Gaza: entre bombas y hambruna se negocia un alto al fuego
En una semana marcada por anuncios diplomáticos y nuevos episodios de violencia, el conflicto en la Franja de Gaza vuelve a tomar el centro de la escena internacional. El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que Israel aceptó las condiciones para avanzar hacia un alto al fuego de 60 días.
La propuesta, elaborada por Estados Unidos y con la participación como mediadores de Qatar y Egipto, contemplaría una pausa en los ataques israelíes sobre la Franja de Gaza a cambio de la liberación de 10 rehenes con vida y la entrega de los cuerpos de otros 15 cautivos.
“Durante este tiempo, trabajaremos con todas las partes para poner fin a la guerra”, escribió Trump en su red Truth Social, en un mensaje que busca proyectar liderazgo internacional a días de recibir en la Casa Blanca al Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu.
La reunión entre ambos líderes, prevista para el próximo lunes 7 de julio, se anticipa como una de las más tensas y delicadas en décadas de relación política y personal entre ambos Mandatarios. Washington ya adelantó que poner fin al conflicto en Gaza es una prioridad para el Presidente republicano. Sin embargo, detrás de las declaraciones públicas de cooperación, se esconden posturas encontradas y una creciente desconfianza mutua.
Trump considera que Israel debe mostrar cierta flexibilidad frente a las demandas de Hamás si quiere asegurar la liberación de los rehenes. Netanyahu, por su parte, mantiene una posición mucho más rígida: no está dispuesto a retirar las tropas ni a ceder terreno político frente al grupo islamista. “No habrá Hamás. No habrá Hamastán. Se acabó”, declaró el primer ministro israelí, reafirmando su intención de desmantelar completamente al movimiento.
Esta distancia conceptual entre ambos mandatarios será el eje de la conversación en Washington. El presidente estadounidense apuesta por definir una hoja de ruta que contemple concesiones mínimas por parte de Israel y garantice resultados visibles. Para Trump, esta negociación representa no solo un tema de política exterior, sino también un activo electoral en un año clave.
Realidad brutal
Mientras las altas esferas negocian posibles treguas. En uno de los ataques más mortíferos de los últimos días, al menos 41 personas murieron y otras 75 resultaron heridas tras un bombardeo israelí contra una cafetería en las cercanías del puerto de Ciudad. La mayoría de las víctimas eran mujeres, niños y jóvenes estudiantes que se encontraban allí para acceder a internet.
El hospital Al-Shifa, el más grande de la Franja, colapsó rápidamente tras el ataque. Según su director, el Dr. Mohammad Abu Silmiya, no hay camas ni anestésicos suficientes para atender a los heridos, muchos de los cuales fueron tratados directamente en el suelo. Entre los fallecidos se encontraba el periodista independiente Ismail Abu Hatab, uno de los tantos trabajadores de prensa que arriesgan su vida cada día para informar desde el enclave. Y que se agrega a la ya larga lista de 238 periodistas muertos desde el inicio de las hostilidades el 7 de octubre del 2023.
En paralelo, el ejército israelí informó haber bombardeado más de 140 “objetivos” en la Franja en apenas 24 horas. La Defensa Civil de Gaza contabilizó al menos 26 muertos adicionales en las últimas horas, incluyendo 16 personas que esperaban ayuda humanitaria cuando fueron atacadas.
El hambre agrava la
crisis humanitaria
Volviendo a Gaza, la situación humanitaria es cada vez más desesperante. Fuentes del ministerio de salud gazatí, indican que el número de muertos asciende ya a más de 56 mil personas, en su mayoría civiles. Entre ellos, miles de niños. Pero las cifras podrían ser incluso peores: algunas estimaciones afirman que el total de víctimas podría ser hasta un 40% más alto, debido a las dificultades para recuperar cuerpos bajo los escombros o en zonas inaccesibles.
“Los palestinos se enfrentan a la peor de las opciones: morir de hambre o arriesgarse a ser asesinados mientras intentan acceder a los escasos alimentos que se distribuyen a través del mecanismo militarizado de asistencia humanitaria de Israel”, apuntó Volker Türk, alto comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, en un comunicado.
Ese sistema militarizado, en el que no participan las agencias de las Naciones Unidas, “pone en peligro vidas y viola las normas internacionales sobre la distribución de ayuda, como ha advertido reiteradamente la ONU”, agregó.
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