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Rodrigo Alvarez Zenteno y las enormes expectativas frente al proceso constituyente: “Hay muchos errores que puedes superar, pero la nueva Constitución no es la varita mágica para todos los problemas ciudadanos”

Domingo 10 de Enero del 2021

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En marzo próximo, se van a cumplir 9 años desde que Rodrigo Alvarez Zenteno tomó una decisión radical: su salida total de la vida pública para ejercer sólo como abogado. Ahora, reaparece en la escena política como candidato de la Udi para integrar la convención constitucional que tendrá a su cargo la tarea de redactar la nueva Constitución que regirá los destinos del país.

Muchos esperaban que su irrupción electoral se enfocara en la disputa senatorial, pero el tres veces diputado por Magallanes, ex ministro del primer gobierno de Sebastián Piñera aclara de inmediato: “Creo que no hay nada más importante para los próximos años y décadas del país que lograr un buen acuerdo constitucional, lograr una Constitución que logre representarnos a todos en un sueño común, como lo es, finalmente, lo que queremos hacer de Chile, de Magallanes, la Patagonia”.

Para Alvarez, los sucesos derivados del 18 de octubre de 2019 indican que hay una expectativa de cambio en la gente, si bien puntualiza que rechaza todos los actos de violencia derivados de estas manifestaciones.

A su juicio, el estallido social es una protesta provocada, más que por la Constitución de 1980, por las fallas graves en un modelo que fue muy exitoso en algunos cosas, pero que tuvo falencias.

“Veo a un Chile con mucha esperanza y espero que mantengamos muchas cosas buenas que se han hecho en los últimos 30 años, la mayoría de los cuales yo he estado en la oposición, y que corrijamos una serie de delitos y hasta errores y nos demos un marco de organización y relación más adecuado”, apuntó.

– ¿Qué pueden esperar los magallánicos de un constituyente?

– “Primero, la representación total de los intereses de Magallanes en los aspectos que tocan dentro de la Constitución. ¿Qué pueden esperar de mí? Soy una persona que tiene una visión de ciertos derechos y libertades, un modelo. Soy de centro-derecha y, evidentemente, esos valores voy a tratar de impulsarlos. En tercer lugar, en mi caso y creo que es lo que más me motiva y es lo más importante y creo que di prueba de ello mientras fui diputado, es, de buena fe, enfrentar razonablemente un debate en que creo que la clave es buscar grandes acuerdos nacionales”.

– O sea, ¿usted es el mejor candidato que puede tener la centro-derecha en Magallanes?

– “(Sonríe) En todas las elecciones en Magallanes me han hecho esta pregunta y voy a contestar lo mismo: Eso lo va a decidir la gente. Porque, además, lo creo. Espero ser elegido por los magallánicos y no sólo por la centro-derecha magallánica, sino por todos los que creen que puedo hacer un buen trabajo -que así lo espero-, pero serán ellos los que decidan”.

– ¿Sabe que le van a cuestionar, duramente, porque se alejó de la región y le van a enrostrar el que aparezca ahora buscando votos?

– “Eso es un error. Yo, de lo que sí me alejé -y lo puedo decir claramente sin ningún problema porque fue una elección personal- fue de la actividad política. Hace nueve años que no hago nada, nada de política, excepto manifestar mi opinión y votar por mi candidato. La última entrevista en que hablé de mí, como persona relacionada con la actividad política, fue en agosto de 2012. Hace nueve años.

“Me alejé de la actividad política, pero, en caso alguno, de Magallanes. Ni familiar ni personal ni profesionalmente me he alejado de Magallanes y sólo los magallánicos serán los que tendrán que decidir si puedo representarlos”.

¿Por qué constituyente
y no senador?

– Este año ofrece varios caminos para haber visto el regreso de Rodrigo Alvarez a Magallanes. ¿Por qué la opción constituyente?

– “Como bien señalas, este año hay varias elecciones, pero el año pasado también hubo muchos momentos políticos relevantes. Mi salida de la vida pública para ejercer como abogado. Siempre he tenido la vocación de una actividad pública, había muchas alternativas, pero considero tan relevante para Magallanes y para Chile la discusión constitucional que creo que esa sí debería intentar asumirla porque creo que no hay nada más importante para los próximos años y décadas del país que lograr un buen acuerdo constitucional, lograr una Constitución que logre representarnos a todos en un sueño común, como lo es, finalmente, lo que queremos hacer de Chile, de Magallanes, la Patagonia. La Constitución es ese conjunto de reglas que permite dar ese marco. Entonces, la razón de volver a desarrollar una actividad pública y, en este caso, postular a ser constituyente es fundamentalmente por la tremenda importancia que veo a este debate en sí, al debate constitucional”.

