“Vamos a coexistir por mucho tiempo, pero con buenas prácticas”
Como jefe del Departamento de Areas Silvestres Protegidas de Conaf, Mauricio Ruiz Bustamante, es uno de los encargados de desarrollar los planes de manejo en Magallanes y se refirió a los alcances del instrumento y su relación con la salmonicultura.
La creación de la Reserva Nacional Kawésqar se remonta al año 2017, cuando la Presidenta Michelle Bachelet y Kristine Tompkins suscribieron un Acta de Acuerdo a fin de ratificar las donaciones de terrenos de las fundaciones pertenecientes a Tompkins Conservation, la anexión de nuevos territorios fiscales y la recategorización de algunas áreas protegidas existentes. Una de estas últimas era la Reserva Forestal Alacalufes, subiendo a Parque Nacional Kawésqar.
Sin embargo, uno de los requerimientos por aquel entonces del pueblo kawésqar era que el maritorio también debe ser protegido. De este modo, el Consejo de Ministros del Estado decidió otorgar a la tierra de esta zona el Parque Nacional Kawésqar y al agua la Reserva Nacional Kawésqar. Dicha diferencia de nomenclatura, trae diferentes legislaciones, ya que responden a tratados distintos.
La legislación permite que en las reservas nacionales haya producción, extracción de recursos y actividad productiva diversa, aunque se limita a que sean especies nativas. Es el primer choque con la industria salmonera, tratándose esta del cultivo del salmón, una especie exótica introducida.
Hoy están concentrados en la Reserva Nacional Kawésqar casi la mitad de las concesiones acuícolas de la región. Sin embargo, estas podrían continuar operando un buen tiempo, según explica Mauricio Ruiz, jefe del departamento de Areas Silvestres Protegidas de Conaf Magallanes. “Esos centros cuentan con una situación jurídica consolidada. Es decir, desde que fueron emitidas las resoluciones que las aprueban hasta que terminen. Pueden pasar muchos años, 30, 35 años desde que fueron otorgadas. O sea, la actividad va a seguir (…) Vamos a coexistir por mucho tiempo, pero con buenas prácticas. Eso es lo que nosotros intentamos dejar plasmado acá”.
Ruiz comenta que el plan de manejo que desarrollaron busca “compatibilizar con la autoridad ambiental para que, si piden aumento de biomasa, sea algo totalmente regido. Porque han tenido problemas”.
Respecto de las concesiones para centros de cultivo que están en trámite, Ruiz recordó que la autoridad de pesca ya emitió en 2016 una resolución que declara que en esta zona de Magallanes no hay más áreas para la acuicultura. “Tendría que ser la autoridad de pesca o el subsecretario de Pesca y Acuicultura los que de nuevo revoquen una resolución y digan que hay otros lugares. Pero nosotros y nuestro plan de manejo sigue lo que ya está dictaminado”.
Para el caso de la pesca artesanal, la situación es completamente distinta y está “asegurada por varias situaciones”, menciona Ruiz. “Una, porque Magallanes fue declarado como caladero completo, es decir, aquí la pesca tiene que ser una actividad objeto de bienestar humano. En la metodología así lo definen, que es una actividad casi ancestral porque lo hacen todos, es para la subsistencia, etc. No así la actividad acuícola”.