“Compartimos el deseo de proteger el medioambiente, pero las observaciones a los proyectos deben ser razonables”
La embajadora de la Unión Europea, Claudia Gintersdorfer, ratificó el interés del bloque y de sus países miembros por colaborar con Chile y Magallanes, en particular, para que se desarolle la industria del hidrógeno verde, pero admitió que, más allá de la permisología o falta de infraestructura, existe la inquietud por la eventual judicialización de los proyectos.
Además del interés energético, la UE también tiene un papel clave en la cooperación científica en la Antártica, donde varios países europeos mantienen bases de investigación. Asimismo, la geopolítica internacional, marcada por la guerra en Ucrania, el ascenso de fuerzas de ultraderecha y la incertidumbre sobre el futuro del liderazgo estadounidense, también forma parte del análisis de la diplomática en conversación con El Magallanes.
En el marco de una visita clave para fortalecer la cooperación en torno al hidrógeno verde, la embajadora Gintersdorfer encabezó hace unos doce días una delegación de 17 diplomáticos europeos en Magallanes. La iniciativa respondió a la creciente importancia de esta región en el desarrollo de energías renovables y a su potencial como polo estratégico para la industria del hidrógeno verde, un sector que la UE busca consolidar junto a Chile.
“Nos une con Magallanes el deseo de desarrollar la industria del hidrógeno verde”
– La visita del grupo diplomático fue calificada de histórica, considerando que casi todos los embajadores de la Unión Europea acreditados en Chile participaron en el viaje.
“Decidimos venir a Magallanes no sólo por el atractivo natural y la importancia geopolítica de la zona, sino porque nos une con esta región un objetivo clave: desarrollar la industria del hidrógeno verde”, planteó.
La embajadora postuló que el hidrógeno verde es una prioridad compartida entre Chile y la Unión Europea, ya que ambas partes ven en esta tecnología una vía para reducir las emisiones de carbono y avanzar en la transición energética.
Indicó que se trata de “un sector emergente con un enorme potencial, pero también con grandes desafíos. Nuestro interés es contribuir a su desarrollo de manera sostenible, garantizando que la inversión europea se traduzca en beneficios reales para la región y sus habitantes”, aseguró.
Consultada cuáles fueron las primeras impresiones que se formaron tras reunirse con autoridades regionales y con la Asociación H2V Magallanes, dijo que notaron un gran entusiasmo y compromiso con este objetivo. “Queremos que esto avance y que sea un éxito, pero para ello es clave contar con un marco regulatorio claro, infraestructura adecuada y condiciones de inversión estables”, apuntó.
– ¿En qué pie está la UE en términos de energía? La guerra de Ucrania golpeó fuertemente y los planes de transición y descarbonización se vieron, de alguna forma alterados. Un ejemplo de ello fue Alemania que retrasó su desvinculación de las centrales de carbón.
– “Bueno, sí es cierto que la guerra de Ucrania fue un choque para todos nosotros y, en términos de energía, requirió un cambio profundo en nuestra manera de dónde comprábamos la energía. Hemos logrado bajar la dependencia de Rusia significativamente. Nadie hubiera pensado que íbamos a sobrevivir los inviernos sin el gas ruso. Sin embargo, sí lo logramos.
“Tras las últimas elecciones al Parlamento Europeo, hubo cierta preocupación debido a la disminución de la representación de los partidos verdes, que en la elección anterior habían obtenido un gran respaldo. Esto generó el temor de que la ambiciosa agenda de la Unión Europea para la transición energética pudiera verse debilitada o revertida. Sin embargo, esto no ha ocurrido. La Unión Europea sigue firmemente comprometida con sus metas de carbono-neutralidad. Contamos con el liderazgo de la vicepresidenta de la Comisión, Teresa Ribeira, quien ocupa un rol clave en la estructura de gobierno y es reconocida por su competencia y determinación en este ámbito. Además, el comisario responsable de energía sigue impulsando activamente el desarrollo de energías renovables, incluido el hidrógeno verde, asegurando que la transición energética continúe avanzando”.
– Chile ha sido considerado un país estable y atractivo para la inversión, pero el avance del narcotráfico y el crimen organizado genera preocupación. ¿Sigue la Unión Europea viendo a nuestro país como un socio confiable en este contexto y cómo afecta esto la inversión, en especial en sectores como el hidrógeno verde?
