Las campeonas de la Araucanía revelaron los secretos de su campaña invicta

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rácticamente apagaron la luz del gimnasio Fiscal, poco después de las 11 de la noche del sábado. En medio de las penumbras que había alrededor del recinto deportivo (literal, por Kuzma Slavic no había luz), el grito de las campeonas de los Juegos de la Araucanía rompía la tranquilidad de la noche sabatina. Tenían todo el derecho de celebrar, después de un año y medio de incertidumbre por el Covid-19. Pero bajo la dirección de Carolina Ponce y Renato Torres, la selección femenina de básquetbol superó todos los obstáculos para obtener el ansiado título frente a su público.

Con el correr de los partidos se fueron dando cuenta que el nivel competitivo no lo habían perdido y así lo ratificaron contra las selecciones de Ñuble, a la que superaron por 75 a 45 y muy especialmente en el duelo final, ante Aysén. El marcador de 91 a 46 ahorra mayores comentarios.

Un factor clave, aunque suene a cliché, fue la unión de grupo, que estuvo formado por Gabriela González, Vanessa Cárdenas, Bárbara Torres, Krishna Andrade, Natalia Alba, Katia Cárdenas, Valentina Ulloa, Valentina Montaña, Javiera Berrueta, Bárbara Morales, Javiera Godoy y Antonella Almonacid. La entrenadora Carolina Ponce expresó que el título “tiene doble satisfacción, porque costó mucho que se hiciera el torneo, no es fácil volver a las canchas después de tanto tiempo sin entrenar, aparte que estar en casa representa una presión doble”, destacó.

Gabriela González Vega es una de las que jugó por última vez en los Juegos de la Araucanía y por eso fue la primera en subirse al aro para cortar la malla y llevársela como trofeo adicional. “Fueron casi dos años sin entrenar, así que, haber podido jugar esta última Araucanía y ganarla, fue lo mejor que me pudo haber pasado. Pensamos que nos iba a costar mucho tener el ritmo, pero creo que la clave del equipo fue la unión y haber puesto garra y corazón en todos los partidos”, destacó González.

Krishna Andrade también vivió sus últimos juegos y, curiosamente, los primeros. “Había quedado seleccionada dos veces, pero me lesioné y no había podido participar. Estaba muy frustrada, porque cada Araucanía me pasaba algo”, reconoció esta natalina, que también se llevó la malla como trofeo. “El año pasado me desmotivé muchísimo, por estar sin jugar liga, partidos, pero comenzamos a reunirnos por Zoom y Meet y así me fui motivando para este campeonato”, resaltó Andrade.

Los “Magallanes Awards”

Una muestra de la unión de este grupo quedó demostrada en su festejo posterior, donde entregaron los “Magallanes Awards”, con diferentes categorías, como la más sarcástica o la más bromista. Pero antes adelantaron que la más “prendida” es Javiera Godoy. Casi sin voz, reconoció: “Somos un grupo maravilloso y aprendimos a conocernos, lo que nos llevó a ganar invictas. El año pasado fue muy complejo para todos los deportistas y hubo mucha incertidumbre. Por eso, agradecemos a la organización por haber logrado hacer el campeonato”. Y sobre el “premio” que le dieron, indicó que “dentro de la cancha trato de dar lo mejor y cuando estoy en la banca, aliento al máximo, no paro de gritar y, cuando no hay partidos, busco que las chicas estén cómodas, que cambiemos el ambiente de juego y nos concentremos en formar familia”, finalizó la estudiante de cuarto medio del Colegio Charles Darwin y jugadora del Club Deportivo Español.

Y por contrapartida, Katia Cárdenas fue apuntada como la más “piolita”. “Estamos muy felices y todo gracias al esfuerzo que hemos dado en todo este año. Veníamos con la mentalidad de ganar todo y en algunos se nos dio más fácil y otros más complicado. Estos son mis cuartos juegos y me queda uno más”, finalizó la también estudiante de cuarto medio del Colegio Charles Darwin.