Embajadora de las Jornadas: “El Centro de Rehabilitación ha sido una bendición”

Carmen Navarro Miralles (57) es una de las embajadoras de las Jornadas por la Rehabilitación, que se celebrarán el próximo 16 de noviembre en Magallanes. En su condición de usuaria invita a la comunidad a sumarse a esta cruzada solidaria. Fue diagnosticada con Parkinson y asegura que su experiencia en el Centro de Rehabilitación ha sido casi mágica, y la describe como una “bendición” que le ha devuelto una calidad de vida que pensó que ya no tendría.

Carmen recuerda que su primer contacto con el Centro de Rehabilitación fue gracias a su neuróloga, quien la derivó para recibir atención especializada. De aquello han transcurrido alrededor de 4 años. A pesar del miedo inicial, la calidad humana y profesional del equipo la conquistó desde el primer día. 

El diagnóstico de Parkinson fue difícil para ella. Al enterarse, vivió momentos de incertidumbre, sintiéndose como si el mundo se le viniera abajo. Sin embargo, con el apoyo del Centro de Rehabilitación y sus profesionales, logró afrontar la enfermedad como un desafío que la motivó a seguir adelante. Hoy, se siente agradecida y esperanzada, reconociendo que, aunque su diagnóstico es permanente, su espíritu y su capacidad de disfrutar la vida siguen intactos.

Para ella, acudir al Centro es mucho más que una cita médica. Describe cada sesión como un momento de transformación en el que, a pesar de las dificultades físicas, puede lograr recuperarse. “Llegué mal al Centro, pero de inmediato empiezo a caminar. Parecido a la Cenicienta. Se me va el encanto, pero llego allá y listo, me transformo. Camino de lo más normal. Debe ser porque me gusta y porque es una energía tan linda. Y es como una magia que se produce. Es una bendición”, sostuvo.

Su rehabilitación ha sido un proceso integral, en el cual recibió el apoyo de psiquiatras, terapeutas, psicólogos y kinesiólogos. Además, ha participado en actividades de músico-terapia, un recurso que describe como fundamental para su tratamiento, ya que encuentra en la música una fuente de ánimo y una herramienta que le permite superar los síntomas más debilitantes de su enfermedad.

Un llamado a colaborar

Convertirse en embajadora de las Jornadas fue una sorpresa, pues nunca se imaginó representar públicamente una causa tan importante para ella. Sin embargo, al recibir la invitación, su familia la animó a aceptar el desafío, y hoy asume su rol con entusiasmo y responsabilidad. Con la energía que la caracteriza, invita a la comunidad a contribuir para que más personas puedan acceder a los servicios de rehabilitación en la región. “Es simple, como digo siempre: una mano en el bolsillo y otra en el corazón. Todo aporte es valioso porque somos muchos los que necesitamos”, plantea.

Para esta usuaria, cada peso recaudado en las Jornadas tiene un valor incalculable, no sólo porque ayuda a mantener la operación del Centro, sino también porque representa la esperanza de un futuro mejor para todos los usuarios actuales y los que podrían necesitarlo en el futuro. 

Carmen emprende esta aventura  junto a otros embajadores, Francisco y Simón, con quienes se ha unido en diversas actividades para promover esta causa. Con cada evento, cada foto y cada historia que comparte, su propósito es motivar a la comunidad para que se sume a las Jornadas y contribuya a esta noble causa que tantos beneficios aporta.