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Rodolfo Bórquez, un eterno en el fútbol del Español

Miércoles 9 de Diciembre del 2020

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El fútbol es el deporte que por más años se ha practicado en la región y por lo mismo es el que tiene una mayor cantidad de personas y personajes que han destacado en el transcurso de su historia.

Uno de ellos fue Rodolfo Bórquez, quien por más de veinte años jugó su deporte favorito y posteriormente no se alejó de las canchas, por el contrario siguió con su entusiasmo como entrenador y dirigente de la única institución de toda su vida: el Club Deportivo Español.

Como la mayoría, dio sus primeros pasos en las canchas de barrio, en sitios eriazos que habían en muchos sectores de la ciudad en la primera mitad del siglo pasado, donde se improvisaban canchas en las que pasaba el día completo jugando, como muchos otros.

La historia se inicia en los sitios baldíos del barrio Prat, “mis primeros contactos con el balón yo diría que los hice ahí, jugando por equipos de barrio, en las tradicionales ‘pichangas’ que eran muy frecuentes en todos los barrios en aquellos años”, comienza señalando Bórquez en una entrevista realizada por nuestro medio en los ‘80.

“Había varios equipos, incluso por cuadras, y se jugaban estos encuentros extraoficiales entre los de una cuadra y otra o entre sectores o manzanas. Lo importante de esto era jugar”.

CANCHAS IMPROVISADAS

“En esos tiempos habían muchos sitios eriazos por la poca construcción que había en el sector por lo que era muy fácil habilitar una cancha y desde luego lo hacíamos nosotros mismos”.

“Allí se realizaban grandes ‘pichangas’ y en tiempo de vacaciones nuestra vida transcurría prácticamente allí. Comenzábamos a las 8 de la mañana, íbamos a almorzar a las 12, volvíamos a las 14 horas hasta continuar en época de verano cuando ya oscurecía o nos llamaban nuestros padres, a veces muy enojados”.

“No había zapato que aguantara y no eran de fútbol, porque éstos eran muy caros, ni se empleaban las zapatillas que ahora están de moda”.

“Por otra parte, era muy difícil conseguirse una pelota de cuero que también eran diferentes a las de ahora, tenían un tiento que era de cuero también y cabeceábamos, dolía bastante y la frente quedaba con algunas raspaduras”.

“Por suerte nosotros teníamos en casa una pelota de esta naturaleza que no era nuestra y pertenecía a un hermano, Abraham, que fue un gran dirigente del Español y como trabajaba en la firma Menéndez Behety estaba a cargo de los equipos de fútbol y de su indumentaria con la que actuaban en la Liga Comercial”.

“A escondidas, aunque la dejaba a buen recaudo, ubicábamos la pelota y con ella efectuábamos los partidos en el barrio”.

BARRIO PRAT

“De preferencia jugábamos en los sitios que actualmente se levantan el Grupo Escolar y el (antiguo) Hospital Regional, lugar donde en su tiempo estuvo ubicada la Policía de Aseo”.

“Posteriormente se construyó el Grupo Escolar y quedó un sitio libre adyacente a esta construcción, lo que se aprovechó para construir una cancha y en la cual actuaron los clubes que se cobijaron en la Liga Cristo Obrero”.

“La mayoría eran del barrio Prat, pero había otros que pertenecían a diferentes sectores, como el caso de la Explanada Prat que era un club formado por elementos de la Armada y su sede estaba ubicada cerca del (antiguo) gimnasio de la Confederación Deportiva”.

“Estaban también Don Bosco, Zenteno, el Nacional que salió del Centenario, el Carnicerías Unidas que dio paso posteriormente al Deportivo Independencia”.

“Ese fútbol de los barrios era muy bonito y se jugaba con gran entusiasmo y era presenciado por mucho público, porque los vecinos vivían en esos sectores, tal como ocurre en el barrio 18 de Septiembre”.

“No había mayores reglamentos y si un jugador que tenía condiciones podía actuar perfectamente con los adultos. Eso era provechoso porque los jugadores se hacían adultos a una temprana edad”.

ROMULO CORREA

“Por esa época la gente de barrio entrenaba también en la famosa cancha Rómulo Correa, donde actualmente están los edificios Empart, y allí equipos de barrio enfrentaban en estas prácticas a equipos como Scout, Naval, Audax y otros donde muchas veces se les ganaba a los consagrados”.

“Muchos jugadores de los barrios fueron aprendiendo con el roce frente a elementos de la Asociación Punta Arenas y terminaron convirtiéndose posteriormente en buenos jugadores”.

Justamente uno de esos jugadores que se foguearon en los barrios para llegar a un equipo grande la asociación fue el propio Rodolfo Bórquez, quien posteriormente pasó a integrarse a las filas del Deportivo Español.

“Mi llegada al Español fue producto de la calidad de dirigente de mi hermano Abraham en la entidad hispana, y como trabajaba en Menéndez Behety prácticamente todos pertenecían al Español o si jugaban por el club trabajaban en la empresa”.

