Necrológicas

Error en el sistema

Por Carlos Contreras Martes 6 de Mayo del 2025

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Con alegría me enteré, que mi apreciado compañero Carlos Correa Bau, por fin escribió un libro de su autoría publicado por la Editorial Planeta en una de sus líneas (Ariel). Si bien es cierto dejé el Partido Socialista hace más de una década, compartimos con Carlos, y un puñado de espléndidas personas, nuestros sueños y trabajos en la dirigencia universitaria de mediados de los ‘90, sin esperar ni buscar nada a cambio que no fuera un mejor país y, en ese tiempo, una mejor educación para todos. El tiempo fue breve e intenso y, si bien la distancia nos separó, bastó para generar un sentido de pertenencia a una idea y tiempo que, de muchas maneras, hoy permanece indeleble y firme en una parte preciada del corazón.     

El libro se centra en la crisis del sistema político chileno originado en “la debilidad de la política para hacerse cargo de las demandas de la ciudadanía”, describiendo una serie de hechos que dan explicación a esta situación, que se originan con el fin del sistema electoral binominal con lo cual se pretendía restablecer las confianzas de los chilenos como base de nuestra convivencia y gobernabilidad, sin que ello ocurriera, generándose, posteriormente, una serie de hechos de inestimables consecuencia políticas como lo fue el estallido social, dos intentos fallidos por cambiar la Constitución y el sistema político; la comisión Engel que planteó un sistema de financiamiento a los partidos y procesos electorales en busca de la transparencia que no mejoró la credibilidad. Sostiene el autor que “la política pasó de cumplir un rol fundamental en devolvernos la democracia al ser incapaz de resolver los problemas cotidianos de las personas y convertirse en otro problema”.

El libro plantea en forma clara y directa, a veces lúdica, una serie de circunstancias políticas originadas en hechos en los cuales el autor tuvo participación, en algunos casos directa y en otros de espectador privilegiado, en todo caso siempre documentando y dando cuenta de las fuentes. Así transitamos por: el sistema binominal o la partícula de Pinochet; las elecciones municipales del 2012; la peligrosa elección presidencial de 2013; el problema constitucional; el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet (expresidenta en rigor); el Frente Amplio; el candidato “Zoom” Parisi; el caso Caval; el Presidente Lagos; el estallido social; el Apruebo y el En Contra; la Plaza Dignidad; el árbol colgado de Punta Arenas (los magallánicos sabemos a que se refiere); el Podcast Comando Jungle; el fenómeno de la migración y el Tren de Aragua; la ausencia de candidatos; el fenómeno “K” y, finalmente, el error en el sistema, destacando sencillamente el valor o transcendencia de estos hechos en el devenir histórico chileno.    

Comparto con Carlos que, a pesar del desorden político, el país funciona: la economía no crece como antaño, pero funciona, Chile sigue siendo un país emprendedor con mejores números macroeconómicos y más favorable para los negocios en Latinoamérica, el agua sigue siendo potable y, a  pesar de las críticas, el transporte público en Santiago es destacado por su calidad; no hay banco que haya quebrado y el sistema financiero sigue seguro, por todo lo anterior es increíble que los políticos de todos los colores (incluso aquellos que lo son y hablan, desde su cargos de elección popular, con desdén de los “políticos” contribuyendo a esta farra institucional) no asuman su verdadera responsabilidad en torno a dar garantías a los ciudadanos que su accionar es por el bien común y no por al defensa de, al fin, su propia estabilidad o conveniencia propia.

Sin lugar a dudas que el autor debe encontrar su identidad en la definición de su prosa, pero el libro presenta un análisis y conclusiones claras, claridad que se agradece en estos tiempos y cuenta, además, con una información realmente fidedigna y de primera línea, directa o indirecta, entregada sin mezquindad y, como siempre, con la máxima honestidad.

Por mi parte, creo que queda pendiente una segunda parte que dé cuenta, como elemento integrante o basal de la crisis, el cambio profundo en la sociedad en que vivimos, habiendo transitado de una sociedad de personas a una sociedad de consumo
 pero ese es otro cantar.  

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