Necrológicas
El ambiente nocturno se torna insostenible a causa de las borracheras y peleas

Pacientes acusan malos tratos y agresiones por parte de indigentes que viven en los pasillos del hospital

Sábado 28 de Noviembre del 2020

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Hasta 15 personas pernoctan en el principal centro asistencial lo que ha demandado la intervención de guardias y de Carabineros.

Son las 0,30 horas del lunes 23 de noviembre y al final del pasillo que conduce a la Farmacia La Estrella el guardia del hospital está concentrado en contener a un grupo de 8 personas en situación de calle que ha hecho del principal centro asistencial su lugar de pernoctación: cuatro de ellas duermen profundamente sentadas, mientras otras cuatro personas, entre ellas un minusválido apoyado por muletas, y una mujer, se encuentran de pie, frente a ellos, esperando tal vez el momento para recostarse en el suelo.

Hacia ellos avanza una trabajadora del servicio de aseo premunida con su balde estrujador, alertada que uno de los hombres que permanecía de pie, bajo los efectos del alcohol, se había orinado en el pasillo.

Históricamente los servicios de urgencia de los hospitales se han convertido en refugio de ebrios y gente en situación de calle que no son admitidos en los albergues tradicionales.

El guardia de esa noche de domingo nos confiesa que estas personas solían instalarse en el pasillo frente a la Unidad de Emergencia, pero debido a los recurrentes conflictos con los que debían lidiar, peleas entre ellos, borracheras, roces y agresiones con usuarios y funcionarios, y música con alto volumen, obligó a “correrlos” de ahí y confinarlos a un rincón, frente a la farmacia.

La convivencia entre ellos se ha tornando insostenible, con guardias corriendo riesgo al momento de intervenir para frenar una pelea, resultando heridos algunos de ellos al momento de refriega, por lo que ha sido necesario la concurrencia de Carabineros.

Han sido los propios pacientes del Hospital Clínico quienes han alzado la voz para denunciar este clima hostil. Y, es que si bien reconocen que siempre han convivido con personas en situación de calle, algunas de ellas fallecidas y a quienes hoy recuerdan con mucho cariño, en la actualidad los conflictos se generan por la conducta disruptiva y a ratos peligrosa que mantienen los nuevos “huéspedes” del centro hospitalario.

La presidenta de la Asociación de Dializados y Trasplantados (Asodi) Jeany Contreras, subraya que es una situación compleja, especialmente para quienes se dializan en la tarde y noche. Son estos enfermos quienes más se han visto afectados, considerando que su vida depende de que se puedan conectar a una máquina tres veces por semana, un tratamiento que a pesar de la pandemia no se puede detener y tampoco realizar por telemedicina. Luego de tres horas conectado a un equipo de hemodiálisis, en algunos casos, el paciente se retira de dicha unidad pasadas las diez de la noche. En medio del desgaste que sufre su organismo, deben lidiar con estas personas, que producto del alcohol tienen una conducta desafiante.

“Estamos muy cansados, salimos de diálisis y nos encontramos con estas personas que no respetan ninguna medida sanitaria, a pasos de la urgencia y no usan mascarilla, son un riesgo para ellos mismos y para el resto… Se tomaron los pasillos del hospital. Una compañera me contaba que el viernes antepasado se pelearon entre ellos, por lo que los guardias tuvieron que intervenir. Insultan a quienes van a buscar a los pacientes, piden plata y hasta se emborrachan dentro del hospital y tienen incluso las cajas de vino escondidas en el teléfono público”, denuncia la dirigenta.

Para el presidente del Consejo Consultivo del hospital, Nicolás Soto, es un tema que se ha planteado ante las autoridades. “En este momento hay dos albergues para personas en situación de calle y recursos del Estado que se invierten en esta temática a través del Fide XII y a pesar de ello prefieren dormir en el hospital, porque los albergues tienen reglas y normas que no quieren cumplir”, argumenta el dirigente, quien emplazó a la seremi de Desarrollo Social a tomar cartas en el asunto.

Soto enfatiza que se invierten muchos recursos en dispositivos que no cumplen con su función, ya que se ha visto albergues trabajando con muy pocas personas y la gente vive en el hospital, exponiéndose también al riesgo del contagio por Covid.

Desarrollo Social: “No los podemos obligar”

Sobre este conflicto, la seremi de Desarrollo Social, Liz Casanueva, indicó que cada vez que se entrega ropa e insumos de seguridad a estas personas, se les recuerda que están disponibles los albergues, pero “no podemos obligarlos”. Reconoció que “lamentablemente, con la cuarentena, hemos tenido fugas desde los dispositivos porque las personas están obligadas a cumplir la cuarentena. Nos han dicho que ingresan con alcohol, pero si hay actos de violencia o si tiene muchos reclamos, es el director del hospital el llamado a tomar las medidas legales correspondientes”.

La seremi dijo que cuentan con los cupos en las residencias para recibir a personas de calle, a las que están permanentemente invitando a ingresar, pero es voluntario, no se les obliga a quedarse, a menos que haya una medida judicial de por medio.

La visión del Hospital Clínico

El director del Hospital Clínico de Magallanes, Ricardo Contreras, explicó: “Hemos visto un aumento significativo de estas personas desde el inicio de la pandemia, muchas seguramente emigrando de las zonas céntricas de la ciudad donde solicitaban dinero.

Hemos pasado de tener 3 personas en situación de calle a un máximo de 15 en algunas noches, con un aumento considerable de personas cuyo comportamiento genera situaciones de riesgo para nuestros usuarios y funcionarios”.

Señaló que como Hospital Clínico, por medio de la Subdirección de Operaciones, están monitoreando esta situación constantemente, la cual se ha vuelto insostenible en algunos momentos afectando la calidad y continuidad del servicio que prestan, por lo que se han visto obligados, incluso, a solicitar ayuda de la fuerza pública. 

El director indica que están efectuando un trabajo con otros actores, ya que se trata de un problema social que requiere de una mirada multisectorial. De esta forma, han sostenido reuniones con la seremi de Desarrollo Social, para que mediante un trabajo conjunto y coordinado se guíe a éstas a utilizar los beneficios que proveen las instituciones creadas para esto.

Adicionalmente, evalúan capacitaciones especiales para los guardias de seguridad de este recinto para un adecuado manejo de estas personas, además de un mayor control de los accesos a las instalaciones.