Proceso de postulación universitaria

Los dos últimos años han sido particularmente complejos para aquellos jóvenes, en su mayoría egresados de la enseñanza media, que han rendido las pruebas de admisión universitaria.

En 2019, fue el estallido social el que marcó el proceso con las manifestaciones callejeras en las cuales se levantó un conjunto de demandas ciudadanas, entre ellas las de los estudiantes de educación media quienes objetaron la validez de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Un grupo buscó impedir que sus pares rindieran tal test, a través de la “toma” de los recintos dispuestos para tal efecto y otras acciones de corte violento.

Ahora, el ambiente no estuvo mejor con el advenimiento el año pasado del coronavirus y el consecuente trastorno de la vida escolar.

Además, de la incertidumbre que ha reinado producto de la pandemia, quienes quieren acceder a la enseñanza superior tuvieron que enfrentar el cambio del instrumento de medición de sus capacidades, al desecharse la PSU y dar vida a la Prueba de Transición Universitaria (PTU).

En enero recién pasado, los jóvenes debieron hacer frente a todo esto y buscar adaptarse y tener un buen rendimiento.

Estamos ad portas del proceso de postulación a las universidades que forman parte del sistema único de admisión y son miles los jóvenes que tendrán que tomar la decisión de qué carrera elegir y en qué universidad.

La oferta es amplia. Quizás, a ratos, abrumadoramente diversa y es esperable que cada postulante, con el apoyo familiar, haya invertido tiempo en investigar sobre los proyectos educativos y las credenciales de cada casa de estudios superiores y de cada facultad y carrera.

Un consejo –aunque parezca una Perogrullada- es que se tienen que privilegiar aquellas universidades y carreras acreditadas.

Toda esta información está disponible en las plataformas oficiales del ministerio de Educación y es importante que, aunque sea en la víspera de la postulación, las familias acompañen a sus hijos en la toma de esta decisión que será tan relevante para el futuro de ellos, entendiendo que la educación es la herramienta más poderosa para la transformación social.