¿Crisis oncológica en Magallanes?

La salud, especialmente en el ámbito oncológico, no admite demoras. En el Hospital Clínico de Magallanes (HCM), las denuncias de pacientes y familiares respecto a la postergación de quimioterapias y la inoperatividad de equipos vitales han dibujado un escenario crítico. Frente a la gravedad de estas acusaciones, la respuesta oficial del director del hospital, Ricardo Contreras Faúndez, asegurando la existencia de una “cobertura integral” de la demanda asistencial, si bien no invalida directamente las quejas, sí introduce una desconexión que obliga a reflexionar sobre la validez de la voz ciudadana frente a la gestión administrativa.

La evidencia que respalda la denuncia de los pacientes es abrumadora y específica. No se trata de percepciones vagas, sino de un registro medible en calendarios y vidas. La paciente Jessica Macías es un testimonio de esta realidad, detallando cómo sus tratamientos de quimioterapia, que deberían ser cada 15 días, se han extendido a 22 y hasta 30 días, lo que significa que en un mes recibió la mitad de la atención requerida. Esta situación no es un caso aislado. La Agrupación de Pacientes Oncológicos, a través de su presidenta Vilma Valenzuela, confirma la “postergación en tratamientos oncológicos”, y Macarena Altamirano, pariente de dos pacientes, relata retrasos que han sumado hasta dos meses en el año, un retraso literal en la vida de sus seres queridos.

La validez de estas acusaciones se refuerza al analizar las causas estructurales que las fuentes expertas y los gremios confirman un déficit de especialistas, problemas presupuestarios y falla de infraestructura crítica.

La postergación de tratamientos se debe a que los oncólogos deben aprobar y firmar las quimioterapias. El HCM cuenta con una sola médico oncóloga contratada por 22 horas semanales. Especialistas consultados aseguran que este contrato no cubre las necesidades de control.

La directora de Confenats, Alicia Poblete, confirma que las rondas médicas, que debieran ser un mínimo de dos a la semana para cubrir la falencia, han disminuido debido a “problema de presupuesto”.

En tanto, el crucial escáner (Tac) ha estado dañado desde al menos fines de agosto y septiembre, impidiendo exámenes vitales.

Frente a esta realidad detallada y corroborada, el director asegura que las rondas médicas semanales “permiten garantizar la cobertura integral”. No obstante, esta garantía entra en conflicto directo con la confirmación de especialistas y de Confenats sobre la insuficiencia de horas y la disminución de dichas rondas por motivos de presupuesto.

Más revelador aún es que la dirección del hospital optó por no responder nada respecto de los atrasos en los tratamientos ni confirmó o negó si las atenciones se han visto disminuidas por razones presupuestarias.

El hospital gestiona plazos y mantenciones, pero los pacientes oncológicos “no pueden esperar”. Frente a la  promesa de la “cobertura integral”, la Agrupación de Pacientes Oncológicos asegura que es “más de lo mismo”. Se requiere que la administración pase de las garantías generalizadas a la solución de los retrasos que, en la práctica, están poniendo en peligro la vida de decenas de personas en la región.