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Venezolanos provenientes de Colchane en Punta Arenas: “Solamente queremos estabilidad y brindarle una mejor calidad de vida a mi esposa y mi hijo”

Miércoles 17 de Febrero del 2021

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Dos familias fueron vistas ayer, desde el mediodía, en el centro de Punta Arenas, donde solicitaban dinero y alimentos, en una muestra del drama humano que viven desde que decidieron abandonar su país.

Por un lado, están las disposiciones del gobierno, que exige a los extranjeros tener su documentación al día, bajo amenaza de expulsión, que ya se ha estado concretando. Por otro, el lado humano, de aquellos que, desesperados por la situación de su país, se vieron en la obligación de abandonar su tierra y familia, con el riesgo de que si son expulsados tengan que retornar y no ser muy bien recibidos, a causa de la decisión que tomaron. Pero además, están los problemas cotidianos ¿qué comemos? ¿dónde dormimos?

En esa situación están dos familias venezolanas que llegaron el lunes, de manera irregular, a Punta Arenas, proveniente de Colchane, la localidad de la Región de Tarapacá fronteriza con Bolivia, que se hizo conocida por la gran cantidad de ciudadanos venezolanos que entraron y que, poco a poco, han sido expulsados por el Estado chileno, esto en virtud del decreto que firmó el Presidente Sebastián Piñera, que autorizó al Ejército a intervenir en el control migratorio en la frontera norte del país.

Con el lógico miedo de ser descubiertos y desterrados, pero con la necesidad de vivir, en Avenida Colón con Bories fueron vistos dos familias de venezolanos. Dos parejas, ambas con pequeños bebés, pedían cualquier ayuda a los transeúntes. Reacios a dar su testimonio, agradecían emocionados cada moneda e incluso billete que recibían en la esquina donde están las oficinas de Movistar. “Esto son como cuatro sueldos nuestros”, comentó uno de ellos, profesor de Educación Física, mostrando un billete de dos mil pesos. Exagerado o no, es una muestra de la realidad que viven en su país. Además, indica que llegó por vía aérea, porque le habían ofrecido trabajo.

En la esquina opuesta, la otra pareja, en una situación similar. Cada tanto recibían un par de panes o un café. Después de muchas negativas, accedieron a relatar parte de lo que han vivido en los últimos días, exigiendo no revelar su identidad o ser fotografiados, por el miedo a ser identificados y expulsados.

“Llegamos anoche (lunes) y estamos viviendo una situación demasiado complicada, hemos pasado por momentos difíciles, y nos ha tocado de una y mil maneras. Hemos pasado hambre y no hemos tenido donde dormir. Nosotros salimos de Venezuela porque la situación no está nada fácil y se nos complica para comprar alimentos, gasolina, los insumos médicos que mucha gente no tiene; es difícil, no es un tema de política”, recalca el joven venezolano, que trabaja en talabartería.

A pesar de la desconfianza creciente que indican ciertas encuestas, como la Cadem, que califica de “mala” la llegada de extranjeros, el ciudadano venezolano insiste en que ellos solamente buscan un mejor futuro, alimentar a sus hijos, tener una vida digna, la que no puede darles su tierra natal. Muy lejos de la delincuencia de la cual son acusados, más por prejuicio que por alguna razón de peso. “Eso es totalmente falso con las personas que he conocido, porque he visto mucho compañero que no tiene nada para darle a su hijo y solamente pide una mano amiga, un apoyo con algo de alimento, pero no he visto que anden delinquiendo, robando o maltratando. Solamente queremos estabilidad y brindarle una mejor calidad de vida a mi esposa, mi hijo y tratar de conseguir algo fijo para poder laborar bien”, expresó.

Reconoció, además, que llegaron solamente buscando nuevas oportunidades, sin conocer nada de Punta Arenas. Tanto es así que ayer decían que tenían frío, pese a que el clima estaba bastante agradable al mediodía. Desconocían, igualmente, que nuestra ciudad tiene una numerosa colonia venezolana, que se ha establecido con negocios y actividades sociales.

“Buscamos nuevas expectativas y viendo lo que se nos pueda presentar en el ámbito laboral. Es muy lejos. No sabía que aquí había tantos venezolanos, llegamos por nuestra propia cuenta”, recalcó.

El inmigrante venezolano también tuvo palabras para las exigencias que ha hecho el gobierno para poder ingresar al país, papeles que, en su caso, cuesta mucho conseguir: “Obviamente, conseguir pasaporte, visa, es demasiado costoso y no nos alcanza el dinero para eso. Por eso andamos buscando la manera de emprender algo”. Finalmente, expresó su miedo a ser trasladados de vuelta a Venezuela, por el temor de represalias violentas de parte de sus compatriotas.