– Desde su perspectiva, ¿fue un error o es una oportunidad el dejar atrás la Constitución de 1980?

– “Creo, en primer lugar, que ese debate quedó un tanto superado por el resultado del plebiscito. La inmensa mayoría de los chilenos quiere hacer esto. Ahora, lo que debemos hacer todos es, de buena fe, entrar en ese debate. La Constitución del 80, así como la Constitución del 25 y la del 33 -que todavía heredamos mucho de ambas- tiene elementos muy positivos. Pero, vamos a tener que discutir muchas cosas que quieren los chilenos. Por ejemplo, hace unos días conversaba sobre artículos que pueden ser muy claves para Magallanes y que mucha gente desconoce, como el artículo 3º y 5º del capítulo XIV de la Constitución actual. ¿Qué es eso? Es lo relativo al gobierno regional, a los gobiernos locales. ¿Vamos a ser un Estado unitario, regionalizado, regionalizado profundo u otra alternativa? A eso nos tenemos que dedicar ahora. Al final, la decisión es tan amplia, que debemos enfrentar un debate en que todos nos demos cuenta de lo que nos pide el país es ponernos de acuerdo”.

– ¿Usted forma parte, entonces, a ese grupo de derecha que, a poco andar de la primera reticencia, coligió que era más conveniente estar dentro del debate que fuera de él?

– “Por las razones antes dichas, yo no tomé una postura pública en esta materia previamente. A mí, no me gustó el inicio del proceso. Mi posición es ahora, cuando en las últimas semanas tomé la decisión de postular a ser constituyente, que tenemos un dato dado: hay que construir una nueva Constitución y en eso debemos trabajar de buena fe. Como te digo, a mí no me gustó mucho el inicio del proceso ni cómo se desarrolló parte del debate. Pero, ahora tenemos que construir, que presentar una nueva Constitución y esa es mi aproximación. Creo que ahí uno fácilmente identifica 40 grandes temas que hay que conversar y tenemos escaso tiempo para ello”.

– Habiendo estado usted muy ligado al sector empresarial y llegando incluso a ser precandidato a la presidencia de una de las organizaciones más importantes, ¿no podemos tener la sospecha de que usted se incorpora a este proceso constituyente para defender los intereses del gran empresariado chileno más que por los intereses de Magallanes?

– “No y quiero decir claramente ‘¡No!’. Y no sólo eso. Yo, no sólo fui -como bien dijiste tú- precandidato a la presidencia de la Sofofa, sino también he representado gremios, así como represento y he sido director de empresas o como abogado trabajo en materias corporativas y tributarias para empresas. Ese es, sin duda, el trabajo para el cual estudié como abogado y a lo que me dedico como profesor de Derecho. Pero, creo que uno tiene una historia personal de ideas. Yo tengo una visión, por supuesto, favorable a las economías social de mercado, favorable a la actividad privada y eso no lo voy a desconocer ni ahora ni en un proceso electoral. Pero, yo no represento a los intereses de nadie. Lo que voy a tratar de representar, si es que soy elegido, es a los intereses de Magallanes y, por supuesto, mis convicciones sobre derechos y libertades que deben quedar normados en una Constitución”.

Propiedad y uso
de las aguas

Hay algunas discusiones abiertas como, por ejemplo, la propiedad y el uso de las aguas.

– “A eso me refería cuando te decía que hay un montón de derechos que hoy día no están. Creo que ese es un gran ejemplo de algo en que nos tenemos que poner de acuerdo. ¿Por qué? Porque, para muchos, buena parte de la protección ya estaba en la ley general de Aguas, en el Código de Aguas. Pero, hay sectores importantísimos de la población que quieren algo distinto, quieren que la Constitución lo identifique. Me da la impresión de que es correcto. Claro, uno como abogado y muchos como abogados, creemos que ya la protección del código era enorme, pero hoy, sobre todo en ese debate, hay una mayoría que considera que es un derecho que tiene que tener una garantía constitucional. Es evidente que la preeminencia del uso del agua para consumo humano es clave. Por lo tanto, si queremos resolver ese debate puede ser la opción.

“Pero, no sólo está ese tema. Todo el artículo 3º de la Constitución que consagra todos los derechos, sin duda alguna, va a ser de los más debatidos y discutidos. Hay muchos ejemplos como el derecho a la salud, vivienda que van a tener que ser sometidos a ese debate”.

