Tomas “legítimas” generan fuerte discusión entre arquitectos
- Académicos lamentaron las declaraciones del Premio Nacional de Arquitectura,
Cristián Castillo. Afirman que sus dichos “incentivan” estas ocupaciones ilegales.
Sin duda el debate de la semana ha girado en torno a la crisis de seguridad -o al “recrudecimiento” de la violencia- que afecta al país. No obstante, otro tema, en paralelo, y no tan distante del primero, se ha instalado entre arquitectos: la legitimidad o no de las tomas.
En los últimos años, las tomas han sido foco de una serie de incivilidades -agudizadas por la presencia y expansión del crimen organizado en el país-, y eso ha llevado a que varios alcaldes busquen avanzar en medidas como su desalojo y reubicación de las personas. A algunas tomas, han dicho jefes comunales, simplemente ya no se puede entrar, por el alto riesgo que se corre.
En entrevista con la Revista Sábado, el Premio Nacional de Arquitectura 2024, Cristián Castillo, profundizó en uno de los temas que ya desde su postrado en vivienda en el Architectural Association School of Architecture de Londres (1975) viene considerando: que las tomas son legítimas.
“Todas las grandes ciudades han crecido y se han desarrollado a través de tomas de suelo, eso no es extraño (…) sigo pensando que las tomas son legítimas, aún hoy día lo pienso”, sostuvo.
Frente a esta idea de que las tomas son consideradas “delincuenciales”, el arquitecto de 77 años comentó que “el que haya delincuentes en las tomas no es un problema de la gente, es un problema de la falta de presencia del Estado y de los partidos políticos”.
“La respuesta es
más Estado”
Malestar y sorpresa fue la sensación que reflejaron las palabras de propietarios de terrenos que han sido usurpados. Claudio Easton, cuya familia sufrió la usurpación de 20 hectáreas de terreno en el sector Santa Rosa de Colmo, en Quillota, consideró “insólita” la afirmación de Castillo.
De acuerdo a lo que consignó El Mercurio, su predio estuvo tomado y fue desalojado en agosto del año pasado. “Las fallas del Estado las paga toda la población y la desesperación de unos no puede significar quitarles derechos a otros”.
En esa línea, añadió que “si la necesidad o desesperación de una persona o grupo justificare el pasar por sobre la ley, sería entonces lo mismo aplicable a todo tipo de delincuencia, ya que, ciertamente, quien delinque lo hace para cubrir alguna necesidad; ya sea que esté desesperado o simplemente constituye su oficio y fuente laboral”.
Desde la academia, el arquitecto Andrés Prat comentó que “es contradictorio que el Premio Nacional de Arquitectura, que aspira a desarrollar una vivienda digna, diga estar de acuerdo con estas tomas. Es contradictoria la manera de abordar este pensamiento: quiere resolverlo a través de la arquitectura, y por otro, apoya que personas vivan en condiciones precarias”.
Por su parte, el decano de la facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo, Pablo Allard, comentó que “las tomas y usurpaciones serán siempre un hecho violento y una tragedia que debemos evitar y menos romantizar”.
“Ellas representan la falla del Estado para garantizar acceso universal a la vivienda, garantizar el Estado de Derecho y la protección de la propiedad privada; y lo más grave, la desesperación de las personas por encontrar una solución por sus propias manos, exacerbando su vulnerabilidad en condiciones muy precarias y riesgosas”, afirmó.
Emol