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Ya se le denomina la “cuarta ola”

Colapso en sistema de atención por salud mental: demanda se ha triplicado en periodo de pandemia

Domingo 11 de Abril del 2021

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“Estamos enfrentando un colapso que nunca habíamos tenido, con listas de espera de 2 meses, hasta tres para psicólogo. La verdad que es una situación bastante compleja, crítica, diría”, señala el médico psiquiatra Juan Vukusich.

En el Hospital Clínico se ha reconvertido uno de los pisos para albergar exclusivamente a pacientes que necesitan ser estabilizados y estar bajo supervisión médica.

Una demanda que supera en tres o cuatro veces el periodo normal y listas de espera mayores a dos meses son una realidad instalada en lo que respecta a salud mental en Magallanes.

Lo anterior demuestra que la región no escapa de las cifras que se dan a conocer a diario a nivel global y que, en opinión de los expertos, amenazan en convertirse en una segunda pandemia, donde no habrá vacuna que sirva.

Las situaciones que se ven y viven a diario, el duelo, los temores, las precariedades, los problemas económicos, el encierro y la soledad son sólo parte de un panorama que para muchos resulta desolador y asfixiante, señala el jefe del departamento de Salud Mental del Servicio de Salud Magallanes, psiquiatra Juan Vukusich.

“El aumento ha sido exponencial, enorme. Podría decir que es de tres veces o más de lo normal y en Miraflores estamos enfrentando un colapso que nunca habíamos tenido, con listas de espera de 2 meses, hasta tres para psicólogo. La verdad que es una situación bastante compleja, crítica diría”.

Más que una opinión, el profesional magallánico describe la situación que se vive a diario y que ha ido en franco aumento a medida que avanza la pandemia.

Ya desde antes de la emergencia, el año 2019, las cifras eran poco alentadoras. Las estimaciones apuntaban a que 7 de cada 10 chilenos reconocían tener o haber tenido algún tipo de enfermedad, estrés laboral o problema alimentario. La situación era refrendada por la Encuesta Nacional de Salud, que indicaba que una de cada cinco personas había sufrido una enfermedad mental durante ese año.

Sin embargo, nadie imaginaba que un año después se estaría hablando de “un crecimiento exponencial”.

Como ejemplo -señala Vukusich- basta con citar que hoy en Magallanes se han registrado 358 fallecidos por Covid (hasta el viernes), “lo que implica que hay un grupo importante de familiares, amigos y cercanos que viven el duelo, con algunos que se sienten responsables, con otros que temen ser contagiados. Hay todo un tema sensible, con trastornos ansiosos importantes”.

Sobre los pacientes, a nivel mundial se ha puesto especial énfasis en las mujeres y los adultos mayores. Las primeras muchas veces víctimas de la distribución no equitativas de las labores en el hogar, del cuidado de familiares dependientes y, lo más grave, blanco de la violencia de género.

En el caso de los adultos mayores, el largo periodo de cuarentena en Punta Arenas los sometió a un confinamiento que en muchos casos -señala Vukusich- terminaron con cuadros depresivos y un deterioro a raíz de la poca actividad.

Un desafío diario
y de futuro

En los años noventa, Chile destinaba casi el 1 por ciento de su presupuesto para abordar el tema de la salud mental. Dos décadas después el avance parecía no ser significativo.

Recién en 2020 el Ministerio de Salud asumió la responsabilidad de iniciar un cambio importante en este campo de la acción sanitaria. Sin embargo, hoy el presupuesto de salud mental es del 2% del total destinado a salud, muy por debajo del 5% planteado en el Plan Nacional de Salud Mental 2017-2025.

En su columna de La Prensa Austral del pasado martes, la Dra. María Jesús Escobar, médico referente se Salud Mental del Cesfam Dr. Juan Damianovic, expuso que en Magallanes al menos el 40% de la población tiene alguna enfermedad de este tipo, que pudiera agravarse con la experiencia de la pandemia.

Luego planteó la interrogante: “¿Cuántos casos nuevos aparecerán con el impacto de esta emergencia sanitaria. Entonces, ¿dónde están las medidas que se implementarán?; ¿Cuál es el refuerzo al Programa Nacional de Salud Mental?; ¿Cuáles son las medidas regionales para enfrentar esta cuarta ola?”.

La profesional sostuvo que las medidas de promoción y prevención son fundamentales para no aumentar la incidencia de patologías psiquiátricas. “Por ello, ocuparnos en corto, mediano y largo plazo es una tarea país urgente, ya que la salud mental es precisamente una de las claves para sobrevivir a esta pandemia”, planteó.

Tal vez el avance más importante tiene que ver con el proyecto aprobado hace algunos días en el Congreso. No exento de cuestionamientos, por dejar afuera algunas recomendaciones de la Organización Mundial de Salud, la iniciativa tiene como base el asegurar el derecho de toda persona con enfermedad mental o discapacidad psíquica o intelectual a ser reconocida como sujeto de derechos, a participar socialmente y a manifestar su consentimiento libre e informado en toda intervención médica o científica.

Para muchos este es el primer acercamiento real de la institucionalidad para reconocer el derecho de las personas que presentan una enfermedad psíquica, lo que en un cercano casi inmediato podría terminar siendo de gran valor ante la realidad que se vive hoy a raíz de esta crisis sanitaria.