“Siempre nos abrimos a la posibilidad de que existiera otra organización que pudiera tomar este programa”
Ha pasado una semana desde que el obispo Bernardo Bastres anunciara que Fide XII se hará cargo, desde el primer día de febrero de 2021 de la residencia Juan Pablo II, tras la decisión del Hogar de Cristo de no continuar prestando el servicio de atención a los adultos en la tradicional residencia de calle Balmaceda. En su momento, la institución de beneficencia quedó muy mal parada ante la opinión pública; daba la impresión que actuaba sin corazón, solamente motivada por las dificultades económicas de un año particular y olvidándose de los más necesitados, en este caso, los adultos mayores.
Es por ello que el Hogar de Cristo salió a manifestar que esa nunca ha sido su intención, y que siempre han velado por el bienestar de las personas a las que atienden. El jefe de la zona sur del organismo creado por el Padre Hurtado, Fernando San Martín, manifestó que “fue una decisión súper difícil para la Fundación Hogar de Cristo, a través de la crisis financiera que estamos sufriendo, producto de la pandemia y que eso implica hacer ajustes dentro de los programas, pero también cautelando que el objetivo siempre era hacer un cambio o cierre en aquellos lugares donde pudiéramos cumplir dos objetivos: uno, que los adultos mayores de este programa, que en este caso son 28, pudieran tener alguna derivación dentro de la red que tiene la institucionalidad público o privada de la región, o también derivarlos a otras regiones, pero también vimos la realidad de cada región y ver las posibilidades”.
El ejecutivo advierte que apenas se tomó esta decisión, “establecimos una serie de coordinaciones a nivel regional, que fueron muy importantes. Tuvimos tres reuniones con el gabinete social de la región, con los seremis de Desarrollo Social, de Gobierno, y Salud, además de la directora regional de Senama, donde fuimos viendo los escenarios que había que abordar en función de este cierre: dónde quedan los adultos mayores, en qué situación. Llevamos más de un mes trabajando en la línea de ir informando y poniendo a disposición de las autoridades regionales cuál era la definición del Hogar de Cristo y el trabajo que queríamos hacer”, añadió, junto con mencionar que toda esta información fue entregada a los parlamentarios de la región.
San Martín recalca que el Hogar de Cristo seguirá trabajando en Magallanes, con los programas de hospedería, acogida y de atención a adultos mayores, por lo que, apunta, “vamos a llegar a las 110 personas con las que vamos a seguir trabajando”.
El segundo punto implicó un trabajo interno de cara a los trabajadores, a quienes agradeció su disposición y con quienes, ha habido un proceso de acompañamiento con los trabajadores que no seguirán. En esa línea, indicó que se hizo un trabajo intenso con los 28 adultos mayores del centro, en los que “hemos desarrollado todo un acompañamiento psicosocial con ellos, elaborando sus historias de vida, cómo llegaron, cuáles son sus vínculos, de tal forma que mañana, ya sea por traspaso o cierre, la derivación vaya con su historia de vida, recuerdos y memoria”.
En un tercer punto, Fernando San Martín indicó que, “siempre nos abrimos a la posibilidad de que existiera otra organización que pudiera tomar este programa. Partimos hace un mes con una reunión para ver si efectivamente pudiéramos llegar a un acuerdo de que esta residencia pudiera tomarla Fide XII”.
“En relación al acuerdo alcanzado, el Hogar de Cristo traspasará la residencia por diez años, plazo que puede ser renovable y con todo el equipamiento. Asimismo, una vez concretado el traspaso, el Hogar de Cristo se mantendrá en contacto con Fide XII, para entregar su experiencia en este trabajo”.
Pero, por qué iniciar estas reuniones y trámites una vez que se anunciara el cierre, responde San Martín: “Son 28 programas en todo el país, son 450 trabajadores, y cuatro residencias que se cierran o traspasan. Esta definición nacional fue en un contexto de bastante emergencia y lo conversamos en su momento, la posibilidad de que pudiera haber una forma de revertir esto, pero siendo responsables. La definición nuestra fue que no podíamos seguir con la residencia y generar un proceso de traspaso o de cierre. Y habiendo anunciado esto, no nos quedamos esperando que ocurriera sino que fuimos automáticamente a buscar y tener reuniones con servicios o instituciones del Estado, para mostrar los datos que sustentaban esta decisión”, concluyó San Martín.