Día del Periodista: la necesaria memoria y las nuevas amenazas
Cada 11 de julio se conmemora en Chile el Día del Periodista, en recuerdo de la promulgación de la ley de 1956 que creó el Colegio de Periodistas, cuerpo colegiado que cumplió el martes pasado 67 años.
En tal contexto, el colegio de la orden y los respectivos consejos regionales a lo largo del país resaltaron el rol que han jugado y que tienen los profesionales de la prensa, desde la creación de La Aurora de Chile.
Desde el gobierno y en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe militar, se quiso poner el acento en recordar a todos aquellos periodistas y trabajadores de las comunicaciones que fueron asesinados durante la dictadura. Así, se develó una placa recordatorio con los nombres de las y los comunicadores asesinados.
De acuerdo al Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, existieron cerca de 230 casos de periodistas que sufrieron prisión política, a éstos hay que sumarles 70 personas más que no tenían la profesión, pero estaban directamente vinculadas con la actividad.
Según cifras del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, fueron 37 los periodistas y/o comunicadores que sufrieron desaparición o ejecución durante aquel luctuoso tiempo.
El acto en La Moneda fue una contribución a la memoria y también tuvo algo de justicia y sentido reparatorio.
Pero, no sólo en tiempos tan brutales como las dictaduras la vida y la seguridad de los periodistas ha estado en peligro. Los informes de entidades como la Unesco dan cuenta que sólo el año pasado se registraron 86 asesinatos de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación, es decir, uno cada cuatro días en todo el mundo. De estas cifras, surge Latinoamérica como la región más peligrosa para ejercer esta actividad.
También el ejercicio periodístico enfrenta otros ataques, como amenazas de grupos delictuales organizados, la expulsión de sus países -como Nicaragua-, el cierre de medios de comunicación y, ahora, el ciberacoso.
Otra arista viene desde el Estado, cuando se intenta vía legal amordazar a la prensa y/o imponer una única visión. Organismos como la Sociedad Interamericana de la Prensa y nuestra propia Asociación Nacional de la Prensa están alertando sobre cómo cambios legislativos y la propia comisión contra la desinformación creada en Chile pueden ser usadas para coartar la libertad de expresión y las líneas editoriales de cada medio.
Además, como otras profesionales, el periodismo está encarando una situación compleja, dada ésta por la llamada inteligencia artificial. Cuánto afectará esto a las redacciones y al mercado laboral son sólo parte de los temas a abordar, pero, sin duda, el mayor desafío pasa por el uso ético de esta herramienta.
El pasado Día del Periodista puso éstos y otros temas en el tapete, los cuales deben seguir siendo analizados y abordados con diligencia por los colegios profesionales y las redacciones.
