Ballenas azules tienen un valor de entre los 2.280 y los 3.000 millones de dólares

– Un proyecto nacional busca conservar y proteger a estos cetáceos y monitorear los océanos, estudiando y valorizando los servicios ecosistémicos marinos, en particular aquellos asociados al rol de las ballenas en la captura del CO2, necesarios para enfrentar el cambio climático.

El Fondo Monetario Internacional, las universidades de Duke (EE.UU.), Tuscia (Italia) y Bourgogne Franche-Comté; (Francia) y Fundación Meri (Chile) publicaron en septiembre, el paper científico “On Valuing Nature-Based Solutions to Climate Change:  A Framework with Application to Elephants and Whales”, que cuantificó el aporte de las ballenas (en Chile y Brasil) y elefantes (en Africa) para la captura de carbono (CO2) y conservación de servicios ecosistémicos y biodiversidad, para mitigar los efectos del cambio climático, además de concientizar a los gobiernos a comprometer recursos para la conservación de estas especies y restauración de sus ecosistemas.

En el contexto de cambio climático, la valorización de los servicios ecosistémicos es clave en los planes de conservación desarrollados en Chile por Filantropía Cortés Solari, a través de Fundación Meri, que trabaja la Conservación Efectiva de una manera multisectorial en las dimensiones ambiental, cultural, económica, social e institucional.

En lo que respecta a Chile, se cuantificó a las ballenas azules, el animal más grande del planeta, cuya población se estima en 570 y 760 ejemplares, con un valor unitario de US$ 4 millones, considerando su aporte a cuatro servicios ecosistémicos: captura de carbono en sus cuerpos, captura de carbono a través de la mejora del fitoplancton, mejora de la pesca y finalmente, turismo.

Es así que el valor total de la población estimada fluctuaría entre US$2.280 millones y más de US$3.000 millones.

Con esta información, el programa The Blue Boat Initiative, un proyecto nacional conjunto del Ministerio de Medio Ambiente y Fundación Meri, busca conservar y proteger a las ballenas, y monitorear los océanos, estudiando y valorizando los servicios ecosistémicos marinos, en particular aquellos asociados al rol de las ballenas en la captura del CO2, necesarios para enfrentar el cambio climático.