Fabián Jaksic: “Yo me atrevería a decir que tenemos una sobrerregulación ambiental”
El magallánico Fabián Jaksic es una de las figuras más influyentes de la ecología en Chile. El ya retirado doctor en zoología por la Universidad de California y ecólogo Senior Certificado por la Sociedad Ecológica
Norteamericana, impulsó la creación de la Sociedad de Ecología de Chile. Además, recibió el Premio Nacional de Ciencias Naturales el año 2018.
Ha dedicado décadas a la investigación, con más de 300 publicaciones y una activa participación en la formulación de políticas públicas ambientales. Fue parte de los equipos que revisaron la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente y la Ley 20.417, que creó el Ministerio del Medio Ambiente, el Servicio de Evaluación Ambiental (Sea) y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). También colaboró en el diseño del Servicio de Biodiversidad y Areas Protegidas.
Desde esa experiencia, hoy lanza una crítica frontal al sistema que ayudó a construir, “al punto de que actualmente yo me atrevería a decir que tenemos una sobrerregulación ambiental”.
Exceso de
burocracia ambiental
Fabián Jaksic advierte lo que, a su juicio, es uno de los principales obstáculos para el desarrollo sustentable en Chile: el exceso de regulación ambiental. Rechaza el concepto de “permisología”, utilizado con frecuencia por sectores políticos y empresariales. “Es una cuestión que inventamos en Chile. Esto se llama burocracia. Punto”, dice.
Según él, las normas que buscaban proteger el entorno han terminado generando una maraña de trabas que, en muchos casos, inmovilizan proyectos incluso antes de su evaluación técnica.
“Se ha generado toda una industria de litigantes”, sostiene, apuntando a la proliferación de organizaciones y asesores que -según afirma- encuentran en la oposición a proyectos una vía de acción permanente. “Aquí usted junta ocho pelagatos y arman una ONG que se opone a todo (…) y aquí hay gente que se gana la vida encontrando pifias”, indica el ecólogo.
Tampoco escapa a su crítica la forma en que se aplican normas de protección patrimonial. “Si se encuentra una tapita de Coca-Cola del año sesenta, hay que parar la excavación”, ironiza. “Esto es tremendo negocio para los arqueólogos. Si todos los arqueólogos de Chile hacen consultoría. Y es porque la ley obliga”, añade.
Para él, se trata de una burocracia que no garantiza mejores resultados ambientales, y que sin embargo retrasa inversiones que podrían ser útiles al país.
Magallanes y
el hidrógeno verde
Para Jaksic, Magallanes, la región con mayor superficie protegida del país -cerca de un 60% del territorio continental- enfrenta un dilema que el ecólogo resume así: “¿Será posible ocupar el porcentaje restante, o quieres cerrar a Magallanes y convertirlo en el gran Parque Nacional Magallanes, en donde la única actividad aceptable es el turismo de intereses especiales?”.
Mira con preocupación el estancamiento de proyectos de hidrógeno verde, que considera esenciales para avanzar hacia la descarbonización. Aunque reconoce que las energías renovables no son inocuas, cuestiona los criterios que se usan para evaluar su impacto. “Cada aerogenerador en Chile mata un ave por año”, afirma. “¿Y cuál es el problema? Va a depender de qué ave. Si van a estar matando gorriones, ¿cuál es el problema? El gorrión es una especie exótica invasora”, opina el zoólogo.
Jaksic propone una aproximación pragmática y tecnológica frente a estos conflictos. Cita como ejemplo el caso del cóndor de California: “Cuando quedaban menos de veinte, los agarraron a todos, los hicieron reproducirse, y cuando juntaron suficientes, los soltaron. Y ahí están los cóndores de California”. Sugiere aplicar una fórmula similar en la estampa magallánica.
Respecto a los estudios de organizaciones ambientales sobre el H2V, el premio nacional ironiza: “¿Usted realmente le encargaría un diagnóstico del cristianismo a Mahoma? Si contrata ecologistas para que le digan cuáles son las posibilidades de desarrollo de hidrógeno verde en Magallanes, se la van a negar”.
Desde su perspectiva, ponerle tantas trabas a estos proyecto equivale a frenar una transición energética urgente. “Chile ha declarado que quiere ser carbono neutral desde el 2050. Por lo tanto, no puede seguir quemando combustible fósil”.
“Con dogmatismo
no vamos a avanzar”
Fabián Jaksic marca distancia de lo que él llama “ecologistas profundos”, a los que acusa de inmovilizar el desarrollo en nombre de una conservación rígida e idealizada. Critica que muchas decisiones ambientales se estén tomando -según él- desde el dogma y no desde la evidencia. “Con tecnología podemos superar las consecuencias. Pero con dogmatismo no vamos a avanzar”, advierte.
No minimiza los impactos ecológicos, de hecho insiste en evaluarlos con rigor, pero sin perder de vista el contexto social y económico. En una síntesis nítida comenta el académico: “Yo todavía le doy preponderancia al ser humano. Para hacer tortillas hay que romper huevos”.