Necrológicas

87% de personal Uci enfrenta agotamiento extremo

Lunes 25 de Enero del 2021

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Un análisis de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi) arrojó que el 87% del personal de las unidades de cuidados intensivos sufre agotamiento extremo y ha comenzado a tener problemas de salud mental. Este segundo estudio evidenció un mayor deterioro en el personal de salud, y los indicadores se masificaron en comparación con el primer análisis.

Igualmente, la investigación revela que el 81% enfrenta un cansancio emocional catalogado como “alto”, un porcentaje notablemente mayor al 60% medido en julio. Llama la atención que un 57% de los participantes debió alejarse de su núcleo familiar por el riesgo de transmisión del virus. Además, al ser consultados por los ingresos familiares durante la pandemia, un 70% menciona una disminución de los ingresos de algunos de los miembros del grupo familiar.

De los participantes que no desempañaban habitualmente en Unidades de Cuidados Intensivos, un 54% refiere no haber recibido entrenamiento previo para la atención de mayor complejidad.

Los resultados revelan que entre los profesionales de la salud encuestados el síntomas de Burnout (o estrés laboral) es prevalente y presentan síntomas psicológicos severos. Ya la primera encuesta mostró que el personal de salud presentaba síntomas de Burnout en niveles importantes, por lo que los resultados de esta nueva encuesta son aún más preocupantes, y sugieren que los equipos están cansados, desgastados y tienen síntomas de problemas psicológicos.

El médico y vocero de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva, Marco Báez Rubio, plantea que la situación sanitaria actual es extremadamente devastadora para el personal sanitario, debido a una excesiva carga de trabajo por el número insólito de casos que atender, con casi nula posibilidad de recambio y además porque al principio de la pandemia muchos de ellos no tenían la expertise para el manejo de ventilación mecánica invasiva y otros soportes específicos de la medicina intensiva. Ello obligó a un gran esfuerzo personal por adquirir competencias que requieren de un buen tiempo para asentarse.

“La Sochimi ha cumplido con creces su rol de liderazgo en esta área y se ha destacado por los excelentes módulos de capacitaciones de libre acceso que ha dispuesto para paliar estas brechas de competencias. Por otro lado, existe una escasa percepción de parte de la población de todo este esfuerzo y desgaste, manteniendo los niveles de expectativas sobre lo que realmente podemos dar. Las expectativas de la población muchas veces superan los recursos disponibles para cumplir con ellas. Soy testigo de los esfuerzos monumentales de parte de todas las autoridades por conseguir recurso humano, pero este debe ser especializado para realmente brindar condiciones seguras de atención”, sostiene Báez.

Se requiere experiencia

En este sentido, profundiza que en medicina intensiva existe mucho detalle técnico que requiere no sólo conocimientos teóricos sino de experiencia y ello requiere tiempo, no es automático. La medicina intensiva en Chile es una subespecialidad, es decir, luego de una especialidad de base, que dura tres años regularmente se accede a la subespecialidad que dura otros dos años más. “No es posible improvisar en este campo de la medicina, que es donde se manejan los pacientes más graves y en donde las decisiones también son muy complejas, requieren de una gran experiencia para reducir al mínimo la posibilidad de error que aún así, siempre está presente”.

Todo lo anterior ha generado mucho cansancio y desgaste entre el personal, el cual está permanentemente sometido al riesgo de contagio e incluso de morir como se ha sabido ya de varios casos en nuestro país. “En lo personal me siento muy orgulloso de pertenecer a un grupo de trabajo en donde se debe superar todos estos obstáculos sumados al miedo habitual, para cumplir con lo que la vocación demanda. No obstante el efecto en el aspecto psicólogico es evidente. Siempre explico esto en relación al dolor de los familiares y al duelo que deben sobrellevar frente a la pérdida de un ser querido. Este mismo duelo lo vivimos todos los que trabajamos en cuidados intensivos en forma casi permanente del momento que es imposible separar las emociones de lo técnico. Se reconoce el esfuerzo de las autoridades también en este aspecto, habiéndose implementado asesorías de apoyo psicológico al personal, para ayudar a paliar estos efectos”, enfatizó.

“La pandemia
es real”

A juicio del médico, lo más importante es tomar conciencia de que esta pandemia es absolutamente real. Frente a ello, subraya que se puede debatir respecto a su origen, pero no sobre su realidad y crudo impacto. “Lo hemos vivido día a día desde hace un año, hemos visto morir muchos magallánicos a causa de ella y hemos tenido que trasladar muchos pacientes a otras regiones para no colapsar”.

Esta situación se produce por un virus cuya característica principal es su capacidad de contagiar muy rápidamente, incluso en fases asintomáticas, y por ello que el autocuidado nuevamente es lo más efectivo. Las medidas que se repiten todos los días: lavado de manos, mascarilla permanente, evitar aglomeraciones en lugares cerrados y distanciamiento físico. Y finalmente vacunarse.