“Legislación laboral rígida” sería la principal responsable de la carencia de oferta gastronómica los domingos
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Jaime Jelincic, presidente del gremio gastronómico de Punta Arenas, señala que los domingos el 40% de los restaurantes que integran su asociación se encuentra abierto.
El domingo pasado tres cruceros recalaron en la capital regional y los turistas que decidieron descender a la ciudad tuvieron una difícil misión: encontrar dónde comer. Gran parte de los locales gastronómicos del centro tenían las cortinas abajo.
Esto hizo recordar la carta enviada por una turista a El Mercurio el año pasado, donde denominó que en Punta Arenas se practicaba “el antiturismo”, ya que, a pesar de las maravillas naturales que atraen a miles de personas a pisar suelo magallánico, éstos se encuentran con una ciudad apagada los fines de semana, en contraste con lo experimentado al otro lado de la frontera, en lugares como Ushuaia o El Calafate, donde la oferta gastronómica abunda.
Al ser consultada sobre este problema, la gerente de Austrochile AG, Claudia Torres Gómez-Garfias, comentó que los turistas que desembarcan “no siempre están interesados en explorar nuestra oferta culinaria”.
Según Jaime Jelincic, presidente del gremio gastronómico, el responsable es la legislación laboral, la cual califica de “un poco rígida”. Por ley, los trabajadores no pueden trabajar más de dos domingos al mes, lo que obliga a contratar trabajadores part time si es que se quiere operar los siete días de la semana de forma continua. “Se engrosa mucho para una cosa que es muy ocasional”, explica el exintendente de Magallanes.
El abrir los cuatro domingos del mes podría aumentar la planilla en un 30%. “No nos dan las cifras”, se lamenta Jelincic.
A pesar de estas “trabas”, señala que de los diez restaurantes que existen en O’Higgins, entre Pedro Montt y Roca, cinco abren los domingos. Añade que el 40% de los restaurantes que integran la Asociación Gastronómica de Punta Arenas se encuentra abierto.
“Nos llama profundamente la atención que se afirme que los restaurantes de nuestra ciudad están cerrados los domingos, cuando esto no es así. Al menos el 75% de los restaurantes de Punta Arenas permanece abierto al público”, señala Claudia Torres Gómez-Garfias, quien también coincide en que la ley laboral impone ciertas restricciones.
Problema estructural
La palabra “antiturismo” no le gusta, pero reconoce que a nivel turístico la región tiene una serie de problemas estructurales que van desde la ausencia de un puerto de gran calado, lo que limita la recalada de mayor cantidad de cruceros y pone en jaque la posición de Punta Arenas como principal punto en materia de turismo antártico.
Desde que comenzó la temporada de cruceros hasta abril, recalarán más de 550 embarcaciones en Ushuaia. Estos datos contrastan con los informados por la Empresa Portuaria Austral para esta temporada turística, en donde en todos los puertos de la región arribarán 186 cruceros, un 200% menos que los informados por Ushuaia.
A la falta de un puerto de gran calado se suma el precio del practicaje y el muellaje en los puertos magallánicos, que son más altos que los del lado argentino. “Entre las 10 de la noche y las 8 de la mañana del día siguiente no cobran en Ushuaia; a esa hora baja la tripulación”, cuenta Jelincic, quien indica que por la ausencia de esto la ciudad pierde 500 mil dólares por barco recalado.
Déficit
La falta de información turística en puntos estratégicos, oficinas poco equipadas y ausencia de servicios básicos como baño son otros elementos que, a juicio de Claudia Torres, se deben abordar para mejorar la imagen de la región como destino turístico.