– “Chile sigue siendo visto como uno de los países más estables de América Latina y esa percepción se mantiene a pesar de los desafíos en materia de seguridad. Entendemos que la delincuencia y el narcotráfico son una gran preocupación para los ciudadanos chilenos, pero en comparación con otros países de la región, las cifras siguen siendo bajas. Dicho esto, es un tema que tomamos en serio. La Unión Europea tiene programas de cooperación para combatir el narcotráfico y el crimen organizado en América Latina, y trabajamos con Chile en este ámbito. Sin embargo, no vemos que la situación de seguridad represente, en este momento, una amenaza para la estabilidad del país ni para la inversión extranjera.
“Desde la perspectiva empresarial, lo que más interesa es la previsibilidad en las reglas del juego. En el caso del hidrógeno verde, el principal desafío no es la seguridad, sino la regulación y el desarrollo de infraestructura. Se trata de una industria emergente que aún está en proceso de consolidación, por lo que las empresas están observando de cerca las políticas gubernamentales y los marcos normativos para definir sus inversiones.
“También hemos notado que algunas empresas de energías renovables se han visto afectadas por ciertas regulaciones en discusión en el Congreso, así como por problemas estructurales relacionados con la capacidad de almacenamiento y la interconexión eléctrica en el país. Son temas que requieren soluciones a largo plazo y en los que la estabilidad regulatoria es clave para mantener la confianza de los inversionistas”.
– Hay varios obstáculos para la instalación de esta industria en Magallanes y uno ha sido la permisología. ¿Han percibido avances en la agilización de estos procesos tras los compromisos del gobierno de Boric, o siguen siendo una traba significativa para el desarrollo de proyectos?
– “Durante nuestra visita nos reunimos con diversas autoridades y actores clave, como el gobernador regional, el gremio del hidrógeno verde, Corfo, el seremi de Obras Públicas y representantes del Servicio de Evaluación Ambiental. Fueron conversaciones muy productivas que permitieron aclarar varios puntos sobre el estado del desarrollo del hidrógeno verde en la región.
“En términos de agilización de permisos, hemos visto avances en algunos ámbitos. Por ejemplo, en el caso de las concesiones portuarias en Magallanes, se han aprobado en un tiempo récord de 14 meses, lo que es una señal positiva. Sin embargo, en lo que respecta a la evaluación ambiental, los plazos siguen siendo más largos, lo que genera inquietud en la industria.
“Entendemos que el gobierno de Chile busca equilibrar el desarrollo económico con la protección del medioambiente y la biodiversidad, lo cual es una prioridad que compartimos desde la Unión Europea. Nuestra estrategia de inversión, conocida como Global Gateway, promueve precisamente un enfoque de desarrollo sostenible que beneficie tanto a las comunidades locales como al ecosistema.
“Dicho esto, hay un desafío adicional que preocupa a las empresas: la judicialización de proyectos. En Chile, cualquier persona, no sólo organizaciones ambientales, puede presentar recursos legales que paralicen un proyecto, lo que puede generar retrasos significativos. Esto introduce un nivel de incertidumbre que dificulta la planificación y ejecución de inversiones a largo plazo. Es un aspecto que merece especial atención para encontrar un equilibrio entre la participación ciudadana y la necesidad de dar certezas a los inversionistas”.
– ¿La judicalización de los proyectos ya es un escenario que están barajando?
– “Sí, esta es una de las principales preocupaciones, especialmente en una región como Magallanes, que cuenta con vastas áreas de naturaleza virgen y numerosas reservas protegidas. Es comprensible que los grupos ambientalistas estén atentos y movilizados frente a los proyectos de gran envergadura que puedan impactar el ecosistema.
“Desde la Unión Europea compartimos plenamente el compromiso con la protección del medioambiente. Sin embargo, creemos que es fundamental encontrar un equilibrio: la sostenibilidad debe ser una prioridad, pero también es importante que la observaciones que se hagan a los proyectos sean razonables. No puede ser que cualquier persona, sin fundamentos técnicos sólidos, pueda paralizar un megaproyecto proyecto que, bien gestionado, es en beneficio de la naturaleza”.
La embajadora indicó que el caso de Dominga es un ejemplo que generó preocupación en el sector privado, pues evidenció lo complejo que puede ser concretar grandes inversiones en Chile. Estos antecedentes llevan a las empresas a preguntarse si algo similar podría ocurrir con los proyectos de hidrógeno verde en Magallanes. La incertidumbre regulatoria y la judicialización excesiva son factores que pueden afectar el interés de inversionistas en industrias estratégicas como esta.
