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Laguna Pudeto como humedal urbano

Por La Prensa Austral Viernes 17 de Octubre del 2025

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La reciente declaratoria de humedal urbano para la Laguna Pudeto forma parte de un momento simbólico relevante para Punta Arenas. Sumar un nuevo ecosistema bajo resguardo es un paso hacia la recuperación de la relación entre ciudad y naturaleza. Sin embargo, más allá del acto protocolar, el verdadero desafío será que esta medida no quede en una declaración vacía, sino que se traduzca en protección efectiva y restauración ecológica.

El subsecretario de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, presentó el hito con la energía de quien enciende una luz en medio de una jornada oscura, en el contexto de una tensión política nacional. El anuncio, acompañado por el seremi Enrique Rebolledo y actores locales, proyecta la Laguna Pudeto como un nuevo espacio público de valor ecológico y de integración. Son casi 4,5 hectáreas declaradas, con la promesa de transformarlo en un “parque humedal” para la ciudad. Según las autoridades, este humedal se suma a la lista regional, con énfasis en su carácter urbano y en devolverlo a vecinos y vecinas.

Pero ese entusiasmo oficial merece una mirada crítica. Desde las organizaciones ambientalistas se advierte que el polígono protegido es demasiado restringido para el ecosistema que se espera resguardar. Más que un espejo de agua, un humedal incluye su cuenca de recarga, sus cauces superficiales y subterráneos, y el suelo funcional que permite sostener la vegetación hidrófila y la fauna asociada. Limitar la protección al contorno visible puede convertir la declaración en una medida meramente estética.

Humberto Gómez, de la Agrupación Ecológica Patagónica, puso el foco justo al alertar que, si seguimos fragmentando los ecosistemas y protegiendo solo parches minúsculos, estaremos creando “hábitats en miniatura” que carecen de sustancia ecológica. “No se piensa en todo el sistema”, advirtió. Es una cautela válida, toda vez que un humedal urbano no debe pensarse simplemente como una laguna bonita, sino como un sistema vivo, complejo y frágil.

Este contraste entre entusiasmo y cautela -entre acto simbólico y urgencia ecológica- es el eje clave que debe guiar esta nueva etapa. El municipio, con su Plan de Gestión Integral de Humedales Urbanos, ha señalado que no basta con proteger el humedal visible. También hay que cuidar el caudal aportante, las zonas adyacentes y los flujos naturales. Si eso se logra, la Laguna Pudeto podría convertirse en más que un anuncio y transformarse en un proyecto urbano que articule naturaleza, ciudad y ciudadanía.

Sin embargo, los riesgos están presentes. La delimitación del polígono y la metodología técnica aplicada serán escrutadas por quienes conocen estos ecosistemas. Si no se considera la variabilidad estacional -épocas de escasez de agua- o la vulnerabilidad al cambio climático, la protección puede resultar simbólica. Asimismo, será esencial que la participación ciudadana no quede relegada a trámites formales, sino que las organizaciones involucradas sean interlocutores legítimos en la gestión futura.

La ciudad de Punta Arenas ya cuenta con humedales urbanos declarados como María Behety y Tres Puentes; esta nueva declaratoria refuerza el compromiso ambiental regional. Pero ese avance debe demostrar músculo para que no se quede sólo en papel. Debe haber mecanismos de monitoreo, restauración ecológica, vigilancia y gestión comunitaria.

Que la Laguna Pudeto hoy lleve el rótulo de humedal urbano no es el fin, sino el comienzo. La verdadera prueba estará en cuidar cada gota, cada caudal, cada ave, cada planta, en dar vida a este ecosistema más allá de su delineación cartográfica.

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