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Acusado que se quejó por la pena que arriesgaba por robo de bicicletas fue condenado a 5 años

Viernes 24 de Enero del 2025

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A 5 años y un día de cárcel fue condenado ayer el sujeto que la semana pasada se quejó frente al juez por la pena tan elevada que pedía la fiscalía por el robo de dos bicicletas.

“Encuentro exagerado los años que me están tirando. Porque no intimidé a nadie y colaboré con la PDI”, señaló ese día José Fermín González Ríos al juez Cristian Armijo, cuando su caso se resolvió mediante un procedimiento abreviado.

La pena inicial que pedía el Ministerio Público era de 11 años, pero, a cambio de admitir responsabilidad y no ir a juicio, la fiscalía le ofertó una pena máxima de 5 años y un día.

“Es una pena muy alta por el robo de dos bicicletas. No ejercí violencia ni intimidación. No hay víctima que pueda decir que sufrió un trauma. Encuentro que es muy exagerado los años que me están tirando. Incluso pensé que esto pasaría por hurto, porque no intimidé a nadie”, inisistió el acusado.

El magistrado cumplió con escucharlo y ayer se leyó la sentencia que lo condenó a la pena ofrecida por el Ministerio Público, que es de cárcel efectiva.

Robo de bicicletas

Dos bicicletas robó José González. Una el 24 de agosto de 2022, a las 10 de la mañana, cuando ingresó al patio de una casa rompiendo el vidrio de uno de los dormitorios. Desde donde se llevó una bicicleta marca Trek, modelo 3900, pese a estar amarrada con una cadena.

Al otro día ingresó a otro domicilio, en calle Spiteful, donde también robo una bicicleta Trek. Esta vez modelo Marlín 5, y para ello saltó una reja perimetral.

Homicidio

José Fermín González Ríos es la misma persona que en septiembre del año pasado fue sentenciado a 15 años de cárcel por matar cruelmente a un hombre que vivía en situación de calle, en noviembre del año 2023, identificado como Oscar Llanquilef Oyarzo.

González confesó a la Policía de Investigaciones que la noche del crimen, el 7 de noviembre de 2023, cuando pasó por calle Errázuriz se encontró con la víctima. Lo invitó a consumir alcohol al inmueble abandonado en el sector del Cerro de la Cruz (en calle Señoret). En ese lugar lo empujó por las escaleras del interior de la casona, desde el segundo piso, a una altura aproximada de dos metros. Y luego lo apuñaló en dos ocasiones, quedando la hoja del cuchillo en el cuerpo de la víctima, por lo que la retiró con la mano.

Al observar que aún se mantenía con vida, decidió rematarlo con un golpe en la cabeza. Para ello tomó un trozo de concreto. 

Sobre las motivaciones que tuvo para cometer el crimen, en un primer momento dijo que la víctima pertenecía a una organización criminal que él andaba buscando. Posteriormente, en una segunda declaración, que reiteró en el juicio oral, manifestó que habría cometido el delito por cuanto presenció, en horas previas, en una fiesta a la que asistió, la participación de Llanquilef Oyarzo en actos de significación sexual respecto de menores de edad.

Pero esta última versión quedó completamente desvirtuada con las cámaras de seguridad y las declaraciones de los funcionarios policiales que dieron cuenta de la presencia de la víctima en el sector céntrico de Punta Arenas la noche del crimen, a partir de las 20,30 horas.

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