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La historia de “El Despreciado”, múltiple campeón de la TC 5.000

Martes 2 de Marzo del 2021

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El automovilismo regional está lleno de grandes pilotos que han dejado huella en algún pasaje de los casi cien años que tiene de historia, pero también hay autos o máquinas que han dejado su marca por los grandes logros que le han entregado a sus dueños.

En esta oportunidad, en una transcripción de la entrevista realizada por Francisco Oyarzo en su programa “Ases del Volante de radio Polar, nos referiremos a “El Despreciado”, auto que pasó por muchas manos y que actualmente pertenece a Pablo Capkovic.

En la nota Pablo comentó que “creo que fue el primer auto de carrera que construyó mi papá, entre el ‘68 y el ‘70 más o menos. Trajo el chasis de Puerto Natales con la carrocería de un Ford 37. Según lo que me cuenta mi tío, que la sabe bastante bien, se le confeccionó la primera carrocería que la llamaron ‘La Empanada’, con la que creo que tiene que haber corrido en el circuito Arturo Prat”.

“Esa primera carrocería tiene que haber funcionado entre el ‘69 y el ‘71 y ya debutó con la carrocería naranja cuando se hizo más conocido en Cabo Negro a partir del ‘71”.

Debieron ser importantes los trabajos que se hicieron en ese chasis de 1937 para dejarlo de competición, no sólo en aerodinámica sino también en la suspensión.

“El auto todavía conserva el chasis y gran parte del tren delantero del año 37, eso sí con modificaciones en la suspensión trasera, frenos y ese tipo de cosas que se le fueron adicionando más modernas”.

“El diferencial es de una camioneta Ford F-100 de 1973 y los frenos también corresponden ahora a una camioneta Ford, pero el chasis sigue siendo el antiguo de 1937 como también parte del tren delantero”.

“Tengo entendido que trabajaron dos carroceros, Luis ‘Potranca’ Cárdenas y Carlos Infante, un desabollador argentino que fue quien lo empezó para terminarlo ‘Potranca’. Fueron dos grandes personas que para la época hicieron un auto muy bonito, uno de los primeros que se hicieron completamente en la región porque al poco tiempo apareció ‘La Zapatilla’ que también era hechizo, mientras que el resto eran todos autos de serie como los Falcon, los Camino, los Torino, todos construidos en fábrica”.

“El Despreciado” tuvo una sucesión de dueños y pilotos muy conocidos que lograron triunfos con este auto. ¿Cuál fue el bagaje que tú papá le dio a este auto? ¿Con el naranjo hizo muchas carreras y consiguió victorias?

“Sí logró ganar carreras con ese auto. No lo recuerdo bien pero creo que sí ganó por lo menos mangas. Lo que recuerdo es que en principio tuvo también motor Chevrolet en el circuito ‘Arturo Prat’ y después pasó a un Ford 292, luego a un Ford 312 y al final al Ford 302”.

“Hubo un momento en el que mi padre lo quiso cambiar por un Falcon y por un poco tiempo tuvo los dos autos en su poder, ambos funcionando. Recuerdo de muy niño en el camino hacia el aeropuerto haber probado los dos autos para ver cuál era mejor en salida, velocidad y ese tipo de cosas”.

“Después la máquina pasó a manos de (Arturo) ‘Tuly’ Solo de Zaldívar a quien se lo entregó preparado o se lo preparó en el mismo taller. Creo que el ‘Tuly’ le ganó la primera carrera a mi papá con el naranjo, después a la siguiente mi papá le vuelve a ganar ya con el Falcon”.

MUCHOS DUEÑOS

“Una vez se lo prestó, o tal vez arrendó, a Ivo Parún, piloto argentino de Río Grande, quien lo corrió creo que acá en Punta Arenas. El que tuvo también ese auto y logró victorias, que además se la jugó por traer el Falcon de José Muñiz, fue Héctor Pacheco. El también lo corrió, fue dueño y logró triunfos”.

“Otros fueron (Humberto) ‘Betoto’ Vera, (Ernesto) ‘Tincho’ Gómez, el ya mencionado ‘Tuly’ Solo, creo que también lo tuvo Javier Barría, Antonio Vera de la peña Esmeralda, Miguel “Miche” Vukasovic de Porvenir, aunque no lo tengo claro porque el auto pasó por muchas manos. Todos ganaron y triunfaron pero también todos lo vendieron y de ahí viene el nombre de ‘El Despreciado’”.

“Creo que ‘Tincho tuvo por lo menos dos campeonatos con la máquina. Yo igual sumé dos títulos y varias carreras. Del resto tengo entendido que todos ganaron con este auto”.

