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Al prohibirse en Fase 2 celebración de eventos con aforo mínimo

Nuevas restricciones impuestas por Salud atentan a libertad religiosa

Domingo 14 de Marzo del 2021

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A nivel local el obispo de Punta Arenas, Bernardo Bastres, dijo comprender la gravedad sanitaria que
afecta al país, pero lamentó que no se puedan celebrar en la semana eucaristías que ya eran con capacidad limitada
de asistentes. La Conferencia Episcopal también deploró a nivel nacional la imposición de las medidas.

Como una medida discriminatoria que atenta a la libertad religiosa, calificó ayer la Conferencia Episcopal de Chile, organismo que agrupa a todos los obispos del país de la Iglesia Católica, la reciente resolución del Ministerio de Salud publicada ayer en el Diario Oficial y que incluye nuevas restricciones en la Fase 2 de Transición, etapa en la que se encuentra Punta Arenas, donde se prohíbe la celebración de eventos con aforo de público, incluyendo las eucaristías.

Si bien la Conferencia Episcopal lamenta la situación sanitaria provocada por la pandemia y que ha empeorado con drásticos niveles en gran parte del país, reconoce los esfuerzos desplegados por las autoridades, recuerda que al igual que otros credos religiosos, han asumido la tarea del cuidado para evitar contagios y han cumplido con todas las normativas vigentes. Por ello han restringido la participación de fieles en las ceremonias religiosas, siendo para muchas personas el único refugio.

“La libertad de culto y de práctica de la fe religiosa es un factor social esencial de una democracia moderna y para la consecución del bien común. Para la gran mayoría de las personas, el auxilio espiritual, según las formas de cada creencia o confesión religiosa, es un espacio que contribuye esencialmente a sobrellevar las dificultades y momentos de agobio, como los que vivimos. Por eso nos resulta incomprensible y falto de racionalidad el criterio utilizado por la autoridad en su definición de las nuevas medidas para el Paso 2 “Transición” publicadas hoy (ayer), las que prohíben absolutamente la asistencia de fieles a ceremonias religiosas (exceptuando los funerales). La autoridad conoce las extremas cautelas que hemos adoptado en las celebraciones de fe, los aforos que hasta ayer se reducían a 10 personas en espacios cerrados y 20 en espacios abiertos, de lunes a viernes. Resulta del todo incomprensible por qué se nos niega una mínima reunión de carácter espiritual, mientras se permite el funcionamiento de diversas otras actividades que contemplan mayores conglomerados y flujos”, señala en parte la declaración de la Conferencia Episcopal. 

Obispo Bastres

En Punta Arenas el obispo de Punta Arenas, monseñor Bernardo Bastres, igual coincidió con lo expuesto a nivel nacional y lamentó que con la nueva imposición de medida no se pueda realizar ningún culto religioso en las fases 1 y 2, salvo funerales.

Afirmó que comprenden la gravedad sanitaria que afecta al país, pero medidas como las que implican a las celebraciones religiosas no ayudan en nada al tema de fondo. “La iglesia siempre ha tenido un compromiso decidido con el bien común, por ello aspiramos a un trato justo y proporcionado a las circunstancias”, dijo.

Bastres agregó: “Como Iglesia hemos sido muy responsables en cumplir la normativa sanitaria y alentar su cumplimiento. En “Paso 2”, hemos realizado actividades muy acotadas, trasladando para la semana y con el aforo establecido, celebraciones que habitualmente se hacen en fin de semana: Eucaristías y otros sacramentos. Ahora, al no poder realizar estas actividades, nos parece que no se contribuye a la necesidad espiritual que tienen nuestros fieles, más bien lo sentimos como un atentado a la libertad religiosa, que se encuentra consagrada en nuestra Constitución Política”.

Luego afirmó que en este tiempo de pandemia, han constatado que muchas personas han visto alterada su salud mental; y que ciertamente el auxilio espiritual y la Palabra de Dios, ayudan a los creyentes a enfrentar esta pandemia con un fuerte ánimo y esperanza, que nacen de la fe.

“El sentimiento de muchos católicos magallánicos, es que el costo de las medidas restrictivas recae sólo en algunas actividades y no en otras, al mismo tiempo, estas medidas no han respetado el caminar propio de cada región, dándole así una suerte de discriminación arbitraria, expresión del centralismo que vive nuestro país”, recalcó Bastres.

Además, recordó que próximamente se vivirá la semana más importante para el mundo cristiano, por ello piden a la autoridad que revise las últimas medidas, que afectan al ejercicio del culto religioso, pues, creen que cumpliendo las normativas sanitarias, podrán celebrar con dignidad la Semana Santa.

En el mismo tenor, la Conferencia Episcopal pidió ayer al gobierno que se establezca, cuanto antes, una mesa de diálogo formal con todas las confesiones, que permita llegar a normas y disposiciones que no contradigan la libertad religiosa. Además, esperan que de ese diálogo surja reconsiderar la medida lo antes posible, ante la proximidad de la Semana Santa y de otras conmemoraciones importantes para los credos religiosos que conviven en Chile.