Biden anuncia masivo plan para ayudar a la clase media que se financiará con impuesto al 1% más rico
Para impulsar la competitividad de Estados Unidos y regenerar su clase media, el Presidente Joe Biden propuso un nuevo y masivo plan de gasto en ayudas para las familias y la educación, que quiere financiar haciendo que los ricos paguen “su cuota justa”.
Este “Plan para las Familias Estadounidenses” representa inversiones de 1,8 billones de dólares en 10 años, y se suma al plan de infraestructuras de 2 billones de dólares ya promovido por el presidente demócrata y que aún está lejos de ser aprobado por el Congreso.
También sucede al paquete de ayuda ante la pandemia de Covid-19, de 1,9 billones de dólares, que ya ha permitido la entrega de cheques de 1.400 dólares a las familias estadounidenses.
“Estamos compitiendo con China y otros países para ganar el siglo XXI. Tenemos que hacer algo más que reconstruir, tenemos que construir mejor”, dijo Biden en su primer discurso ante el Congreso, haciendo un llamado a “comprar americano”.
“Para ganar esta competición, debemos realizar las inversiones de una generación en nuestras familias”, continuó el Presidente.
Para financiar fiscalmente ese gasto, una de las medidas estrella del plan revierte lo otorgado a las clases más ricas por las reformas fiscales de 2017 de Donald Trump.
“Es hora de que las empresas estadounidenses y el 1% más rico de los estadounidenses paguen su cuota justa”, dijo el Mandatario.
Según la propuesta de Biden, el tipo impositivo máximo para las personas físicas pasaría del 37% al 39,6%, pero sólo afectaría al 1% de los hogares más ricos.
Lo mismo ocurriría con las ganancias de capital, como las operaciones bursátiles, que hasta el momento disfrutan de un tipo impositivo del 20% y que ahora podrían tributar también al 39,6% para quienes ganen más de un millón de dólares al año. Estos estadounidenses más ricos representan sólo el 0,3% de los contribuyentes, según el gobierno de Biden.
Se espera que las medidas generen 700.000 millones de dólares de financiación a lo largo de 10 años, según el Tesoro.