele de la pobreza. 

A sus 29 años, Milexis Kataleya Hernández Ajelvis, es una de las mujeres que forma parte de este registro del Anexo Calle. Ella tiene un relato que impacta. Y, es que en su condición de mujer trans ha vivido la discriminación y el rechazo de su familia. Ha sido víctima de la violencia machista, fue apuñalada y tuvo que dejar su hogar, su familia y todas sus cosas, llegando a ejercer la prostitución en Colombia y Chile. Una historia dolorosa, pero también de lucha y de esfuerzo, de sus ganas de salir adelante, a pesar de haber sufrido daños y heridas. 

Kataleya hace uso de un dispositivo dentro del marco del programa “Noche Digna”, conocido como “Albergue Protege”. También forma parte de la nueva convocatoria del Programa Calle, donde se enfoca en trabajar en la reinserción laboral, así como en la promoción y protección de sus derechos como mujer. Además, está terminando sus estudios de enseñanza media.

Su historia comienza en Venezuela. A los 18 años hizo el cambio de género. Ella siempre supo que era trans, antes de los 8 años tenía claro que era diferente, sin embargo, esperó a cumplir la mayoría de edad para confesar a su familia su orientación sexual. Al día siguiente de su cumpleaños, número 18, reunió a su familia y les dijo que era trans. “Ahí quedó el desastre. Mi mamá y mi padrastro me abrazaron. Mi papá no vive con nosotros. Mi hermano mayor comenzó a gritar, mi otro hermano me dio cachetadas y lo pasé realmente mal”, evoca.

Añade que “a los 20 años me atacaron, me dieron dos puñaladas y me fueron a tirar a la casa de mi mamá. Por eso me tocósalir a Colombia, por ser trans. Es que en Venezuela esto no es aceptado. Comencé a prostituirme y me iba bien. En Colombia había personas que me apoyaban, pero me encontró mi hermano y tuve que recurrir a la policía”.

Era una época donde en Colombia se vivía una situación compleja y dolorosa, se asesinaba a las mujeres trans, había personas asesinadas en la misma esquina donde trabajaban.

Frente a este peligroso escenario, sus hermanos la invitaron a viajar a Chile.

Cruzó la frontera

Kataleya llegó a nuestro país por “trocha”, que es el concepto que utilizan los migrantes venezolanos para referirse a la frontera. “Cruzar la trocha” es atravesar aquellos caminos riesgosos y a veces imposibles que los conducen al país de destino, a través de pasos irregulares. 

Recuerda que tras su arribo a territorio nacional y debido a que por su condición de trans no consiguió trabajo, volvió a prostituirse, sufriendo el rechazo y la discriminación de sus hermanos que la trajeron. Arrendó una pieza, pero no pudo pagar la renta, cayendo en situación de calle, refugiándose en el Albergue donde reside hasta hoy.

Relata que vivir en calle es muy duro. “En la Avenida Colón hay árboles donde se puede estar tranquilita. Me ha tocado quedarme en la calle durmiendo y en casas okupas y los hombres quieren abusar de uno. Yo me defiendo”.

Dice estar agradecida de ser acogida por el Albergue, donde tiene un techo y una cama, siendo ayudante de cocina, dejando atrás la prostitución.

Protocolos

 “La promoción y el respeto de la diversidad son componentes clave para construir una sociedad más justa e igualitaria”, sostienen desde el Ministerio de Desarrollo Social y Familia.

Fernando Epul, encargado regional del Programa Calle, admite que las vulneraciones de derechos que sufren estas personas, están relacionadas con la situación de calle y/o se ven agravadas por esta condición. Reconoce que la solución para reducir las violaciones generadas en el espacio de la calle se da a través del acceso a la vivienda.

Según el último reporte de anexo Calle de diciembre pasado, en la Región de Magallanes hay 148 personas en situación de calle y un 12,83% corresponde a mujeres.