Competencias del gobernador regional

Existen serias dudas respecto del devenir que se abrirá con la convocatoria ciudadana a elegir al gobernador regional en Magallanes, acto eleccionario que tendrá lugar, además, en todas las regiones del país el próximo 11 de abril.

Idealmente, tendría que dar paso a un proceso de descentralización, que a la fecha está lleno de interrogantes, complejidades e incertidumbres, pero, a la vez, con ciertas oportunidades, siendo éstas mayores o menores según se vaya verificando la real voluntad de traspasar facultades y competencias a las regiones y de permitirles decidir sobre sus recursos.

En este trayecto que será pedregoso, cobrará importancia el carácter y las capacidades de quién asuma el gobierno regional. No puede ser una figura débil ni timorata, que se apanique frente al poder central.

Esto, porque tendrá un rol importante en el proceso de traspaso de competencias, ya que una parte fueron identificadas por el Ejecutivo, pero otras a petición de los gobiernos regionales.

Para el año que está llegando a su fin, se habían planteado como principales desafíos perfeccionar la legislación vigente con miras a mejorar la implementación del proceso descentralizador, además de enviar un proyecto de ley sobre responsabilidad fiscal a cargo del ministerio de Hacienda.

El tiempo sigue corriendo y muchas de estas materias aún no están plenamente definidas, haciendo más complejo y riesgoso este itinerario.

Para regiones como la nuestra, se trata de un proceso que puede ser muy prometedor respecto de la forma en que la nueva autoridad electa vaya definiendo estrategias, políticas y acciones que garanticen un desarrollo más equitativo e integral para los magallánicos.

Pero, al persistir dudas serias y haber aún falencias legislativas y reglamentarias, todo esto puede convertirse en un tinglado frágil. Baste recordar que ni siquiera se han definido cosas protocolares tan simples como dónde se instalará el gobernador regional el 10 de junio del próximo año.