Circunvalación y justicia territorial: cuando la infraestructura sí hace la diferencia

Dejando de lado la polémica por la última etapa de participación ciudadana que debe cumplir el Plan de Desarrollo de Zonas Extremas (PDZE), lo cierto es que, en la medida que se van conociendo los proyectos allí contemplados, los magallánicos comienzan a aquilar más su importancia.

Uno de los rubros capitales del plan se relaciona con obras de infraestructura, lo cual no se traduce sólo en construir caminos, sino en abrir oportunidades. En una región como Magallanes, donde las brechas territoriales y de conectividad han sido históricamente profundas, cada kilómetro asfaltado puede marcar la diferencia entre la exclusión y el acceso.

Por eso es una buena noticia que, al alero del Plan de Zonas Extremas (PDZE), se haya confirmado la priorización de la Avenida Circunvalación Ramón Cañas Montalva, una de las obras viales más esperadas por Punta Arenas. Esta arteria, llamada a convertirse en el nuevo ingreso estructural a la ciudad, ha sido largamente proyectada y finalmente comienza a adquirir ritmo con una inversión parcial de 69 mil millones de pesos para la ejecución de cuatro de sus ocho tramos.

Sin embargo, más allá de los montos y de la ceremonial colocación de primeras piedras, lo que importa aquí es el símbolo: la Circunvalación representa una visión de ciudad que mira hacia su expansión, que busca corregir los desbalances que por años han afectado a sectores postergados del sur de Punta Arenas. Hablamos de conectividad real, de integración urbana, de movilidad segura para miles de personas que hoy deben desplazarse por calles colapsadas o inadecuadas.

La incorporación de esta obra dentro del PDZE -que contempla en total más de $280 mil millones para once iniciativas de vivienda y desarrollo urbano en toda la región- refuerza una idea fundamental: la descentralización no se agota en el discurso, debe plasmarse en inversiones concretas, con sentido estratégico y equidad territorial.

Es destacable también que el plan contemple otras soluciones de vialidad para zonas de alta demanda habitacional, como las prolongaciones de calles clave en el límite surponiente de la ciudad. 

Pero hay desafíos que no se pueden pasar por alto. El éxito de la Avenida Circunvalación y de las otras obras incluidas en el PDZE dependerá, en gran medida, de la coordinación efectiva entre el gobierno regional, los ministerios sectoriales, los municipios y la ciudadanía. 

Tampoco podemos ignorar el estado crítico de muchas vías urbanas ya existentes, especialmente en las comunas de Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir. Que el PDZE contemple 20 mil millones de pesos para su conservación y 15 mil millones para la mejora de costaneras es un alivio, pero urge que estos recursos lleguen a tiempo, con planificación, fiscalización y enfoque sostenible.