Ejército israelí parará combates diurnos para facilitar llegada de ayuda en Gaza
El ejército de Israel anunció el domingo que detendrá los combates durante determinadas horas del día en una zona del sur de Gaza para aliviar el retraso en la entrega de ayuda humanitaria destinada a los palestinos que sufren de la crisis humanitaria desatada por la guerra.
La “pausa táctica” anunciada, que afecta a una zona de unos 12 kilómetros de carretera en la zona de Rafah, dista mucho del alto el fuego que reclama la comunidad internacional, incluido el principal aliado de Israel, Estados Unidos, para todo el territorio. Si se mantiene, el cese limitado de las confrontaciones podría ayudar a abordar algunas necesidades de los palestinos, que se han incrementado más aún en las últimas semanas con el inicio de la campaña israelí en Rafah.
La pausa se repetirá todos los días por once horas hasta nuevo aviso.
La medida busca permitir la entrada de camiones a través del cercano cruce fronterizo de Kerem Shalom, controlado con Israel y que es el principal puerto de entrada de ayuda, y que lleguen de forma segura a la carretera de Salah a-Din, la principal vía que cruza el sitiado enclave de norte a sur, explicó el ejército. El paso sufre un embotellamiento desde que las tropas terrestres israelíes avanzaron a Rafah, la ciudad más meridional del territorio, a principios de mayo.
El Cogat, el organismo militar israelí que supervisa la distribución de ayuda en la franja, dijo que la medida incrementaría la llegada de ayuda a otras partes del territorio, como Jan Yunis, Muwasi o el centro de Gaza. El norte del enclave, que fue el primer objetivo de la guerra, recibe ayuda a través de un paso fronterizo en la zona.
El ejército indicó que la pausa fue coordinada con Naciones Unidas y con las agencias de ayuda internacionales.
La medida llega en un momento en que Israel y Hamás estudian la última propuesta de alto el fuego, presentada por el gobierno de Joe Biden en su esfuerzo diplomático de poner fin a la guerra y liberar a los rehenes retenidos en el enclave.
Hamás mató a 1.200 personas, en su mayoría civiles, en su incursión del 7 de octubre sobre el sur de Israel, y capturó a unas 250 más como rehenes, de acuerdo con las autoridades israelíes. El Ministerio de Salud gazatí, por su parte, sostiene que más de 37.000 palestinos han perdido la vida en la guerra.
Los ocho meses de ofensiva militar israelí contra Hamás, provocada por la incursión insurgente, han sumido a Gaza en una crisis humanitaria y la Onu reportó una situación de hambre generalizada con cientos de miles de personas al borde de la hambruna. La comunidad internacional ha instado a Israel a hacer más para aliviar esa situación y afirma que los enfrentamientos en curso, incluyendo los de Rafah, han complicado el reparto de ayuda.
Entre el 6 de mayo y el 6 de junio, la Onu recibió una media de 68 camiones con ayuda por día, según los datos de su oficina humanitaria. Son menos de los 168 que entraban cada día en abril y está muy por debajo de los 500 diarios que los grupos de ayuda dicen que se necesitan.
Más de un millón de palestinos, muchos de los cuales ya habían abandonado otras zonas del territorio debido a los combates, huyeron de Rafah luego de la invasión, hacinándose en otras partes del sur y el centro de la Franja. La mayoría languidecen ahora en míseros campamentos de tiendas de campaña, donde se utilizan trincheras como letrinas y donde las aguas residuales discurren a cielo abierto por las calles.