Condenados Adalio Mansilla y su sobrino tras matar sin piedad al estudiante Roberto Verdugo
Unánime fue la condena de los jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas en contra de Adalio Mansilla Quinchamán y su sobrino Fabián Peña Mansilla, por su autoría en el horrendo asesinato del estudiante de 21 años, Roberto Verdugo Vargas.
Los jueces Luis Alvarez Valdés, José Flores Vásquez y Rosana Vidal Ojeda, los culparon de ser autores del delito de homicidio calificado. Pero no sólo eso, sino que el crimen lo cometieron con alevosía y ensañamiento, “aumentando de forma deliberada e inhumana el dolor al ofendido”.
Además rechazaron la petición de ambos abogados defensores. En el caso de José Miguel Navarrete de que su cliente, Adalio Mansilla, cometió un “homicidio simple”. Y Rodrigo Lillo por Fabián Peña de que actuó sólo como “cómplice y encubridor”,
En cinco días el fiscal Fernando Dobson Soto logró establecer la culpabilidad de los acusados, presentando pruebas y testimonios, más que contundentes, para que el tribunal arribara al veredicto que entregó ayer, a las 12,30 horas.
El insípido y balbuceante perdón que pidió Adalio al terminar el juicio no sirvió de nada. “Basura. Ahora viene a pedir perdón”, dijo molesta una familiar asistente a la audiencia.
Más que un perdón esto sólo avivó la ira, absolutamente entendible, de la familia y círculo cercano a Roberto Verdugo.
Un Adalio que durante el juicio se mostró siempre indiferente, en varios pasajes durmiendo y a ratos con muescas socarronas. Al igual que el sobrino, que sólo derramó unas lágrimas cuando declaró. Después, en las restantes jornadas, se mantuvo más bien displicente y a veces burlón.
Ahora sólo queda esperar la lectura de la sentencia, fijada para el próximo lunes 23 de diciembre, donde se conocerá la pena que cumplirán los condenados.
¿Por qué culpables?
Porque el fiscal Dobson, con el apoyo de la Sip y Labocar de Carabineros, lograron determinar fehacientemente la participación de ambos en el crimen del estudiante, la mañana del 13 de enero de 2023, en la población Nelda Panicucci.
No sólo lo mataron, sino que mutilaron el cuerpo. Trataron de enterrarlo en el patio y luego metieron parte de los restos en bolsas.
El estudiante regresaba a su casa, y cuando estaba muy cerca, tuvo la mala fortuna de toparse con los malhechores que lo invitaron a ingresar y a beber a la casa donde vivía Fabián, en calle Carlos González Yaksic Nº 2940. De ahí nunca más salió con vida.
La posterior autopsia confirmó la crueldad y ensañamiento con que actuaron. Una violencia excesiva.
“Pena máxima”
El veredicto puso fin al juicio. Un tío, José Quintui, sostuvo al término que sólo esperan como familia que los jueces apliquen el máximo de las penas “a estas escorias de la sociedad”.
Sobre el perdón que pidió Adalio lo asoció a una estrategia para que le tengan compasión.
“Una vez que se comunique la sentencia determinaremos si ejercemos los recursos correspondientes de nulidad”, señaló el defensor José Miguel Navarrete.
Y su colega, Rodrigo Lillo, esperará leer la sentencia “para analizar la manera en que el tribunal ha llegado a este veredicto y cómo fundamenta jurídicamente su fallo, esperamos que la pena que se le aplique a Fabián Peña se corresponda con la participación que tuvo en este lamentable episodio”.
El fiscal Fernando Dobson se retiró conforme con la resolución judicial condenatoria, “porque es tal cual como lo solicitábamos en la acusación, de estimar que ambos son autores de un homicidio calificado, con alevosía y ensañamiento, a diferencia de lo que planteaban las defensas”.