“Por ejemplo recuerdo que en el primer piso de la tienda, que se ubicaba en Magallanes esquina Plaza, habían diez o doce jugadores del Español, hablo de los casos de Roberto Alvarado, Wheler, Sarmiento, Leiva, Vargas, por nombrar algunos”.

“Tanto visitar a mi hermano en la firma y conocer a los jugadores, que finalmente llegué al club pese a que mi padre y mi hermano Pedro eran del Scout”.

VEINTE AÑOS ACTIVO

“Comencé a jugar con 12 años, aunque era un poco chico para actuar con elementos de mayor físico, porque en ese tiempo habían dos series juveniles, la “A” y “B”, y prácticamente no se jugaba por edad sino que la primera serie tenía a los mejores”.

“Pese a mi físico, con el dominio de pelota que tenía y la experiencia ganada en el barrio, me defendía bastante bien ante jugadores de mayor envergadura, aunque no se jugaba con mala intención”.

“Cuando cumplí 18 años pasé a adultos. Nunca pensé en jugar en primera serie y sucedió en forma fortuita por cuanto había en esta división elementos de mucha categoría, formándose hasta tres selecciones muy parejas al extremo que cuando venían equipos profesionales perdían con las tres”.

“En estas condiciones pensaba y estaba conforme sólo con jugar dos o tres partidos, pero en una ocasión los jugadores de Español, que habían salido varias veces campeones, integraron el elenco de Menéndez Behety que actuaba en la Liga Comercial y fueron a Río Gallegos para jugar con el Enosis, varios de ellos estaban cumpliendo su etapa”.

DEBUT EN PRIMERA

“Como Español debía cumplir con su compromiso en la competencia, recurrió a sus elementos jóvenes, entre los que estaba yo y de allí se comenzó a efectuar una renovación completa”.

“De esta forma la mayoría de los jugadores que veníamos de la infantil por el año 1943 pasamos a integrar el elenco de la primera serie”.

“Esto fue gracias al semillero que siempre tuvo Español y que lo hemos seguido conservando”.

“Así comenzó mi actuación en la serie de honor donde tuve satisfacciones como la de ir integrando la selección que llegó hasta Arica, jugando en varias partes del país. Fui de centrodelantero, pero cuando el titular que era Coloma lo habían trasladado a Valparaíso”.

“Gira similar a esa, que duró cerca de dos meses, va a ser muy difícil que vuelva a repetirse. Creo que ni un equipo profesional podría intentar algo similar ahora, especialmente por los grandes costos que significa el traslado”.

“Se logró esto por los dirigentes que había en esos tiempos, de categoría, comenzando por Hermógenes Sandoval que presidió la delegación. Mi hermano Pedro fue uno de los gestores de la gira en la que fue designado como secretario”.

TRES CAMPEONATOS

“Estuve veinte años jugando, desde los 12 a los 32. En primera serie actué alrededor de doce, tiempo en el que integré el equipo campeón en tres ocasiones, el ‘53, ‘54 y ‘57 y en la ’53 – ‘54 fui goleador”.

“El mejor equipo que integré fue el que dirigió Francisco Caro, cuando era presidente de la rama Manuel Marín y presidente del club Florentino Fernández”.

“Era un grupo de amigos que no solamente entrenábamos muy temprano en las mañanas o bien en las tardes, pero siempre estábamos bien preparados físicamente y lo hacíamos de lunes a viernes”.

“Ese equipo estaba integrado por Sócrates Alvarez al arco: ‘Chucado’ Alvarado, Asencio y Latorre en defensa; en línea media Rodolfo Barrientos y Rodolfo Arecheta y adelante Mario Urbina, Alfredo Alvarado, yo como centrodelantero, Pascual Fernández y Amaro Bahamóndez que era un piloto de Lan y posteriormente lo hizo Benedicto Santana”.

“Hicimos grandes partidos especialmente con Magallanes, que tenía un gran elenco. Cumplimos una buena campaña”.

“En el fútbol de ahora he observado a buenos jugadores pero duran muy poco, actualmente falta dominio de balón. Hay jugadores que entran a la cancha sin saber qué hacer. En nuestro tiempo teníamos jugadas preconcebidas y nos conocíamos de memoria gracias al entrenamiento semanal”.

GENERACION ANTERIOR

“Hablando del fútbol en general, me quedaría con una generación anterior a la mía en que hubo figuras que difícilmente vuelvan a surgir como Armando Alvarado, Roberto Alvarado o “Machuca” Ruiz”.

“Faltan entrenadores, especialmente en las series menores, por ello que decidí cooperarle a mi hermano Armando en las series infantiles”.

“Estoy trabajando con mucho cariño y entusiasmo en las inferiores del Español, donde tenemos gran cantidad de niños que necesitan de una mano que los guíe”.

Rodolfo Bórquez valoriza como herencia que le dejó el deporte que “al término de mi vida deportiva sigo manteniendo a aquellos amigos que logré capturar durante tantos años. Pienso que muy pocos y a lo mejor ninguno han sido enemigos míos”.

“Por el contrario he hecho amistades muy grandes, no sólo a nivel local, sino que también a nivel nacional e internacional”.