Comercio natalino protestó contra la cuarentena y su impacto económico
El centro comercial de Puerto Natales lució ayer banderas negras, globos del mismo color y maniquíes en las calles. El inusual ambiente urbano en la capital de la provincia de Ultima Esperanza obedeció a una protesta realizada por los dueños de negocios y tiendas contra un régimen de cuarentena que, acusan, los está asfixiando económicamente con el consiguiente drama social que la cesantía y la falta de recursos provoca.
Gran parte del comercio se sumó a esta protesta, entre ellas establecimientos emblemáticos e históricos como Tienda Liberty, que abrió sus puertas al público el año 1970 en la esquina de Esmeralda con Baquedano. El emprendimiento de los conocidos vecinos Arturo Godoy (ya fallecido) y Libertad Fernández lleva medio siglo atendiendo a la comunidad natalina. Hoy están al frente del establecimiento Rosario Godoy y su hija Marcela Capelli. Esta última manifestó que pese a la pandemia y la cuarentena han seguido trabajando, sobre todo para mantener a su personal. Lo anterior ha sido difícil porque desde el 11 de septiembre no han podido atender en su establecimiento y las ventas las están efectuando vía online. Añadió que el vestuario es una necesidad prioritaria, por lo que han continuado con su trabajo a través de delivery.
Aprovechó la ocasión para realizar un llamado a generar conciencia y crear una unión colectiva para enfrentar la actual situación que afecta a todos. Además instó a “comprar en el comercio local como una forma de apoyarnos. Tenemos que hacer un comercio circular para que el dinero quede en Puerto Natales y de este modo podamos salir adelante entre todos”.
Por su parte, la tienda María Cristina, de calle Baquedano Nº471, abrió sus puertas en el año 1974. Su propietaria María Cristina Barría manifestó que “es la primera vez que el comercio de Puerto Natales se encuentra cerrado. Nosotros necesitamos trabajar, seguir adelante, subsistir. Muchos lamentablemente van a tener que cerrar definitivamente porque no van a poder continuar”.
Agregó que “lo único que pedimos es que levanten la cuarentena”. Ellos, como tienda, habían implementado un protocolo sanitario que implicaba el uso de alcohol gel, pediluvio y el ingreso de dos personas a la vez con mascarillas.
Hoy venden por delivery, lo cual ha sido muy difícil porque se ha perdido esa relación con el cliente. “Uno está acostumbrado a atender al cliente para que salga de tu establecimiento conforme y contento”, expresó.