“La temperatura ha influido más en el comportamiento de la gente y no en el virus”
El aumento de casos registrados por coronavirus en los últimos dos meses y que tienen a las ciudades de Punta Arenas, Puerto Natales y Porvenir sometidas a confinamiento total y cuarentena obligatoria con toque de queda que comienza a las 20 horas, no necesariamente estaría influenciado por las temperaturas como algunos han sugerido.
El climatólogo y encargado de la estación Jorge Schythe del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes, Nicolás Butorovic, planteó en un reciente estudio que “la temperatura ha influido más en el comportamiento de la gente y no en el virus”.
Dice que la ciudad de Punta Arenas, desde el inicio de la pandemia en marzo pasado, presentó siempre una mayor cantidad de casos si se la compara con el resto de las ciudades de la región.
En el mes de abril se registraron 516 casos por lo cual la ciudad estuvo en una primera cuarentena de 37 días que terminó el 7 de mayo (37 días en total); el mes de mayo presentó una baja de casos con 321 casos; misma situación sucede en los meses de junio y julio con 305 y 296 casos respectivamente.
Contra todo pronóstico el mes de agosto presenta 1.767 casos y el mes de septiembre 4.360 casos.
“Al realizar los ejercicios de correlacionar la temperatura del aire (mínima, máxima y media) de la ciudad de Punta Arenas versus los casos diarios de Covid-19 llama la atención que el número de infectados crece considerablemente a medida que aumenta la temperatura en general”, señala.
Butorovic estima que esto puede explicarse de distintas formas: los primeros dos meses de invierno junio (última semana desciende considerablemente la temperatura) y julio que registra la temperatura más baja en 25 años, con un promedio diario de -2,2 grados, implica que las personas se quedaron en casa por esta razón (baja temperatura) y hubo una menor movilidad diaria. A ello agrega la ausencia de luz en estos meses producto de la estación de invierno que conlleva a las personas a una menor actividad diaria y encerrarse en sus casas.
Agrega: “Ya en el mes de agosto las temperaturas empiezan a aumentar progresivamente día a día como también en el mes de septiembre esto podría implicar una mayor movilidad de las personas durante el día (días alargándose igual en términos de luminosidad) favoreciendo el contagio; además de actividades sociales y familiares que implica un mayor contacto físico y con mayor número de personas involucradas”.
Para Butorovic es sabido que el magallánico a diferencia del resto del país, por las condiciones térmicas que se presentan en la región, es más dado a participar en actividades dentro de casas, quinchos, centros sociales etc. y eso puede ser un factor de mayor contagio en estos meses.
Advierte que “todas estas hipótesis planteadas deben ser complementadas con estudios sociológicos a futuro”.
Nicolás Butorovic precisa que “sube la temperatura un par de grados y el magallánico empieza a circular porque también busca tomar aire y la circulación mayor se advierte en septiembre cuando la temperatura bordea los 10 grados promedio”.
Advierte que este análisis lo realizó con datos epidemiológicos disponibles en el último tiempo y que dicha información puede ser modificada a futuro, con datos de mejor calidad, y alterar los resultados, por lo que se podría ir monitoreando la situación en el tiempo.
Además, admite que las mismas conclusiones son aplicadas al comportamiento de Magallanes en general, pero se debe mirar con más cuidado ya que Porvenir y Puerto Natales empiezan a registrar más casos a partir de la mitad de agosto y el resultado puede ser influenciado por Punta Arenas.