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María Gómez se retira tras 46 años de labor diaria

Kiosco Roca y clientes rindieron cariñosa despedida a su trabajadora más antigua

Domingo 1 de Agosto del 2021

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Llegó para hacer un reemplazo y al poco tiempo asumió trabajo en la cocina para preparar los tradicionales sándwiches con pasta de chorizo.

“Llegué a lavar loza para reemplazar a una niña que se había ausentado, pero nunca regresó. Así estuve un tiempo y después directamente a trabajar al horno en la cocina”, recordó ayer emocionada María Amelia Gómez Gómez al recibir el homenaje en el frontis del tradicional kiosco Roca donde trabajó 46 años y ahora a sus 67 años decidió retirarse para el merecido descanso.

Un ejemplo que pueden seguir otras empresas cuando se retira su trabajador más antiguo, lo protagonizaron los dueños del local con 87 años de antigüedad, la Sociedad Harambour, que ha mantenido el legado iniciado por sus fallecidos propietarios Marcos Harambour y esposa Rosario Rodríguez. La familia Harambour, clientes y las 14 trabajadoras que hoy laboran en dos turnos en “la mejor picada de Chile” se congregaron para rendir el homenaje a doña María.

Paula Abello, al intervenir en el inicio de la ceremonia, señaló que se resistía a aceptar el anunciado día del retiro que María Gómez le había anticipado hace unos meses y que el mejor homenaje era brindarle esta despedida en gratitud por su dilatada labor en el kiosco Roca.

María Amelia Gómez, quien llegó en 1969 a bordo de la motonave Navarino desde Achao, Chiloé, enviudó muy joven y ayer estuvo acompañada de sus dos hijos: Luis y Fernando, quienes destacaron la dedicación que siempre tuvo su madre por el trabajo.

Al finalizar el acto de despedida dijo a El Magallanes: “Esto ha significado mucho para mí en lo personal y profesional. Yo he estado tantos años acá que esto fue parte de mi vida. Guardo especiales recuerdos de don Marco y la señora Rola. Esos recuerdos que jamás olvidaré porque ellos me ayudaron mucho, igual que la señora Silvia (Harambour) que ha sido una persona hasta los días de hoy muy presente. Y esto no termina porque yo siempre estaré en contacto con ellos y ellos conmigo. Siempre me trataron como una familia”.

Admitió que el público cambió en todos estos años y ella ha seguido clientes antiguos que ya van con tres o cuatro generaciones al local. Sin embargo, reconoció que lo más difícil ha sido no estar con los clientes en tiempos de pandemia. “Lejos lo más difícil fue la pandemia. Ahí tengo un reconocimiento muy grande con Paula Abello (encargada del kiosco Roca), porque apenas comenzaron las cuarentenas en marzo del año pasado me dijo que no vuelva al local para que no me exponga a alguna enfermedad y me quedé en la casa casi seis meses. Cuando se levantó la cuarentena yo le dije que volvería a trabajar y me dijo que no que no me iba a exponer, pero me daba vergüenza de venir a cobrar mi sueldo porque ella me llamaba todos los meses para pagarme y yo le decía que no podía seguir cobrando sin trabajar. Eso fue lo más lindo que la Paula me hizo”.

Encargada del
kiosco Roca

“María Amelia Gómez Gómez, nuestra trabajadora de hace 46 años se merecía esto y mucho más”, dijo Paula Abello Harambour, encargada actualmente del kiosco Roca. Agregó luego: “Merecía ser despedida dentro del negocio y por la pandemia no lo pudimos hacer, pero ella es una mujer que ha dado su vida por este negocio se merece esto y mucho más. El cariño de la gente en las redes sociales y que han venido de chico con sus padres y ahora traen a sus hijos o a sus nietos es el vivo ejemplo de la tradición del kiosco Roca y que esta tradición es parte con la señora María que lamentablemente se nos va con su merecido descanso, pero yo con una pena tremenda al no poder estar más con ella. Es la que ha estado más tiempo durante 46 años trabajando. La otra funcionaria antigua es Carmencita que lleva 26 años y la gran mayoría de las chicas están desde hace mucho tiempo acá. Tiene esta magia el negocio que vienen a trabajar y se quedan. Pero ella ha batido el record”, señaló Paula Abello, encargada del local.

Fernando Gómez, hijo de doña María, opinó: “El reconocimiento en vida es triplemente valioso. Es un agradecimiento eterno a este local que se haya preocupado y haya tenido el gesto. En lo personal como hijo un orgullo porque tanto en los años que ella estuvo trabajando acá nunca descuidó su labor de mamá y aunque para este trabajo no necesitó estudios fue más profesional que cualquiera de nosotros que trabajamos en diversos rubros. Recuerdo que solamente una vez faltó al trabajo por un accidente doméstico menor en casa”.

Hasta el alcalde Claudio Radonich llegó a la ceremonia para destacar a doña María y entregarle un bouqué de flores y un regalo.

En representación de los clientes le dedicó palabras el comunicador radial Rodrigo Utz, mientras que por sus compañeras de trabajo habló Luz María Aranda, quien afirmó: “Nunca pensamos que llegaría este día, pero comienza una nueva etapa para usted y donde podrá hacer todas esas cosas que tiene pendiente como descansar, viajar que cuando uno trabaja no lo puede hacer. Muchas de nosotras pensamos que los pancitos no serán iguales a como los hace. Eso que usted sabe que un cliente come con menos o más mayonesa, otro con ají, otro con el pan más tostado. Eso no estará cuando después de la pandemia se vuelva a abrir el local, pero lo que usted ha hecho por nosotras. Cuando llegamos al kiosko siempre nos acogió, nos enseñó como hacer las cosas y siempre que se hicieran las cosas bien”.