Nuestra región no prosperará sin las mujeres y, por ello, debemos aumentar su liderazgo y representación en todas las esferas de toma de decisiones

Silvia Leiva y Elia Simeone

“Ningún país prospera sin la implicación de las mujeres, por lo cual debemos aumentar su liderazgo y representación en todas las esferas de toma de decisiones –donde en la actualidad predominan los hombres- sobre las cuestiones que afectan sus vidas”.

Este es el mensaje de la directora ejecutiva de Onu Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, en el Día Internacional de la Mujer, que se conmemora en todo el mundo y que este año tiene como lema: “Mujeres líderes, por un futuro igualitario en el mundo del Covid-19”.

Tomando dicho mensaje, se deben valorar los logros obtenidos en el largo y pedregoso camino de la igualdad de derechos, pero este año nos encontramos con que uno de los saldos negativos de la pandemia es que millones de mujeres y niñas están siendo sofocadas por la pobreza extrema. Las adultas, en su calidad mayoritariamente de  jefas de hogar, perdieron sus trabajos o han visto precarizadas sus condiciones laborales a un ritmo mayor que los hombres o debieron optar por dejar sus puestos al tener que dedicarse a cuidar a sus hijos y/o a sus familiares enfermos agravados por el Covid-19. En paralelo, ha sido el segmento femenino el que más ha pagado el precio por la falta de acceso a las tecnologías o su incapacidad para manejarlas.

Las niñas han perdido muchas horas de aprendizaje debido al cierre de los colegios y la precariedad en el acceso a las clases virtuales. Otras, sencillamente, han engrosado la cifra de deserción escolar.

Todo esto se aprecia en Magallanes y queda claro en parte de las notas que acompañan este reportaje.

Empero, se tiene que mirar los aspectos positivos, como lo es la marcha, que no tendrá fin, de un movimiento hacia la igualdad que tiene también en Magallanes a sus propias heroínas. Cada día, como lo dijo la activista transfeminista Lucha Venegas, no es una ola, sino un tsunami feminista.

En tal sentido, también vemos en las siete elecciones que tendrán lugar este año en Chile una enorme oportunidad para avanzar en la causa feminista, en el amplio sentido de tal palabra. Esperamos, al final de cada proceso, el saldo sea positivo respecto de un aumento importante de la representación femenina en los cargos de representación popular.

El camino hacia nuestra nueva Carta Magna es, sin duda, el más entusiasmante respecto de que la composición paritaria de la Convención Constituyente permita que ésta sea escrita con un claro e histórico elemento: el liderazgo de las mujeres.

Dicha paridad, como plantearon candidatas magallánicas a tal convención, debe permitir avanzar en reducir la inequidad existente en nuestro país y otorgar mayores herramientas para superar las actuales condiciones de desigualdad, sobre todo en las esferas de representación en todos los cargos directivos a todos los niveles, sean éstos públicos o privados.