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Fiscal Fernando Dobson y femicidio de Elizabeth Mella: “Cuando ese día le informamos el motivo de la detención no negó autoría en los hechos”

Miércoles 30 de Junio del 2021

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Transcurrió más de un año para tenerlo frente a frente. Lo indagó una y otra vez, hasta tener claridad absoluta de su culpabilidad. Cuando esto ocurrió, la Brigada de Homicidios de la PDI lo detuvo.

El fiscal jefe de Punta Arenas, Fernando Dobson Soto, haciendo gala de su meticulosidad no dejó nada al azar, y cuando el domingo en la tarde lo tuvo sentado en la sala de interrogatorio, esperó pacientemente que Luis Huaiquil Andrade aceptara su culpabilidad en el crimen de Elizabeth Mella Cárcamo.

“Cuando ese día le informamos el motivo de la detención no negó autoría en los hechos. Incluso, es más. Nos señala que jamás tuvo algún tipo de contacto con ella o que estuvo en su domicilio, pero la prueba científica es irrefutable y revela todo lo contrario”, subraya el fiscal en entrevista con La Prensa Austral.

Ese día Huaiquil se mostró relativamente tranquilo. Y para calmar cualquier asomo de alteración del sistema nervioso, hasta lo autorizaron a salir a fumar un cigarrillo al patio del cuartel policial.

Prueba científica

“Y cómo explicas que en una ocasión la subiste en tu auto y dices que nunca la viste”, fue una de las preguntas formuladas en el interrogatorio, respaldada en mensajería que se obtuvo de la revisión del computador de la víctima.

Las ambiguas respuestas no hicieron más que corroborar lo que la Brigada de Homicidios tenía claro. “El imputado nos estaba entregando información inexacta y contraria a la verdad”.

Además, Huaiquil, declaró que el día del crimen no estuvo en Punta Arenas, porque la empresa de servicios para la que trabaja, lo había enviado a otro lado.

“Sin embargo cotejamos el libro de asistencia y resulta que el sábado 7 de marzo de 2020 trabajó hasta las 14 horas, momento en que marcó la salida y sin embargo nos dijo que ese día no estaba en Punta Arenas”.

Crimen

Elizabeth Mella fue asesinada en su casa el 8 de marzo de 2020. La mataron con 27 puñaladas y luego el autor le prendió fuego a la ropa de cama, iniciando un incendio para hacer desaparecer toda evidencia del asesinato.

Pero la llegada de bomberos fue muy rápida y el siniestro se acotó sólo al dormitorio. El informe de los peritos dejó por establecido que el incendio fue intencional. La víctima sufrió quemaduras, pero la autopsia y muestras biológicas que se le tomaron al cuerpo permitieron a la postre dar con el principal inculpado.

“Transcurrió un tiempo no menor desde el día del crimen, pero durante todo este periodo se hicieron múltiples diligencias, siguiendo distintas líneas investigativas”, manifestó el fiscal Dobson que, de paso, reconoció que “este es un caso muy complejo, partiendo por los hallazgos que se realizaron de un lugar donde el sitio del suceso fue alterado por la vía de quemar la casa”.

Las dificultades también venían por el lado de la cantidad de amistades y cercanos que tenía Mella. “Esto nos llevó a indagar e investigar a varias personas y recopilar todo tipo de antecedente para confirmar o descartar alguna vinculación con el caso”.

Las pruebas y análisis científicos que están consignados en la carpeta no son habituales en una investigación. Hay mucho trabajo de laboratorio, particularmente ADN, “y en este caso asociado a fluido seminal, que claramente sitúa al imputado en términos de haber tenido una relación íntima con la víctima el día de los hechos, y también de ubicarlo en el sitio del suceso”.

Más encima la investigación se vio afectada por la pandemia. Los tiempos no fueron los mismos porque a partir de marzo del año pasado vinieron muchas restricciones. Todo se confabuló, pero así y todo, análisis y resultados que muchas veces se entregan después de seis meses acá se obtuvieron antes, destacó.

El “Huasca”

Junto con las muestras biológicas tomadas a partir de papel higiénico encontrado en el baño del domicilio de la víctima, cuyos resultados son coincidentes con el ADN de Huaiquil, hay un elemento no menor que acaparó la atención de la PDI.

El 10 de marzo, dos días después del crimen, aparece una carta anónima, sin remitente, que el autor dejó en el auto del hermanastro de la víctima, dirigida a Fabián Díaz, hijo de Elizabeth.

La misiva parte entregando las condolencias al destinatario y el contenido fue llamativo para la policía, porque hacía referencia a que una persona, apodada el “Huasca”, obrero de la construcción, estaba vendiendo dos celulares y describe el color de cada uno, coincidiendo la descripción con los teléfonos que desaparecieron de la escena del crimen.

“Posteriormente logramos establecer que el apodo Huasca, correspondía a una persona en situación de indigencia, pero los análisis nos permitieron descartar que tuviera algún vínculo”.

Resultó sospechoso que un obrero fuera hasta la casa de un familiar de la víctima, en el Loteo del Mar, a dejar una carta sin conocerlos previamente.

Sin embargo Huaiquil aparece más cercano porque vivió con su ex pareja al lado de la vivienda donde apareció la misiva.

Los integrantes de esa familia, más otra cantidad de personas, fueron sometidas a peritajes caligráficos. “A esas alturas las sospechas se extendían a todo quien pudiera tener vínculo con este elemento”, indica Dobson.

Esto es como el zapato de la Cenicienta. Le calza a una sola persona. La carta en cuestión se escribió de forma manuscrita y es algo parecido. El peritaje fue extremadamente concluyente.

“Los textos escriturados trazados en las dos hojas cuadriculadas remitidas a peritaje, proceden de la mano del imputado Luis Huaiquil Andrade”, se lee en las conclusiones del documento policial.

Todos los antecedentes llevaron al fiscal a pedir la detención del puertomontino Luis Huaiquil Andrade a quien formalizó el lunes por los delitos de femicidio e incendio en lugar habitado y fue enviado a la cárcel.