“Su acto criminal tiene a toda una familia destruida”
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– Jorge y Norma, quienes pidieron ser identificados sólo con su nombre de pila, conversaron con El Magallanes, a 14 días de la brutal golpiza que sufrió su hijo por parte de John Yáñez, quien actualmente cumple prisión preventiva.
Lucas Ulloa Intveen
Para esta familia, febrero comenzó de manera inesperada y fatal. En la madrugada del domingo 2 de este mes, Jorge fue atacado en su hogar mientras pasaba la noche con su hijo de 12 años. Su agresor llegó al domicilio, preguntó por él y si se apodaba “Koke”, para luego propinarle una brutal golpiza que lo mantiene en la Uci, sin un diagnóstico claro hasta el momento. El atacante, John Yáñez Reyes, fue enviado a prisión preventiva. Mientras tanto, la familia vive semanas de incertidumbre y preocupación por la salud de Jorge y el estado emocional de su hijo, quien presenció el ataque.
Yáñez Reyes fue formalizado por homicidio frustrado y violación de morada. Sin embargo, para los padres de la víctima, Jorge y Norma, estas acusaciones son sólo palabras vacías frente al dolor y la angustia que enfrentan. La vida les cambió por completo desde aquella noche en que Norma recibió una videollamada de su nieto, mostrando cómo su hijo yacía ensangrentado e irreconocible en el suelo.
“Mi nieto corrió a patita pelada para llegar a la casa de su mamá, que vive en una población más abajo. Corrió descalzo para pedir ayuda. Por suerte esa noche decidió dormir con su papá, porque, si no, lo encuentran muerto”, relata Jorge, el padre de la víctima.
Norma agrega: “Él pisó algo y, con la adrenalina, no lo sintió. Se preocuparon solo por ver al papá. Después, cuando llegaron a casa, empezó a quejarse de dolor y su mamá le hizo curaciones”.
Jorge resume el impacto del ataque: “Este acto criminal tiene a toda una familia destruida. La evolución de salud de nuestro hijo es incierta y nos cuesta mucho explicarle a nuestro nieto que su papá sigue entubado y sin avances”.
El único testigo
Jorge y Norma abrieron las puertas de su casa al equipo de El Magallanes. Desde la tragedia, la rutina cambió drásticamente. Norma, que se dedicaba a la peluquería y barbería, dejó de trabajar para cuidar de su nieto, el único testigo del hecho. Los tres se inscribieron en el Centro de Apoyo a Víctimas para recibir atención psicológica.
“Es una historia muy fuerte. Siempre pregunta por su papá”, señala Norma. “Él nunca vio que su papá se defendiera, sólo que trató de protegerse. Hasta que el tipo, que es corpulento, lo tiró al suelo con un par de golpes y lo remató a patadas”, añade.
Jorge expresa su mayor preocupación: “No sabemos cómo va a quedar nuestro hijo. Él es el responsable del niño. Si no se recupera, todo se rompe. Ahora todo es incierto”.
El niño busca sentirse seguro y duerme con sus abuelos o con su otra abuela, o con su madre cuando no está de turno en el hospital. “Tiene miedo, no quiere estar solo”, dice Norma. Recuerda la valentía del niño durante la videollamada en la que ella quedó pasmada, pero él le daba palabras de tranquilidad. “Volvió a la casa a buscar ayuda y me llamó: ‘Abuela, un hombre vino y le pegó a mi papá’. Yo vi a mi hijo y pensé: ‘¿Qué le pasó?’. Él me decía que estuviera tranquila, que lo llevarían al hospital”, recuerda Norma el diálogo que mantuvo con su nieto.
Otro momento difícil fue cuando volvieron a la casa donde ocurrió el ataque. “Nos relató todo con claridad. Escucharlo fue terrible”, recuerda Jorge.
Sin avances en la salud
“Quisiéramos que nuestro hijo estuviera mejorando, pero no ha avanzado nada; de hecho, retrocedió. En un momento mostró señales de recuperación, pero volvió a empeorar”, explica Jorge sobre el estado actual de su hijo. Lo visitan dos veces al día, al mediodía y por la noche. Los médicos mantienen una actitud positiva y piden paciencia. “Nos dijeron que no pueden hacer nada más; hay que esperar”, comenta´.
El diagnóstico más complejo es el traumatismo encéfalo craneal grave, junto con fracturas orbitales y otras lesiones. “Parece estar en trance, como si no supiera dónde está”, dice Jorge. Esperan un informe de imagenología para analizar el sangrado interno. “Él está en estado vegetativo. No hay mejora”, aclara el padre.
Descartan rencillas
previas y temen represalias
La familia busca justicia y teme por la seguridad del niño. “Me asusta por mi nieto. No sé con qué clase de gente se junta ese hombre. Él lo vio todo, y no sé qué pensar. Me aterra la idea de represalias”, comenta Norma.
Jorge descarta completamente la existencia de una rencilla previa. “El abogado defensor dijo que había una rencilla, pero no es cierto. Mi hijo nunca estuvo metido en esas cosas”, afirma. También subraya que el agresor preguntó por su hijo antes de atacarlo. “Si tengo una rencilla con alguien, no voy a su casa a preguntarle si es tal persona”, argumenta Norma.
Apoyo de cercanos
Amigos, familiares y compañeros de trabajo han sido un gran apoyo para los padres. Jorge Guerrero trabaja en la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC). “Sus compañeros están muy afectados. Nos han acompañado, nos han dado asesoría y están muy dolidos porque es un buen funcionario y amigo. Agradecemos las muestras de cariño y todas las oraciones por su recuperación”, concluyen Jorge y Norma.