Mauricio Daza: “Voy por la convicción de dar voz a las zonas de sacrificio que son las regiones”
“Regionalismo Independiente” es el nombre de la lista que integran candidatos de Punta Arenas, Natales y Porvenir, con el apoyo del senador Carlos Bianchi y el diputado Karim Bianchi.
Mauricio Daza habla de la importancia de los independientes, de lo mal que los actuales partidos le están haciendo a la democracia y lo que la ciudadanía debe tener claro a la hora de esperar “cambios” con una nueva Constitución.
Conocido como el abogado de la Fundación Ciudadana Inteligente y por su papel como querellante en las causas contra Penta, Soquimich, Corpesca y Cascadas, hoy dice estar ad portas de asumir el desafío de ir como candidato a la Convención Constituyente por Magallanes. Lo justifica por su “convicción” y por esa necesidad de entregar voz a las zonas de sacrificio en que se han convertido las regiones. Pero también por el trabajo y compromiso que desde hace 9 años lo vinculan con el senador Carlos Bianchi.
Profundiza en lo anterior señalando que hace 15 años comenzó a trabajar en temas de la Patagonia junto al ex senador Antonio Horvath, “lo que hizo que me viera involucrado en iniciativas con las cuales se ha intentado desconcentrar y descentralizar de manera efectiva lo que es la gestión del Estado en nuestro país, incluso enfrentado grandes proyectos que, de alguna manera, trataron de arrasar con comunidades y con ecosistemas que son bastante relevantes y que se levantaban sin participación real de las comunidades afectadas”.
Reconoce que más allá de lo electoral, el camino hacia una nueva Constitución no será fácil. “No es fácil postularse como independiente fuera de partido, y más aún desde regiones. Tampoco será fácil trabajar para lograr cambios reales y profundos, pero es un desafío coincidente con lo que ha sido mi trabajo durante los últimos años”, enfatiza.
– Hablemos desde el punto de vista del ciudadano común, ¿qué expectativas reales pueden hacerse con una nueva Constitución?
– “Hay que ser realistas con las expectativas. La Constitución no va a generar un cambio inmediato en aquellos ámbitos en los cuales la ciudadanía, en alguna medida, reclama mayores espacios de justicia y dignidad. Por ejemplo en las cuestiones vinculadas a la salud, a la previsión, al acceso a la vivienda, a la descentralización. La Constitución va a ser un paso fundamental para lograr esos cambios, pero no va a generarlos de manera inmediata. Pero, sin una nueva Constitución esos cambios no van a ser posibles”.
-¿Y qué tan profundos deben ser esos cambios?
– “Hablamos de una Constitución que se proyecte al siglo XXI porque no podemos seguir bajo los ejes del siglo XX y los parámetros de una Constitución que, en su núcleo, no ha cambiado desde el año 1980. Acá todas las modificaciones que se han concretado, especialmente en los Gobiernos de la Concertación, han sido cambios que no han tocado el centro de la carta fundamental y este núcleo se vincula con garantizar ciertos espacios de poder a determinados grupos empresariales”.
Escepticismo en el proceso
– Hay quienes aún se muestran escépticos acerca del proceso.
– “Sí, y creen que todo esto ya está determinado para que sea simplemente una suerte de farsa manejada por los partidos políticos. Sin embargo, creo que no es así, la suerte no está echada, depende de lo que sea la acción de la ciudadanía. Aquí hubo una señal muy potente el 25 de octubre pasado cuando el 80% de la ciudadanía sostuvo con claridad que quería una nueva Constitución y que la quería básicamente a partir de una convención donde no participaran los políticos que forman parte del duopolio que ha manejado lo que es la gestión del poder durante los últimos 30 años a lo menos. En ese sentido creo que esa ventana hay que aprovecharla porque es una gran oportunidad”.
Sobre el mismo tema, dice que lo principal es que la Convención sea una instancia de encuentro donde se puedan expresar las diversas visiones que hay en la sociedad, con énfasis en lograr derechos reales para las personas “y garantías para sanar una herida profunda que se ha insensibilizado durante décadas y que tiene que ver con niveles de injusticia que se han generado, donde hay un 1% que se lleva, literalmente, el 30% del Producto Interno Bruto, y el resto que es visto como instrumento para generar negocios. Esto es muy real con el tema de las AFP y el ámbito provisional”.
Añade que en Chile se ha ido generando un círculo vicioso que por décadas ha entrampado a la sociedad, “entonces la idea es poder reestructurar las reglas del juego para que esos círculos de abusos e impunidad terminen y tengamos una sociedad más abierta, participativa y competitiva, y que la ciudadanía se sienta representada, porque sino nuestro proyecto como país no va a ser sustentable en el tiempo. Esto va a fracasar si las personas que están en nuestra Convención Constitucional no reflejan realmente el sentir de nuestra sociedad, o no la hacen creíble, y ese es el riesgo, el riesgo de un gran fracaso que no hará más que profundizar una crisis social de la cual todos tenemos la obligación de hacernos cargo”.
– Y en todo esto, ¿qué papel juegan los partidos políticos?
– “Son necesarios, pero hoy estos partidos le hacen mal a esta democracia. Hay que renovar la situación de los partidos, reconociendo que existen liderazgos que son súper valiosos, personas que están muy comprometidas con sus comunidades y que, además, tienen una conexión con su tejido social. El problema es que al interior de los partidos también se ha generado una jerarquía que, en la práctica, determina que si estos liderazgos no son funcionales a determinados caudillos sencillamente son invisibilizados y dejados de lado. Esto también se puede solucionar desde una nueva Constitución. Pero hoy, este proceso, debe ser impulsado desde los independientes y las regiones, basta con mencionar que los partidos han extendido el debate para definir las condiciones y los requisitos para las candidaturas independientes, poniendo una tarea titánica. Y lo han hecho no de manera inconsciente, más bien de manera dirigida para que las opciones de los independientes sea mínimas y ellos puedan capturar a todos esos candidatos e incorporarlos en sus propias listas en favor de sus militantes”.