Necrológicas

– Irís Marina Cárdenas Cárdenas
– Francisca Sierralta Cabrera

Con 1.034 personas y reclamos por el pasto largo se reabrió el Cementerio Municipal

Jueves 10 de Diciembre del 2020

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La ansiedad por ir al Cementerio Municipal a visitar a los familiares que han partido, hizo que desde las 10 horas, hubiera mucha gente en las afueras del camposanto. Esa misma urgencia por entrar se notaba en la casi nula distancia que había en la fila, a pesar de estar demarcada.

Para un acceso más expedito se dividió el cementerio en un acceso y salida por Avenida Bulnes y el mismo sistema por Angamos. Cada entrada tiene su pediluvio y personal del recinto dispone de alcohol gel, al tiempo que toma la temperatura. Para el ingreso no se solicita salvoconducto, pero sí a la salida, se entrega una tarjeta con timbre municipal que da cuenta de la visita. Así funcionará hasta las 13 horas, de lunes a viernes.

Pero lo primero que llamó la atención fue el pasto largo en algunos sectores, especialmente en el sector norponiente del cementerio. Allí, Julia Torres fue a visitar la tumba de su padre Anselmo Torres, quien falleció hace tres años y a sacar maleza. “Llega a dar pena como está el cementerio, desde que tengo razón nunca lo había visto así. Siempre con mi hijo estamos limpiando acá, vengo a ver a mi abuelo, mi tío. Ojalá que limpien por acá, nunca había estado así de feo”, contó al borde de las lágrimas.

Unas tumbas más allá, Angélica Díaz llegó junto a su padre, José Díaz Bórquez, a visitar a su madre, fallecida hace 10 años. Mientras cambiaba la desteñida foto, comentó que había “harto pastizal, aunque era entendible, porque casi nueve meses cerrado el cementerio; se notó el paso del tiempo. La última vez que vinimos fue en febrero. Uno sabe que sus difuntos están en el corazón, pero también se hace necesario venir”. Su padre, en tanto, criticó la cuarentena, “Cuántas personas que no pueden salir y cuántas andan en la calle. Qué sacamos cuidarnos cuatro y diez no hacen nada”.

Carlota Costa y su esposo Carlos Calisto llegaron con gualato en mano para limpiar la tumba familiar. “Ya sacamos una ‘manada’ de pasto y vamos por la segunda. El pasto estaba hasta acá arriba cuando vinimos en agosto. Aparte la mañana es muy cortita”, comentaron.

El balance final de la primera jornada arrojó que, en total, 604 personas ingresaron por Avenida Bulnes y 430 por Angamos. El administrador municipal del cementerio, César Gallardo, reconoció los reclamos por el largo del pasto. “Producto de la pandemia no trabajamos con la dotación completa. Solamente prestamos atención de servicios funerarios y por eso, en algunos sectores estaba muy crecido el pasto. Comenzamos hace 15 días a hacer limpieza, partiendo de la parte central hacia los extremos. El staff era mínimo porque igual tenemos muchas personas mayores de edad. Pero seguiremos con el corte de pasto y mantención”, subrayó.