Una Constitución con
perspectiva de género

Uno de los campos en que este proceso ha abierto gran expectativa es que, por primera vez, Chile tendrá una Constitución con perspectiva de género. ¿Cuán importante será contar con una Carta Fundamental así?

“¡Absolutamente! Eso está en las propias normas que se configuraron para esta nueva Constitución para garantizar la paridad, por una parte; garantizar la elegibilidad, que es otro elemento importante. Todas las listas tiene que llevar el mismo número de candidatos hombres y mujeres.

“Insisto en que este proceso tendrá éxito si todos llegamos con la disposición a un debate razonable y a ponernos de acuerdo”.

– ¿Le teme a la intransigencia?

– “Es que mucha gente dijo: ‘Con un tercio de todos los sectores, yo puedo proteger todo lo que me es más querido’. Sí, eso es cierto, pero significa que todos vamos a proteger lo que nos es más querido, pero no va significar contar con una Constitución que tenga orden y lógica. Aspiro mucho más a los dos tercios de los acuerdos. Para eso, todos, razonablemente, tenemos que estar dispuestos a conversar. Todas las perspectivas tienen que estar presentes, como la de género que indicas, pero también la de los pueblos originarios y la de los derechos del futuro y no sólo del paso actual de nosotros por la tierra, sino la de nuestros hijos y nietos. Todas esas perspectivas hay que tenerlas muy en cuenta al momento de redactar un texto que, ojalá, dure más que los de sus predecesores”.

– ¿Cómo se aborda el problema de la inmensa expectativa de la gente? Hay muchos que creen que la nueva Constitución le va a cambiar inmediatamente la vida.

– “Eso es, a mi modo de ver, el elemento central que hay que explicarle a la gente. Es peligroso el exceso de expectativas. La Constitución es el rayado de cancha común, la norma básica, la Carta Magna y Fundamental. Creo que hay muchos errores que puedes superar en la Constitución, pero no es la varita mágica para todos los problemas ciudadanos. Es muy importante, es clave. Hay ciertos derechos que hoy día no están y que vamos a garantizar, ciertos procesos políticos que hoy día no están y que vamos a mejorar -como el mismo proceso de las regiones, la distribución del poder, la descentralización-, pero hay que entrar a este debate con las expectativas muy centradas respecto de tener una mucho mejor norma y, al mismo, tiempo, para mejorar una enorme cantidad de temas que están en el debate. No hay que pretender que una Constitución, por sí sola, resuelva todos los problemas de Chile”.

– ¿Qué se logra con una mejor Constitución?

– “Primero, darnos estabilidad y unirnos en torno a un proyecto que hemos votado y aprobado. En tercer lugar, solucionar una serie de conflictos que evidentemente tenemos hoy día. Y, cuarto -porque en política los signos son importantes-, un nuevo punto de partida hacia un sueño común de un Chile con mayores expectativas, con un mejor país para nuestras familias y nuestros hijos”.

Plazos acotados

– Hay muchas materias fundamentales que abordar y definir. ¿No le parece que el plazo de un año es demasiado breve?

– “Creo que debe ser, desde el primer día, una tarea posible. Lo pongo al revés, ¿por qué? Porque creo que no le hace ningún bien a un país estar en la incertidumbre de cuáles van a ser las reglas de juego principales. No hay nada más importante, desde el punto de vista legal, que la Constitución. Creo que el plazo de nueve meses y de doce meses, impulsa a llegar a acuerdos, porque sabes que tienes una meta. Mi visión, al menos, es que hay que hacer todos los esfuerzos y trabajar incansablemente para que ese plazo sea correcto. La experiencia nuestra en Chile es distinta en las últimas tres Constituciones. Ha habido Constituciones que se han hecho más rápido, una en seis meses, y otra casi ocho años, como la del 80. Acá, como al mismo tiempo vamos a partir con un cierto sustrato común -porque no creo que haya nadie que no pretenda tener tres poderes del Estado, que no pretenda tener un capítulo de derechos, o que haya un mecanismo de reforma de la Constitución o que alguien que no tenga claridad que debe haber una Contraloría o un Ministerio Público-, creo que uno puede dar por avanzado muy fácilmente algunas materias. Pero, creo que debemos concentrarnos en la discusión de 30 a 40 materias a través de un trabajo de comisiones y de un reglamento, que no sabemos cómo va a ser”.