Ajuste de cuentas por celos asoma como el móvil del crimen de trabajador en plaza de juegos
Luciendo la chaquetilla de color amarillo que resalta la calidad de imputado, y cubriendo parte del rostro con una mascarilla sanitaria, ingresó a las 10,30 horas de ayer a la sala de controles del Juzgado de Garantía, Juan Leopoldo Mancilla Arismendi, sindicado como el principal autor del homicidio del trabajador José Díaz Arriagada.
El domingo la fiscal del caso, Johanna Irribarra Alarcón, pidió al tribunal ampliar la detención en 48 horas. Si bien la Brigada de Homicidios le entregó un dosier completo con los antecedentes que inculpan directamente al único sospechoso, faltaba el informe médico legal y antecedentes menores.
Con la claridad que suele mostrar para exponer los hechos, la fiscal fue muy concreta a la hora de imputar cargos y pedir la prisión preventiva.
De los antecedentes que se dieron a conocer se desprende que el día del crimen, ese jueves 13 de marzo, en la plazoleta ubicada en Kloketen y Mardones se juntaron a compartir la víctima, un primo de éste y Mancilla.
Antes de las siete de la tarde aproximadamente, y en medio de los tragos compartidos, se produjo una discusión, donde el imputado le habría enrostrado a la víctima haberse involucrado con su pareja.
Esta discusión derivó en que Mancilla sacara un cuchillo y lo agrediera en diversas partes del cuerpo, tras lo cual se fue del parque.
Herido como estaba, Díaz se paró y alcanzó a caminar unos pasos pidiendo ayuda.
Tres jóvenes se toparon con él. Iban a jugar a una multicancha. Por las vestimentas dedujeron que se trataba de una persona en situación de calle. “Caminaba con dificultad. Se tomaba el cuello y sangraba por la boca”, declaró a la policía uno de los jóvenes que lo socorrió.
Cuando le preguntaron al hombre qué le había sucedido, lo único que alcanzó a decir fue que lo llevaran al hospital.
Uno de los socorristas llamó al Samu y a Carabineros. Cuando estos últimos llegaron al parque no había nadie así que fueron al hospital y ahí les confirmaron el ingreso de un hombre apuñalado gravemente.
Entre las declaraciones que tomó la policía, figura la de una mujer que dijo conocer hace cinco años a la víctima. Lo acogía permanentemente en su casa, porque presentaba una condición de calle. Le tenía una pieza y le daba comida. Como antecedente indicó que generalmente esta persona bebía junto a un hombre que le decían “el Pancho”.
Entre las diligencias policiales, llegaron a la casa de una expareja del imputado a quien le mostraron uno de los videos captados por las cámaras de seguridad del sector. Ella lo reconoció e identificó como Juan Mancilla. Esta fue una pista clave para dar con el paradero del homicida.
También lograron identificar a la persona que esa tarde acompañaba al imputado, que a su vez es primo de la víctima, apodado “el Pancho”.
A los detectives le declaró que ese día salió del trabajo alrededor de las cuatro de la tarde, compró cerveza y se junto con su primo, con Juan Mancilla y un cuarto sujeto, que aún no está identificado, pero que estuvo muy poco tiempo con ellos. Casi nada.
Acuchillamiento
Después de la cerveza compraron vino en caja y se fueron a la plazoleta, donde alcanzaron a estar muy poco, hasta que estalló la agresión.
El primo confesó que en un momento Juanito (Mancilla Arismendi) comienza una discusión con Díaz, a quien le enrostra, “te acostaste con mi mujer”. La víctima lo niega. El agresor sacó un cuchillo. Lo toma del pelo y prácticamente lo degüella, con un corte profundo a la altura del cuello. Además de inferir varios pinchazos en el cuerpo.
El primo se fue por miedo a que lo agredieran y cuando volvió la víctima ya no estaba. La habían trasladado al Hospital Clínico.
Los dichos del testigo, sumado a las cámaras de seguridad del sector de la agresión, que en muy buena resolución mostraban la vestimenta del agresor y de la otra persona que los acompañaba, finalmente le permitieron a la Brigada de Homicidios dar con el autor del apuñalamiento.
La fiscal lo formalizó por el delito de homicidio simple y pidió la prisión preventiva anticipada, la que fue concedida por el juez Franco Reyes, dado que el imputado entró a cumplir una pena de 540 días de presidio, en otra causa, por desacato.