Trasladaron a 28 adultos mayores de la Casa del Samaritano

“Cuando nos avisaron en la residencia, uno siente susto, se siente vulnerable, porque el tsunami es algo muy grande”, relata José Cid, uno de los 28 adultos mayores desalojados desde la Casa del Samaritano en calle Balmaceda, durante este viernes, tras la alerta emitida por Senapred para las zonas costeras.

La emergencia movilizó rápidamente al equipo de Fide XII, que activó su protocolo de seguridad para trasladar a los residentes del hogar, hasta un lugar seguro. “Nos evacuaron de inmediato y nos trajeron a Fide XII. La acogida fue excepcional. Nos recibieron con un cafecito, con un sándwich
 y luego otro. Yo creo que estamos todos conformes”, agregó Cid, agradeciendo también al personal que los asistió: “La gente que trabaja aquí es un amor, todos, varones y damas. Yo personalmente siempre voy a estar conforme con lo que Dios nos da”.

Desde Fide XII, su directora ejecutiva, Pamela Díaz Chacón, planteó que el operativo se desarrolló con calma y eficacia. “Tras los anuncios de Senapred, rápidamente nuestro equipo preparó a los residentes de la Casa del Samaritano, quienes se encontraban en zona de riesgo, para derivarlos a nuestras oficinas principales ubicadas en Avenida Martínez de Aldunate. En esta zona segura, nuestros usuarios se encuentran completamente protegidos de la alerta y también del frío, donde están siendo monitoreados cada cierto rato por el equipo a cargo, cuidando además la correcta entrega de medicamentos y de alimentación”, puntualizó.

La institución también destacó el compromiso de sus funcionarios, quienes permanecen acompañando y asistiendo a los adultos mayores para asegurar su bienestar físico y emocional durante esta situación de emergencia. Además, se continúa monitoreando la evolución del escenario junto a las autoridades locales y Senapred, atentos a cualquier nueva indicación.

A pesar del susto inicial, el ambiente entre los residentes es de tranquilidad y agradecimiento. La respuesta organizada y humana frente a esta eventualidad ha sido clave para proteger a una de las poblaciones más vulnerables de la comunidad.