DOS CAMPEONATOS

“En lo personal, de cuando empecé a correr con el auto, desde el ‘88 hasta el ‘97, obtuve los dos campeonatos en el ‘96 y el ‘97. Me costaba bastante llevarlo por la suspensión que tenía no estaba muy de acuerdo con el asfalto de Cabo Negro, la verdad es que costaba llevarlo. En el circuito de Río Gallegos también no era fácil, allá nunca pude hacer los tiempos de punta que se hacían en la categoría”.

“Logré mejorarlo bastante después del ‘97, cuando volvió la Turismo Carretera y le hincamos bastante el diente, mejorando mucho lo que era la suspensión trasera, rigidez del auto, suspensión delantera, trabajamos en los frenos, la dirección y ahí el auto mostró los resultados de los últimos dos o tres años, donde se comportó bien en todo sentido, mejorando mucho en suspensión, freno y dirección”.

“Cuando recién empecé con el auto lo que más queríamos era que esté lloviendo para las carreras porque el auto se comportaba de maravilla. Hubo un momento en que se desempeñaba mucho mejor en lluvia que en seco, después trabajamos mucho en eso y creo que logramos tener un auto que en las dos condiciones de piso realmente se comportara excelente”.

“Para nosotros es una riqueza más de la familia porque ya no es sólo un fierro, no es sólo un auto, tiene tanta historia, es una pieza de colección”.

– ¿Te pasaría por la cabeza venderlo?

-“Por supuesto que no. De haber pensado antes o si hubiese podido, no me hubiese desecho nunca de un auto de carrera con el que haya corrido. Hoy me gustaría disponer de todos los autos con los que corrí, tenerlos guardados, sería un recuerdo muy lindo. Son piezas que uno disfruta mostrándolas o que otra persona las aprecie igual”.

– ¿Cómo se trabaja la seguridad en este tipo de autos de acuerdo a tu experiencia?

– “Sin duda que por lo antiguo tiene muchas falencias en el tema de seguridad. Hace mucho tiempo que estamos diciendo que con este auto ya no vamos a correr más, justamente por el tema de seguridad. Con lo cargante que es uno y con el entusiasmo que tenemos vamos a correr otra y otra carrera”.

“Hace tiempo que tengo las ganas de hacer un auto en mi taller con ideas propias, tal como lo hizo mi padre. Por un tema de exceso de trabajo no se ha tomado la determinación, pero sería muy bueno dejar algo para la historia, algo que haya confeccionado uno, como lo que hizo él, sería un muy lindo aporte a la historia del automovilismo y aprovechando la experiencia que hemos ganado con todos estos años podríamos lograr un lindo trabajo”.

“La categoría ha tenido variaciones, ha ido decayendo fundamentalmente por temas de seguridad que son un tanto dispares entre los reglamentos de Río Gallegos y Punta Arenas, una serie de factores que hacen que sea mas complejo tener una cantidad importante de autos de Turismo Carretera fuerza libre 5.000 c.c. en la pista”.

– ¿Hay otros autos que te han llamado la atención y que te ha tocado competir contra ellos o que has visto y has dicho, este auto va?

– Yo creo que ‘La Zapatilla’ tenía una tremenda historia igual. Hubiese sido lindo tener ese auto como era en un principio, un auto hecho en Argentina, con muy buenas bases que para la época, eran autazos pisando Cabo Negro”.

– ¿Tuviste la oportunidad de ver el Falcon de Carlos Reutemann cuando lo trajo “Betoto” Vera?

– “Si, recuerdo ese auto, era también un auto espectacular para la época, pero ya era un auto de fábrica, un Falcon enangostado y mejorado con una mecánica impresionante para esos tiempos. Imagínate, lo mejor de los talleres de Buenos Aires venían a Punta Arenas, los Torino como el de Edgardo Thevenon, autos que venían muy bien preparados. Creo que el nivel que había era buenísimo por los autos que traían. El de José Muñiz, que fue de Carmelo Galbato en Argentina, fue otro auto que tenía una mecánica de taller impresionante”.

– ¿Tienes alguna carrera guardada como un recuerdo deportivo importante con el naranjo?

– “Las que me marcaron más fueron las carreras en lluvia, porque para mí eran bastante emocionantes. Recuerdo una donde en la primera manga fue en seco y andábamos cuarto o quinto, se pone a llover entre medio y a la siguiente batería salté al primer lugar ‘al tiro’, de la largada a la curva abajo creo que ya estaba primero”.