– Considerando los proyectos de infraestructura portuaria, vial y urbana que se deben emprender y que les fueron presentados, y el estado actual del desarrollo del hidrógeno verde en Magallanes, ¿siguen viendo viable esta industria en la región? ¿O el tiempo juega en contra y estamos ya en una etapa crítica?
– “Las empresas, naturalmente, desean que todo avance lo más rápido posible. Sin embargo, son conscientes de que el desarrollo de esta industria requiere tiempo, no sólo por los procesos de permisos, sino también por la infraestructura necesaria para su implementación.
“Además, una vez que los proyectos ingresan a evaluación, surge otra cuestión clave: el mercado. Se debe definir con claridad quiénes serán los compradores del hidrógeno verde, cómo se estructurarán las cadenas de suministro y qué condiciones harán viable su exportación.
“Por ahora, el desarrollo del hidrógeno verde en Magallanes sigue en evolución, con proyectos en distintas etapas. Existe la convicción de que esta industria tiene un gran potencial y debe consolidarse, pero no es algo que ocurrirá de la noche a la mañana.
“Desde la Unión Europea, estamos comprometidos en apoyar esta transición y contribuir a que se haga realidad. No obstante, hay desafíos importantes que aún deben resolverse, como la falta de infraestructura clave -puertos, caminos, redes logísticas- y la permisología, que sigue siendo un factor determinante en la viabilidad de los proyectos”.
– Hay otro pero: la demanda. Esta no está totalmente desarrollada.
– “Sí, bueno, algunos productores tienen claro que su objetivo principal es exportar la mayor parte de su producción a Europa, con rutas ya definidas hacia los principales puertos del continente. Este es un aspecto que se ha discutido ampliamente y que forma parte de la planificación estratégica.
“No obstante, también sería importante fomentar una mayor demanda a nivel local, de modo que el desarrollo de la industria del hidrógeno verde no dependa exclusivamente de la exportación. Contar con un mercado interno sólido permitiría una mayor estabilidad y diversificación del sector”.
– ¿Este industria no quedará, al final, desplazada por el avance de la energía atómica?
– “No lo creo, ya que no todos los países de la Unión Europea utilizan energía nuclear. Un caso claro es Alemania, que en su momento tuvo una industria nuclear muy desarrollada, pero debido a una fuerte oposición de sectores ecologistas, el gobierno de Angela Merkel decidió cerrar las plantas nucleares. No veo que esta política vaya a revertirse en el futuro. Por esta razón, Alemania ha apostado decididamente por el desarrollo del hidrógeno verde como una alternativa clave en su transición energética”.
“Rusia sigue siendo una amenaza, pero nuestra prioridad es fortalecer alianzas con democracias confiables”
– ¿Cómo está hoy la Unión Europea frente a Rusia y a un Vladimir Putin electo por quinta vez y a un Trump recién asumido en medio de declaraciones rimbombantes?
– “Bueno, hay una diferencia muy clara entre Rusia y Estados Unidos. Rusia no es una democracia. No hay elecciones libres ni un sistema político abierto. La reelección de Putin no es comparable a lo que ocurre en otros países, donde los ciudadanos pueden votar en procesos transparentes. En Estados Unidos, la mayoría de los votantes optaron por el Presidente Trump. Por ello, él tiene una legitimidad que no está en cuestión.
“Esto no se puede decir de Rusia. Por otro lado, es un país que ha atacado a su vecino, que está en guerra y que representa una amenaza existencial para los países europeos. Trump es la segunda vez que asume la presidencia y, para nosotros, no importa quién sea el Presidente de Estados Unidos. Siempre hemos tenido una relación muy estrecha. Hay, además, una interconexión comercial y de inversiones muy importante. Por lo tanto, vamos a intentar cooperar con Estados Unidos como socio importante donde sea posible. Si hay áreas en que no sea posible, si hay imposición de tarifas, etc., bueno, nosotros tenemos una política comercial fuerte y se tomarán las medidas correspondientes. Aunque, hay que ver caso a casoporque una de las características del Presidente Trump es que no siempre se sabe qué medidas va a adoptar”.
– ¿Pero, eso no hace el escenario internacional más volátil?
