Necrológicas

Iba a entregar sushi cuando tres delincuentes le hicieron una encerrona para robarle su vehículo

Miércoles 28 de Octubre del 2020

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“Soy nacido y criado en Punta Arenas y jamás había visto algo así”, dijo la víctima, aún choqueado por la violenta experiencia vivida el lunes en la noche.

“Soy nacido y criado en Punta Arenas y jamás había visto algo así”, relató Eduardo González Saldivia, aún choqueado por la encerrona que tres delincuentes le hicieron el lunes en la noche para robarle el auto, teléfono celular y otros objetos personales.

Mal que está la situación económica para todos, esta persona se reinventó y hoy tiene un pequeño emprendimiento. Los sushi son su fuerte y vía delivery los entrega a domicilio.

Esto hacía el lunes cuando fue protagonista de la peor pesadilla de su vida.

“Temí por mi vida”

“Claro que temí por mi vida” dijo González en conversación con La Prensa Austral.

Esa noche tenía un pedido de sushi que entregar en el sector de Barranco Amarillo.

Cuando se dirigía a su destino, conduciendo su vehículo, un Chevrolet Sail, por la Avenida Eduardo Frei Montalva, de sur a norte, a la altura de Capitán Guillermos, su automóvil recibió un “topón” por la parte posterior.

Unos metros más adelante, siempre por la Frei, el conductor del mismo vehículo que lo había golpeado le hizo una suerte de “encerrona”.

“En ese momento se bajaron tres tipos, me agredieron verbalmente y cuando saqué mi teléfono para tomar una foto uno de los tipos se subió a mi auto y escapó”.

“Traté de que no se lo llevaran así que me tomé de la puerta pero me arrastraron como media cuadra, por eso tengo todas las rodillas ‘peladas’ y la ropa rota. Fue un desastre”. El delincuente dobló de Frei hacia el cerro, por Martín Gusinde, en la villa Selknam I, y por ahí escapó con el vehículo de González.

Lo que más le llama la atención, admitió la víctima, es que los sujetos eran demasiado violentos. Por eso terminó con la nariz quebrada y con lesiones en las costillas y el hombro. “Estos tipos me reventaron”.

Recuerda que el que más gritaba “¡róbale el auto, róbale el auto y sácale la plata!”, tenía un acento medio raro, como de una persona extranjera.

Ahora, ya más tranquilo, entiende que la acción que emprendió para que no le robaran el auto fue tremendamente riesgosa para él, porque quiso tomar del cuello al sujeto que tomó el volante pero éste no se detuvo y lo arrastró, “y perfectamente me pudieron haber matado, porque en el pasaje por donde escapó el tipo habían otros autos estacionados y pude haberme golpeado muy fuerte”.

Una vez sucedido esto, alrededor de las 22 horas, su entorno estaba muy preocupado porque no sabían nada de él. Lo llamaban al celular y no respondía, porque el teléfono se lo habían robado.

La familia no sabía dónde estaba. Y peor aún cuando las personas que encargaron el sushi preguntaban por el pedido. Había pasado mucho tiempo desde que salió del local y era muy sospechoso que aún no llegara a destino.

Investigación

El vehículo Chevrolet apareció ayer en la mañana, abandonado en calle Andrés Pérez Araya, en el sector Cumbres Patagónicas.

La Fiscalía instruyó a la Sección de Investigación Policial (Sip) efectuar algunas diligencias, como revisar cámaras de seguridad y toma de declaraciones a vecinos del sector norponiente. Y a personal del Laboratorio de Criminalística de Carabineros encargó pericias, sobre todo para buscar huellas.