El barrio Croata perdió a uno de sus hijos predilectos: Iván Buljan Ljubetic

Repentina fue la partida de este magallánico amante de los “fierros” y el deporte.

Más de 50 años de soldadura era una frase recurrente para Iván Mateo Buljan Ljubetic, casi un preámbulo para cuanta historia y anecdotario tenía como parte de toda una vida ligada principalmente a las ruedas.

Es que el automovilismo, el ciclismo, el motocross fueron parte de sus pasiones, que supo dejar como legado familiar, y con los cuales protagonizó largas jornadas como colaborador del deporte magallánico.

“Don Iván” partió a los 77 años. Este jueves, una falla cardiaca, lo llevó al descanso, a un alto a una actividad laboral incesante que inició en su adolescencia siempre en su querido barrio Croata.

La noticia de su deceso golpeó profundo a familiares y amigos. Estaba bien, “fuerte como roble”, como aquel árbol que -el mismo contaba- fue testigo silente de sus primeras soldaduras en el patio de su casa y que marcaron el inicio de su actividad en la metalurgia.

Su repentina partida dio paso a los recuerdos, a la historia de su padre llegado desde la isla de Brac a los 13 años y al regreso a su tierra para buscar a su amor, Lukrecia, con quien se estableció en calle Caupolicán. Al poco tiempo, vendrían las primeras correrías cerca de la Costanera junto a sus hermanos Dinka (fallecida en 2015 y Gregorio, hoy de 78 años).

Ya en la adolescencia vendrían su primeros “experimentos” de soldadura y fierros. “Aprendí solo a trabajar en esto, soldando casi escondido debajo de un árbol. Luego la experiencia me ha permitido hacer lo que sea, sólo con ingenio”, señalaba orgulloso al dar a conocer parte de sus trabajos y, muy en especial, sus estanques para combustibles, los carros de arrastre que había comenzado a producir como marca registrada y las máquinas de lavado de redes para la industria salmonera.

Los restos de Iván Buljan Ljubetic serán sepultados hoy en el Cementerio Municipal Sara Braun de Punta Arenas, luego de un responso a las 14,30 horas en la Iglesia Catedral. Le sobreviven su hermano Gregorio, sobrinos, cinco hijos, siete nietos y tres bisnietos.