– “Por supuesto. Estamos en tiempos muy difíciles. La guerra en Ucrania hasta el momento sigue. Estamos con la situación de Medio Oriente donde, claro, este último alto del fuego es una buena noticia, pero no tenemos ilusión de que esto vaya a resolver un conflicto que ya lleva mucho tiempo.
“Asistí recién a una conferencia de mi antiguo jefe, José Borrell (vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante de la UE para la Política Exterior), donde se presentaba su anuario “Europa en el Arco de Fuego”. Eso describe un poco la situación en la que nos encontramos. Es un panorama internacional muy volátil con muchas amenazas.
“Tenemos guerras, cuando una de las mayores amenazas a la humanidad es sin duda el cambio climático, y es triste ver que la humanidad, en vez de combatir el cambio climático, está en guerras. Son tiempos difíciles. Por lo tanto, para Unión Europea es muy importante poder contar con países socios como Chile, que tienen metas muy similares en cuanto al medio ambiente, el Acuerdo de París, pero que también comparten los valores democráticos, defensa de los derechos humanos… Creo que tenemos que cuidar esta relación”.
– Tras su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha hecho declaraciones polémicas sobre temas internacionales, algunas con un tono confrontacional. ¿Considera que su discurso tiene rasgos totalitarios, similares a los de los años previos a la Segunda Guerra Mundial?
– “Sin duda, hay señales preocupantes. Sabemos que Trump suele usar un lenguaje fuerte y provocador. No se puede ignorar lo que dice, porque sus declaraciones, aunque puedan parecer exageradas o estratégicas, pueden tener consecuencias reales en la política internacional.
“En ocasiones, su estilo parece responder a una táctica negociadora, en la que muestra una postura extrema para luego moderarla y lograr mejores condiciones en un acuerdo. Sin embargo, también hay momentos en los que sus palabras reflejan intenciones concretas. No hay que descartar lo que dice, hay que tomarlo en serio y estar atentos a las acciones concretas que adopte su administración y preparar una respuesta adecuada desde la comunidad internacional”.
– En términos globales, la inestabilidad geopolítica sigue aumentando. ¿Cómo afecta esto la cooperación de la Unión Europea con América Latina?
– “Vivimos tiempos de gran incertidumbre. La guerra en Ucrania sigue en curso, la situación en Medio Oriente es extremadamente volátil y las tensiones entre Estados Unidos y China generan un escenario muy complejo para la comunidad internacional. En ese contexto, América Latina y la Unión Europea pueden reforzar su cooperación, porque compartimos valores fundamentales: la democracia, la defensa de los derechos humanos y el compromiso con la sostenibilidad ambiental.
“La UE ha buscado fortalecer sus relaciones con la región en los últimos años. Un ejemplo de ello es la modernización del acuerdo comercial con Chile, que entrará en vigor próximamente. También hemos avanzado en la modernización del acuerdo con México y en las negociaciones con Mercosur. Estos acuerdos son esenciales para consolidar una relación económica y política más estrecha”.
– En Europa, la ultraderecha ha ganado espacio político. ¿A qué lo atribuyen y cómo afecta la estabilidad de la UE?
– “Es un fenómeno preocupante y que no es exclusivo de Europa. Vemos que en muchos países, incluido Chile, hay un crecimiento de fuerzas políticas que desafían los valores democráticos tradicionales.
“Esto se debe a varios factores: la crisis económica, el impacto de la migración, el descontento con las élites políticas y la difusión de discursos populistas a través de redes sociales. La UE sigue siendo un bloque fuerte y democrático, pero debemos estar atentos para evitar que estos movimientos comprometan los principios fundamentales sobre los que se construyó la Unión”.
“El Estrecho de Magallanes podría ganar importancia estratégica”
¿Qué importancia estratégica tiene hoy el Estrecho de Magallanes como ruta comercial?
“Hoy en día, el Canal de Panamá sigue siendo la principal vía de tránsito para el comercio entre América y Europa, pero enfrenta serios desafíos, como la crisis hídrica que ha reducido su capacidad operativa. Si estos problemas persisten, es posible que otras rutas, incluido el estrecho de Magallanes, adquieran mayor relevancia en el futuro.
“Para el hidrógeno verde, el estrecho de Magallanes es clave, ya que es la vía natural para exportar este recurso hacia los mercados europeos. Será importante evaluar cómo evoluciona la situación en el Canal de Panamá y qué oportunidades puede ofrecer Magallanes como alternativa logística”.