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Restaurantes y pubs aseguran que serán los grandes perjudicados con el toque de queda a las 21 horas

Viernes 2 de Abril del 2021

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Imagínese salir del trabajo a las 18 horas y reunirse con su pareja para una cena. Deberá tener suerte de encontrar un restaurante habilitado y también, para que la comida esté rápido. Comer apurado y olvidarse de la sobremesa. A las 20,30 horas ya debe estar apurado pidiendo la cuenta y de ahí correr antes que lo pille el toque de queda. Aburrido ¿cierto? Igual en un caso de un after hour después de salir de la oficina. Pero así será la vida a partir del lunes, cuando comience a regir el nuevo cambio de horario del toque de queda, que regirá para todo el país, debido a los altos índices de contagios por Covid-19 que se han focalizado en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Concepción.

No importó que Magallanes tuviera una sostenida mejora en sus índices. A diferencia del año pasado en que fuimos “castigados” con un toque de queda a las 20 horas durante los cinco meses de cuarentena, mientras el resto del país debía estar en sus casas obligatoriamente a la medianoche, ahora no corrió el mismo criterio: ley pareja no es dura, dijeron los asesores del gobierno y Chile entero estará en toque de queda a las 21 horas, a partir del lunes 5 de abril.

Una nueva restricción para los pubs y restaurantes, que ya estaban comenzando a respirar más aliviados después de haber estado asfixiados económicamente en el último año. Desde la Fase 2, en que atendían en el exterior y en especial en la llegada a la Fase 3, cuando pudieron aumentar su aforo prestando el servicio en sus espacios interiores, la vida parecía volver a sonreírles. Incluso viendo que tenían que cerrar media hora antes de las 22 horas para evitar el toque de queda.

Por eso, la medida anunciada por el gobierno cayó como una espina mientras uno degusta un pescado (a propósito de esta jornada de viernes santo) y los administradores y dueños esperan que haya una excepción para Magallanes y no volver a verse perjudicados.

En el Restaurante La Casa de Doña María, Mauricio González Marín opina que “adelantar una hora le quita a los comensales un rato de poder cenar con más tranquilidad, pero habrá que adecuarse a las nuevas normas, no nos queda otra que hacer nuevas promociones para que la gente se incentive a cenar un poco más temprano, porque a las 8 y media ya tendrían que estar pidiendo la cuenta. Nos afecta en la parte económica, será una merma importante. Después de pasar a la Fase 3, hemos tenido un incremento bastante importante, estamos con harto movimiento a la hora de almuerzo y a las 19,30 ó 20 horas la gente está viniendo a cenar, así que vamos a evaluar cómo será este cambio, que genera una incertidumbre”, reconoció González, que adelantó que como gremio gastronómico están evaluando una propuesta para tener una diferenciación en cuanto a horario.

Opinión similar expresó Gonzalo Herreros, gerente de Mesita Grande. “Nos afecta harto, por el público, porque vamos a tener que estar cerrando 45 minutos antes, que son 45 minutos menos de venta. Ahora, igual tenemos delivery, pero tuvimos un repunte súper bueno al pasar a Fase 3. Estamos a la espera de algunas gestiones que se hicieron de parte de la asociación gastronómica y si llega a resultar, podríamos llegar a funcionar, pero eso está en veremos. Tenemos un público y a la hora de almuerzo siempre está prácticamente lleno, y después baja un poco, hasta las 20 horas, y no nos quejamos en esta Fase 3, pero esta decisión nos va a afectar”.

Un trago amargo

Aunque abren a las 16 horas, en los pubs saben que la mayoría de la gente aparece después de las 18 horas. Por eso, la reducción horaria evidentemente les afectará. En Bruna, la medida incluso podría perjudicar a su personal, como lo reconoció uno de sus administradores, Mauricio González Cuevas: “Tenemos planificado tener que cerrar a las 20,30 horas, lo que implica que nuestra jornada laboral se acorta mucho más de lo que ya está, considerando que los servicios que prestamos, gastronómicos y de coctelería, tienen su fuerte pasadas las 18 horas, así que será muy complejo en términos económicos. Ya vamos a tener que planificar disminuciones en lo personal, que ya se encuentra afectada por la reducción de horas, y todo es una cadena que afecta a mucha gente del gremio gastronómico que ha sido el más afectado y no hemos recibido ningún tipo de ayuda. Vivimos el problema del arriendo y cómo costearlo”, lamentó González, que calcula que de los 18 trabajadores con los que cuentan, tendrán que prescindir de siete personas.

Es así que en Bruna planean, para disminuir los perjuicios, tener almuerzo los fines de semana, con un ambiente diferente y nuevas propuestas gastronómicas, y atraer así a más público. Eso considerando también que, por las medidas del gobierno, “el hecho de tener las ventanas constantemente abiertas hace que la temperatura sea más baja. Entonces estar afuera es imposible. Adentro hay una capacidad de 11 mesas, mucho menor que en tiempos normales”, concluyó.

Por último, el local
Broadway Restobar, en Avenida Bulnes en dirección norte, el administrador Marco Muñoz avizora un escenario complejo: “Nos vemos muy acotados en los horarios, ya nos habían dejado a las 22 horas, después a las 21 y nos complica mucho, porque la gente viene al local fundamentalmente, después del trabajo y tenemos una hora y media para atender público, que es muy poco para cubrir nuestros costos. Ya habíamos agarrado una estabilidad importante y esto nos volvió a frenar”, reclamó Muñoz, que también tendrá que disminuir personal.

Para esta Fase 3, en Broadway podían atender adentro más dos terrazas, una con capacidad para 10 mesas y otra para cuatro, con un máximo de seis personas por mesa, lo mismo que en el interior, pero que de todas maneras, sigue siendo escaso para las expectativas.