Un nuevo año de promesas
Marzo es sinónimo del nuevo año que parte para muchos. Se termina el periodo de vacaciones, se inician las clases para los estudiantes o comienzan los trabajos del estado en los territorios. En pocas palabras el sistema nuevamente empieza a moverse y andar por el nuevo periodo anual.
Por eso, es importante vislumbrar las tareas pendientes y cuáles efectivamente va a realizar el estado en el año calendario y presupuestario. Más en un año electoral, en que habrá muchos candidatos desplegados en el territorio interesándose por lo que sucede y mostrando sus virtudes de tener la capacidad de entender las necesidades de la población y representarlas en trabajo y acción gubernamental o legislativa.
Ante ese panorama es importante que quienes están en la otra vereda, la de simple elector o bien de beneficiario del Estado, tengan claro lo que necesitan y cómo esa pléyade de candidatos tienen la capacidad de interpretar sus necesidades. No basta con un abrazo, un apretón de manos o un flyer que nos diga quién es y que ha hecho.
Ojalá podamos escuchar a todos los que se candidatean y conocer sobre sus compromisos. Así como importa saber sobre aquellos que llevan más tiempo, cuánto han cumplido de los compromisos anteriores establecidos. Importa conocer el ámbito de trabajo. Porque no es lo mismo lo que hace un concejal, alcalde, consejero, diputado o senador. Por eso, como sufragantes debemos conocer cuáles son los ámbitos de acción de cada uno.
Pero otro punto central es que sepamos qué debemos pedirles. Allí hay un trabajo comunitario y asociativo que no se ha hecho bien y que está relacionado con comunicarnos entre vecinos y poner en prioridad lo que necesitamos en la cuadra, el barrio o en nuestra ciudad o región.
Hoy por hoy los candidatos escuchan sólo visiones localistas o personalistas en los territorios. No hay diagnósticos territoriales de nuestras necesidades. No hay un ejercicio comunitario de poner en común lo que requerimos.
La organización social territorial comunitaria existe y es efectiva en representar ante las autoridades su diagnóstico. Pero la participación social es aún baja en los territorios. Por eso falta información que dé sustento a lo que los actores sociales representan.
A veces como no hay estos diagnósticos y planes locales, las autoridades no toman el peso de lo que plantean los dirigentes sociales. De allí la necesidad de realizarlos y estar continuamente poniendo en relieve la necesidad de dar respuesta a estas necesidades comunitarias.
Parte marzo y también se inician las clases para todos los estudiantes. Y es ahí donde existe una buena oportunidad para plantear una acción que hemos escuchado a muchos mayores en los territorios. Sin necesidad de ser estudiantes, está la inquietud de aprender nuevas destrezas y habilidades. Sabemos de los innegables beneficios que tiene para los mayores mantener su intelecto activo y en desarrollo.
El poder aprender es una parte central en esto. Y es por ello necesario desarrollar programas de aprendizaje para los mayores. Para algunos será la necesidad de completar los estudios formales, ya que hoy en día es requisito en muchas funciones tener como mínimo cuarto medio, en los procesos de enseñanza. Como dato las diversas encuestas Casen han señalado que la media en los mayores está en el segundo ciclo básico, por lo que hay una gran brecha educacional en los mayores que el sistema debe asumir.
Sería ideal lograr una integración con otras edades para favorecer estos procesos interactivos intergeneracionales, que son de un gran impacto para ambos grupos etarios.
Pero también hay quienes teniendo competencias formales desean aprender más. Buscan nuevas áreas de desarrollo. Y en ello se debe avanzar, en procesos educativos para mayores en el sistema formal. Lo que en muchas partes se llama: universidades para mayores. Donde puedan participar de los procesos formales educativos de las universidades y centros de formación técnica.
Hoy nuestros mayores tienen una gran necesidad educativa y una capacidad de aprender y desarrollarse que debe ser satisfecha. Con innegables beneficios para educadores y educandos.
Ojalá quienes participan de la educación puedan tener en cuenta estas sugerencias y hagan algo al respecto. Sería un sello regional para el desarrollo de nuestra población mayor que crece y se desarrolla. Incluso puede ser tarea para profesores o profesionales jubilados el poder traspasar este conocimiento a sus pares o a jóvenes. Ahí claramente el beneficio es mucho mayor.
Así es que empieza marzo y hay un horizonte grande en tareas por desarrollar para todos. Es tiempo de ser activos participantes de los procesos locales. Este es el año. Debemos organizarnos y representar comunitariamente cuáles son los caminos a desarrollar. Como se dijo antes, es el año de las organizaciones y trabajo comunitario. No sólo porque vienen elecciones, si no porque así podemos hacer más efectivo el trabajo territorial que se realiza por parte del Estado.