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Madre del militar desaparecido: “El fiscal Campos me dijo que hay 181 personas desaparecidas y yo me pregunto ¿qué hacen aquí las autoridades?”

Jueves 4 de Febrero del 2021

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Denuncia que en tres ocasiones le han preguntado cuándo se va a su ciudad (Chillán) y que la sensación es de no continuar con ningún tipo de búsqueda del subteniente del Ejército, Hugo Fuentealba Pozo, desaparecido el 27 de diciembre.

Ya ha transcurrido más de un mes, y la sensación que tiene Mariela Pozo, es que ya no hay voluntad para realizar nuevas gestiones o búsquedas que permitan encontrar a su hijo, el subteniente del Ejército, Hugo Fuentealba Pozo, desaparecido el 27 de diciembre pasado en aguas del estrecho de Magallanes, en el sector del parque Chabunco, mientras navegaba un kayak. Siente que la preocupación expresada en un primer momento se fue diluyendo y que ahora sólo depende de la buena voluntad de algunas personas, que no son precisamente las que toman las decisiones, pero que sí tienen la empatía suficiente para entender el drama que vive a diario.

Pozo no ha descansado desde que llegó de Chillán, donde son originarios. Tanto es así que llegó hasta Porvenir para continuar con las labores de búsqueda, donde encontró sentido a la consigna “a un camarada no se le deja solo”, ya que allí contó con el apoyo del coronel Raúl Faúndez, del Destacamento Motorizado Nº11 Caupolicán y del capitán Patricio Sovino, además de todos los oficiales y funcionarios de dicha unidad, quienes diariamente están organizados para patrullar los cerca de 150 kilómetros de borde costero. “A pesar de lo cambiante del clima éste no ha sido impedimento para seguir en la búsqueda”, recalca Mariela Pozo.

La madre del militar desaparecido valora que durante este proceso en Tierra del Fuego han experimentado “el compañerismo, la fraternidad, el respeto al dolor de la familia, hemos sentido su apoyo y compañía; nos hemos dado cuenta que no estamos solos en esta tarea. Confiamos en que el trabajo continuará y que la perseverancia coronará nuestros esfuerzos, ya que Dios guía cada uno de nuestros pasos, para así poder rescatar a nuestro amado hijo Hugo Sebastián Fuentealba Pozo”, expresó.

Esto porque del viernes 29 al domingo 31 de enero, llegaron a Porvenir la Asociación y Academia de Guías Caninos de Búsqueda y Detección, quienes recorrieron, en compañía de sus colaboradores y perros de detección, 43 kilómetros en el borde costero de Porvenir, labor que continuarán, según prometieron a la madre. A ello se sumó un grupo de voluntarios, entre ellos militares, que el sábado 30 de enero, en el sector de Cabo Negro en el kilómetro 28, también caminaron por el borde costero a través de un rastreo terrestre de unos 10 kilómetros. A ellos se suma la colaboración que le ha prestado Kenos Drone, que le ha proporcionado estos implementos para las exploraciones.

Pero todas estas son iniciativas que grupales o personales, de gente que entiende el dolor y se compromete con esta familia que está sufriendo la angustia de no saber dónde está su hijo. Una actitud muy diferente a la que han tenido las autoridades, según denuncia Mariela Pozo.

Con gente particular

“Todas las gestiones las he hecho yo con gente particular. Tengo una carta del presidente de las salmoneras, que se comprometió conmigo a prestarme siete robots subterráneos, pero me puso como condición que debía conseguirme una embarcación y toda la logística, con la Armada. Se lo pedí a la fiscal, hace unos 15 días, antes que me fuera a Porvenir, que dio un requerimiento a la Armada para que se pronunciara, lo que no ha ocurrido. Le he enviado tres correos a la fiscal, porque la gente de las salmoneras me pregunta, pero no depende de mí”, lamentó.

Esta es una muestra de lo que ha estado viviendo últimamente, la sensación de que el caso va quedando en el olvido y que no hay mucha voluntad de continuar con la búsqueda. “Yo entiendo que no puede haber exclusividad, pero no por eso va a estar sin contestar algo que es importante para la familia. Esto ha sido muy complejo, porque me he sentido muy abandonada. Jamás pensé que, aparte del tremendo dolor que estoy viviendo, porque cada vez que salgo a la búsqueda ando esperanzada, pero cuando termina, siento una angustia horrible, entonces no sé si me hace bien seguir en esto. Yo tengo fuerza, pero veo a mi familia, que está súper mal. A veces pienso que por tratar de hacer algo bien, estoy dañando a mi familia, porque el proceso de apoyo ha sido prácticamente nulo”, criticó Pozo.

Tras mencionar que no ha tenido apoyo psicológico, porque no hay horas disponibles tanto para ella como para su familia, y que solamente lidian con esta situación tomando medicamentos para la ansiedad, expresa que “se han cumplido los protocolos como corresponde y después te dejan absolutamente botada, ‘arréglatelas como puedas y si estás triste, ojalá te hagas lo menos problema posible’, porque ya tres personas me han preguntado ‘cuándo se va, señora Mariela’, y esos tres son funcionarios públicos. Eso, siento que es una falta de respeto y algo que para mí es imperdonable. Y se los voy a nombrar: el fiscal Campos Lucero; el general Estévez (vicecomandante en jefe de la V División del Ejército) y el coronel Soto también me preguntaron cuándo me iba; y el tercero fue el de la Onemi, que cuando le pregunté por la logística, me dijo ‘no, yo aquí estoy como agregado’. Me parece impresionante todo lo que he vivido, y una lentitud para todo”.

Mariela Pozo ejemplifica esta desidia contando que contactó a un oceanógrafo, quien le solicitó que se consiguiera datos como la velocidad del viento a la Dirección General de Aeronáutica Civil desde el día 26 de diciembre hasta 15 días después, “lo mandé a pedir y aún no me ha llegado. Hay una falta de sensibilidad que yo pienso que existe, porque como me dijo el fiscal Campos Lucero, hay 181 personas desaparecidas que están con búsqueda permanente y yo me pregunto ¿qué hacen aquí las autoridades? Yo me hago una montonera de preguntas y hay muchas cosas que voy a sacar como mensaje bastante potente, porque no puede ser que se tome todo con esta falta de interés, apatía, falta de sensibilidad social y de gente que está en cargos públicos, que deben servir a la comunidad y no lo hacen”, profundiza la madre del militar desaparecido. “Hay cero empatía, dicen que lo lamentan mucho y que cuando uno necesite algo, se lo pida, pero cuando eso sucede, responden ‘aah no, hasta aquí nomás puedo llegar’, finalizó Mariela Pozo, que el 11 de febrero tendrá una audiencia online con las Fuerzas Armadas, “donde voy a decir todo lo que pienso, porque es mucha la falta de respeto, y uno tiene que ser consecuente con lo que piensa y lo que siente”.