Los grandes de la música en Magallanes (3)
El domingo recién pasado finalizábamos nuestra crónica refiriéndonos al Grupo Taller “Alturas”, en especial, a su obra señera Canto a Magallanes. Agreguemos a lo señalado el single que grabaron en 1977 con Zamba para olvidarte, de Daniel Toro, y Mambo de Machaguay, cuya autoría aún no está clara. Respecto de la composición de Toro —más allá de todo regionalismo y chauvinismo— estimamos que la versión de “Alturas” es una de las mejores que se han registrado (y han sido muchas, interpretadas por grandes músicos). Mambo de Machaguay, por su parte, no es tal, sino un huayno peruano que, según nos han contado, los integrantes de “Alturas” dieron a conocer a “Los Jaivas” cuando pasaron por Punta Arenas en 1976. Luego de aquello, el grupo lo grabó y lo convirtió en uno de sus grandes éxitos.
Otros intérpretes magallánicos con relevancia en el género folclórico fueron “Los Ruiseñores”, dirigidos por Juan Vargas, y “Los Cruzados Verdes”, grupo formado por integrantes de Carabineros de Chile, entre ellos Germán Fabio y Mario Isidro Moreno. “Los Ruiseñores” grabaron un Long Play para el sello Odeón, mientras que “Los Cruzados Verdes” registraron para el sello IRT un Long Play y un Extended Play (disco con cuatro canciones).
Desde la década de 1990, Jorge Radic y Mario Contreras han actuado en Francia con el Grupo Karumanta. Además, Contreras se ha integrado ocasionalmente a una de las facciones de Quilapayún.
De “Los Lancers”
a la guitarra clásica
En 1978 ingresamos a la Universidad Austral y, por supuesto, una de nuestras primeras aventuras fue la “Fiesta Mechona”, que en esa ocasión se realizó en el casino de “La Austral”, animada por el grupo “Zarabanda”. La banda era liderada por su vocalista y primera guitarra, quien se lucía interpretando los éxitos del momento, como Sir Duke, de Stevie Wonder, o Soul Cha Cha, de Van McCoy. El sonido era excelente, pues el grupo, además de los instrumentos electrónicos, incorporaba vientos. Desde el primer momento la cara del vocalista y guitarrista nos pareció familiar, y nuestra sospecha se acentuó cuando —ya de madrugada— sonaron los primeros acordes de Punta Arenas, en ritmo de cumbia. Era el “santo y seña” que indicaba que la fiesta llegaba a su fin.
De regreso en la pensión, comentamos a un coterráneo nuestra sensación de familiaridad con el músico, a lo que nos aclaró: “Él es de Punta Arenas y profesor de la Universidad, su nombre es Víctor Biskupovic”. “¡Con razón!” —exclamé— “de los Biskupovic que vivieron en la Población Fitz Roy”. Recordábamos a Marcos, quien fue un gran futbolista, y también a Víctor, que integraba “Los Lancers”, conjunto que animaba las fiestas locales.
Víctor Biskupovic Iturriaga nació en nuestra ciudad en 1949. En 1975 se tituló de Profesor de Música y en 1980 obtuvo el grado de Bachiller en Artes con mención en Guitarra en la Universidad Austral de Chile. Posteriormente, se graduó como Intérprete Superior en Guitarra en la Universidad de Chile. Ejerció como profesor en conservatorios, enseñanza media y universidades, desarrollando prácticamente toda su carrera en Valdivia. Sus sobresalientes condiciones musicales y aptitudes pedagógicas le permitieron ejercer como profesor del Conservatorio de Valdivia incluso antes de titularse.
En 1972, también antes de graduarse, participó en la grabación de la Cantata Santa María de Iquique, que el Conjunto Vocal e Instrumental de la Universidad Austral de Chile registró para el sello IRT, donde estuvo a cargo de la primera guitarra.
Fue un ejecutante excepcional de la guitarra clásica, con un repertorio predominantemente contemporáneo, aunque también cultivó el rock, el jazz y el blues. Compuso obras para guitarra clásica inspiradas en el folclore nacional, además de piezas de rock y jazz.
Hombre afable, sencillo y generoso, se ganó el cariño y respeto de quienes lo conocieron. En Valdivia, ciudad donde falleció en 2002, es recordado como una figura fundamental en la historia musical local.
Continuará…