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Valentina Pantoja de Prada: Una dolorosa epidemia para la que no existen vacunas

Por Agencias Lunes 15 de Febrero del 2021

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Por Valentina Pantoja de Prada/El Mostrador

Si es padre de una niña menor de edad, contrólela, enciérrela”. Con esas palabras, el padre de un imputado por violación, “defendió” el accionar de su hijo, de 33 años, sin siquiera hacer un mea culpa o ver que no es normal la conducta que tuvo con una niña de 12 años. Esa normalización que justifica patrones aberrantes de comportamiento es algo que vemos en nuestra sociedad de forma más habitual de lo que nos gustaría.

En Chile la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes (NNA) es frecuente. Se estima que 8.7% de las NNA chilenos han sufrido alguna forma de violencia sexual, siendo mayormente afectadas las mujeres (Unicef 2012). Sin embargo, según datos del Observatorio Niñez y Adolescencia, la cifra real de NNA afectados sería cercana a un 20%, debido a la existencia de una importante cifra oculta.

La legislación nacional establece que recién a partir de los 14 años se puede hablar de consentimiento en una relación sexual, ya que antes de dicha edad NNA pueden no ser plenamente conscientes sobre sus derechos y desarrollo. Sobre los 14 años todo lo que no sea consentido debe ser considerado como violación, cosa que aún se encuentra pendiente de modificar en el Código Penal.

Una de las principales herramientas que tenemos para combatir este flagelo es fomentar una educación sexual integral que logre enseñar el respeto y el consentimiento como parte de las relaciones sexoafectivas saludables. Asimismo, proteger los derechos de los grupos más vulnerables, porque la violencia de género es también un problema de salud pública

Hace poco tiempo el Parlamento tuvo la posibilidad histórica de dar un paso adelante en la protección de la infancia, en los derechos de los NNA, pero en la Cámara se rechazó el proyecto de ley de Educación Sexual Integral.

Cinco meses han pasado del momento en que se decidió que no era admisible entregar a NNA las herramientas necesarias para poder detectar situaciones de abuso y dar un marco legal a temas tan sensibles para muchos que hoy no tienen voz para reclamar contra los abusos a los que son sometidos.

Como Colegio Médico lamentamos profundamente el mensaje entregado por un concejal en ejercicio donde naturaliza el actuar de violentadores sexuales responsabilizando a la víctima por lo ocurrido. “Contrólela, enciérrela” son palabras de una cultura machista que en su máxima expresión termina con la muerte de mujeres, pero que también va dejando violencia, abuso, marcas de por vida. No se puede tolerar y es necesario de una buena vez, hacerse cargo de una forma de ver la vida que nos perjudica como sociedad.

Invitamos a las autoridades a tomar responsabilidad de los enunciados realizados en cargos de representatividad, ejerciendo cargos públicos, donde es necesario que el Estado y sus instituciones estatales manifiesten un rol ejemplar, en lugar de ser cómplices pasivos en esta invisible pandemia.